Los mercados aprueban el avance de Hernández y asimilan un cambio en Colombia
La moneda colombiana se apreció con fuerza después de los resultados electorales, a pesar de que se conocen pocas propuestas económicas del candidato populista Rodolfo Hernández
La primera ronda electoral en Colombia no definió todavía quién será el próximo presidente, pero sí estableció que, sea quien sea, será diferente. El modelo económico de las últimas décadas, una mezcla de políticas pro mercado y disciplina fiscal, hicieron del país sudamericano un ejemplo estandarte del crecimiento económico. Sin embargo, la pobreza y la desigualdad no cesaron, por lo que millones de personas votaron contra la tradición política del país y dieron su apoyo a Gustavo Petro y Rodolfo Hernández, dos candidatos en puntos opuestos del espectro ideológico que proponen lo mismo: arrebatarle a la clase política de siempre el manejo de la economía.
Hasta ahora, los mercados globales han reaccionado de manera positiva. El peso colombiano se apreció fuertemente contra el dólar el lunes y martes después de los comicios ante el sorprendente apoyo a Hernández, el candidato populista que se promueve como antisistema. Fico Gutiérrez, el candidato de derecha que quedó en tercer lugar, salió en apoyo de Hernández tras reconocer su derrota, incrementando sus posibilidades de ganar la segunda vuelta el 19 de junio.
Poco se sabe sobre las propuestas económicas de Hernández, coinciden analistas, pero los mercados le están dando el beneficio de la duda. “En el corto plazo, es comprensible por qué los mercados han subido, ya que Hernández ahora emerge como el favorito”, dice Nikhil Sanghani, economista de mercados emergentes en la firma Capital Economics en el Reino Unido, “sus planes para reducir los impuestos y la burocracia se pueden considerar como amigable a los mercados”.
En su programa de Gobierno, Hernández, un empresario acaudalado, no ahonda demasiado en sus propuestas económicas. En corto, propone una reducción del impuesto al valor agregado (IVA), incentivar la creación de empleos y reformar el sistema del pensiones de manera que todos los adultos mayores reciban una renta básica. “Ha dicho algunas cosas pero no tiene propuestas muy claras”, dice Benito Berber, economista jefe para América Latina del banco de inversión Natixis, al teléfono desde Nueva York. “Yo creo que en las próximas semanas va a haber un decantamiento y Rodolfo Hernández va a tener que ser mucho más claro y específico”, agrega el analista.
Pero esta no es la única razón por la que los inversionistas reaccionaran con optimismo a los resultados, dice Berber. “Este resultado obliga a Petro a irse al centro, al menos en teoría”, opina el economista, “no sería difícil pensar que en las próximas semanas vamos a ver un Petro que tienda en muchas cosas a irse al centro para ganar esos votos”.
Las propuestas de Petro, por otro lado, son bien conocidas, ya que ha sido candidato a la presidencia antes y empezó su campaña muy pronto, casi hace cuatro años cuando perdió en 2018. Economista de profesión, Petro propone un cese a nuevos contratos de exploración de petróleo, importante fuente de ingresos para este país de renta media a baja. Para compensar esa pérdida en la actividad económica, buscaría incrementar la producción agraria. El izquierdista también promete incrementar el presupuesto en educación y reducción de impuestos a empresas pequeñas.
El temor a Petro, como se vio reflejado en la reacción de los mercados esta semana, también tiene que ver con el contexto latinoamericano. En Perú, otro caso estrella del crecimiento económico en últimas décadas, subió al poder el año pasado un candidato de izquierda con poca experiencia que prometió ser antisistema. Chile, una economía de mercado con una de las tasas de crecimiento más altas de la región, también eligió a un candidato de izquierda, Gabriel Boric, que busca nacionalizar los recursos minerales.
Y, en México, a finales de 2018, llegó al poder un político de izquierda, Andrés Manuel López Obrador, quien durante su campaña moderó sus propuestas pro Estado pero, al tomar las riendas del país, canceló proyectos de infraestructura con el sector privado y congeló permisos de operación para empresas del sector energético. En El Salvador, el presidente Nayib Buckle también llegó el poder en 2019 promoviéndose como un alguien fuera de la élite política.
“Me parece muy interesante que Colombia pareciera que quiere un candidato anti sistema, que se parece mucho a Trump, que se parece un poco a López Obrador, algunos dicen que se parece también a Bukele”, dice Berber sobre Hernández. “Es un candidato con muy poca experiencia, muy controvertido, con muy pocas ideas, pero su gran activo es que no es el expresidente Uribe, que no es [el presidente Iván] Duque, que no es parte del sistema”, agrega.
Las finanzas públicas llevan años debilitándose, por lo que todos los analistas coinciden en la necesidad de que el presidente que llegue haga una reforma tributaria profunda. La deuda total suma el equivalente al 49% del producto interno bruto (PIB) y el año pasado, dos agencias de riesgo crediticio redujeron su calificación de la deuda soberana del país, quitándole el codiciado grado de inversión que garantiza mejores costos de financiamiento.
“El manejo de la deuda será muy complicado”, adelanta Sanghani, “para poder restaurar la confianza de los inversionistas y ayudar a reducir las tasas de interés y la deuda, o solo para poder reducir la relación entre la deuda pública y el PIB, que es mucho más alta de lo que era antes de la pandemia, el próximo Gobierno tendrá que empujar una austeridad sustanciosa”.
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