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La mente detrás de Hernández: “Rodolfo es un ‘outsider’ con un discurso anti política tradicional”

El estratega Ángel Beccassino habla sin tapujos sobre el candidato, Petro y Juan Manuel Santos, a quienes asesoró en el pasado

Ángel Beccassino, actual estratega político del candidato a la presidencia de Colombia Rodolfo Hernandez.
Ángel Beccassino, actual estratega político del candidato a la presidencia de Colombia Rodolfo Hernandez.NATHALIA ANGARITA
Catalina Oquendo

Ángel Beccassino (Argentina, 1948) llegó a Colombia por primera vez en los años 70 y se instaló en 1986 en el país. Desde entonces ha visto pasar mucha política y muchos políticos por sus manos. Después de asesorar al expresidente Juan Manuel Santos y a Gustavo Petro, entre otros, ahora es la cabeza tras la estrategia de ascenso de Rodolfo Hernández. Frentero, como suelen ser los argentinos, dice que ha tenido que reaccionar ante las comparaciones que hacen de Rodolfo y que varían según el país: en Brasil lo ven como el presidente Jair Bolsonaro, en El Salvador como Nayib Bukele, en Argentina lo comparan con Javier Milei. Y casi todos con Trump. “Pero Rodolfo es Rodolfo”, dice durante una conversación con EL PAÍS.

Pregunta. ¿Qué es lo que usted vio en Rodolfo que está explotando como estratega?

Respuesta. Tengo una línea en el trabajo con políticos que es no disfrazarlos. Tomo lo que hay y trabajo con ese material. A Rodolfo lo conozco desde hace años y asumí la estrategia de su campaña cuando él volvió de Roma de visitar al Papa (le renunciaron sus anteriores estrategas). Sé la fuerza que tiene como persona, lo atravesado que es, algo muy del carácter santandereano, que no es dogmático, sino muy fuerte. Muy de decir las cosas francamente, al pan pan y al vino vino. Eso es un potencial muy grande.

P. ¿Cuáles son las claves que lo llevaron a crecer hasta pasar a la segunda vuelta?

R. En un momento en que estaba predominando el simulacro en la campaña, cuando se deforma la información y se arman coros mediáticos para generar tendencias, lo que hace Rodolfo es decir las cosas como él siente que son. Ese es un gran potencial porque se le percibe como un hombre que no se está disfrazando de mono siendo una jirafa. Entonces, al revés de lo que está pasando en el uso de la información manipulada, yo decido que voy a jugar en esta campaña con la verdad desnuda.

P. ¿Y la otra clave?

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R. El segundo elemento es la verdad de su lectura de las cosas. Puedes tener los más grandes proyectos, pero si en la ejecución o en la investigación que se hace para implementarlos hay corrupción, hay arreglos de la contratación, hay peajes que se pagan para acceder a un contrato, evidentemente se le está mordiendo una posibilidad grande a ese proyecto. Rodolfo señala los grandes problemas, el robo, la politiquería y luego otra cosa, que es el drama de un país donde no hay empleo, se pasa hambre y como, a mediados de los 90, se desestimuló la producción del campo hasta matar al campo y, por el otro lado, como se sustituyó la incipiente industria nacional. Él lo que plantea es una reingeniería de la industria nacional, reindustrialización del país y del campo.

P. Pero esto último apenas está apareciendo en su discurso. Antes fue solo el mensaje de la corrupción.

R. Es un planteo de gobierno, dice que las soluciones hay que lograrlas al sacar de encima el peso que tiene hoy la burocracia del presupuesto nacional, liberar esos costos para invertir en otras cosas. Tiene una frase de que ‘si no se roba, la plata alcanza’, también si no se desperdicia. Roland Barthes hablaba de que la lucha por el poder era la lucha por el sentido común. Lo que él está poniendo en juego es un nuevo sentido común, que en realidad la gente lo captura porque es elemental.

Ángel Beccassino ha sido asesor del expresidente Juan Manuel Santos y también de Gustavo Petro, entre otros.
Ángel Beccassino ha sido asesor del expresidente Juan Manuel Santos y también de Gustavo Petro, entre otros.NATHALIA ANGARITA

P. Esa lucha por el sentido común también la buscó capturar Fico, ¿por qué a él no le funcionó?

R. Porque Rodolfo es crítico con el uribismo y con la gestión de Duque, mientras Fico es una proyección de Álvaro Uribe y una versión mala de este Gobierno de Duque.

P. Petro también habla de corrupción. ¿Por qué ha sido más efectivo el mensaje de Hernández si apuntaban a lo mismo?

R. Gustavo tiene un vicio, que es el exhibicionismo de su talento intelectual. Eso lo lleva a discursos demasiado elaborados y hay una lógica en comunicación que es que cuando metes demasiadas palabras y usas demasiada racionalidad, no queda. Queda la expresión, el gesto con el cual se comunica, la sinceridad. Gustavo en esta campaña en particular adolece de varias de esas cosas.

P: Usted trabajo con él en 2018. ¿Cómo lo evalúa de hoy?

R: En la estrategia de hace cuatro años, pero en particular en esta, trató de acercarse al centro y eso significaba desactivar miedos, porque a él le construyeron unos miedos espantosos. En esa actitud se ha disfrazado de cosas que no son él. Se ha disfrazado de un hombre súper amable cuando es cerrado en sí mismo; se ha disfrazado de un hombre vestido con trajes de presidente, cuando el look natural de Gustavo es más el de un sindicalista clásico. Tiene una serie de características donde se ha parapetado para presentarse de otra manera en esta elección. Eso lo ha llevado a elaborar aún más su discurso, y en ese sumar y sumar palabras, la gente se ha desconectado de él, se ha enfriado la relación, que además nunca ha sido demasiado caliente.

P: ¿Qué peso real tienen las redes sociales en los votos de Hernández?

R. Esa fue una decisión del candidato y yo la compartí. En un país donde tanta gente pasa hambre, no puedes hacer un derroche de presupuesto en la campaña electoral, aunque te lo devuelva el Estado por restitución de votos. En esa medida se decidió trabajar con lo mínimo. Mientras las campañas de Federico Gutiérrez y la de Gustavo están por arriba de los 40.000 millones de pesos, la de Rodolfo no llegó a los 4.000 millones. Eso me obligaba a ver dónde me movía y la primera opción eran buscar lo orgánico en redes sociales. Centrarme en el mensaje fuerte de él y tener una profusión, bombardear con mensajes. Y tener una actividad constante y muy potente.

P. ¿Y cómo aparece Tik Tok?

R. Lo segundo era conectar con jóvenes siendo muy irreverente y disruptivo en Tik Tok, incluso auto ridiculizarse en el juego de Tik Tok; y por otro lado fomentar las iniciativas de militancia que empezaban a llegar desde provincia, como son las famosas caravanas. Decidimos no imprimir material publicitario y eso generó una dinámica, algo que usó Obama en 2008, que consiste en colgar elementos de descarga libre y la gente incluso recreaba lo que quisiera. Tuvimos redes, una presencia de 24 vallas en todo el país, además de otras de gente que las imprimió y las puso. Y presencia particularmente en televisión y algo de radio.

P. ¿Por qué privilegian la radio sobre otros medios?

R. Parte de nuestra intención era trabajar con las radios pequeñas, no metiendo publicidad, pero sí hablando. Pero Rodolfo no tenía mucho tiempo. Había que dar prioridad a otras cosas y, como se convirtió en un fenómeno muy vistoso, se le dio mucho espacio a la comunicación de redes. Es un personaje que sigue la línea que acordamos, pero que en muchos momentos improvisa libremente y se va por el lado que quiere. Después toca hacer control de daños.

P. ¿Cuál ha sido el control de daños más grande?

R. Hay varios. Mete la pata con cosas. Se acordó de una frase que era de Einstein, pero él pensando que era un alemán se le vino a la cabeza Adolf Hitler y se mandó esa burrada que sigue pesando. Hay varias burradas que aún pesan, que tienen que ver también con la virtud de él que es ser franco o no elaborar, sino decir lo primero que le viene a la cabeza. Y a veces hay daños que te los explotan.

P. Ha dicho cosas muy graves sobre las mujeres.

R. Es un hombre de 77 años, de provincia, que tiene mundo en algunos cuántos temas, es viajado; pero tiene una lectura del mundo hecha de manera tradicional. Si ves a la mamá, que es todo un espectáculo, un personaje importante.

P: Que carga un arma.

R: Sí señora. Entonces, si la ves entiendes de qué escuela viene él. Cuando él da opiniones sobre temas, son demasiado tradicionales. No están en el cambio que está teniendo el mundo hace un rato largo. Por el otro lado, él tiene una cosa: lo importante es resolver los problemas que están arruinando la vida a las mujeres, no es si yo soy correcto como hablo. Y en este país probablemente hay un 20% con una conciencia de valores femeninos, otro 20 permeado por discursos feministas, pero hay un 60% del país que es muy tradicional. Este es un país muy godo, con Chile uno de los más conservadores.

Cecilia Suárez, la madre del candidato presidencial Rodolfo Hernández, con el revólver que guarda en el armario, en una fotografía del pasado 3 de marzo.
Cecilia Suárez, la madre del candidato presidencial Rodolfo Hernández, con el revólver que guarda en el armario, en una fotografía del pasado 3 de marzo.Carlos Buitrago

P. Pero Colombia ha avanzado en muchos aspectos. ¿Cómo entonces promover a un personaje tan tradicional para un país que no lo es?

R. Primero, es quién rodea a Rodolfo y qué influencia pueden tener. Porque él tiene una cualidad, que es su capacidad de evolucionar cuando comprende algo que no estaba viendo, es muy rápido. Es un pragmático.

P. ¿Hoy se habla de Hernández como el antisistema, cuando esa era una marca más de Petro? ¿Cómo lo ha hecho?

R. Rodolfo es un outsider aunque tiene un antecedente como alcalde de Bucaramanga. Es un hombre más concentrado en su carrera en los negocios que en la política. Además, su discurso antipolítica tradicional lo convierte en un personaje fuera de lo normal del comportamiento político. Se puede construir a un outsider, apelar a una serie de cosas, como irrumpir con otra agenda más sofisticada, pero en el caso de Rodolfo había un personaje que respondía a la lógica del outsider.

P. Pero él venía de la política de Santander.

R. Claro, de ser alcalde de Bucaramanga, que fue un piloto de lo que está planteando para el país: bajar la corrupción. El expresidente de Colombia Julio César Turbay dijo una frase de gran filosofía que fue “hay que bajar la corrupción a sus justas proporciones”; el caso de Rodolfo es atacar de raíz la corrupción. En ese juego tenemos un personaje que irrumpe como una novedad, una noticia en el escenario político. Esa es la construcción del outsider en Rodolfo, pero las características están en él. Tomé lo que hay ahí. Si quieres, mi magia fue agregar sal y condimento.

P: ¿A quién hay que creer: a sus declaraciones, a sus redes o a su plan de Gobierno? Porque se contradicen.

R: El plan de Gobierno es una especie de filosofía que alguien le construyó (no estaba yo en la campaña). La otra historia es que él tiene la ductilidad de ir comprendiendo cosas que no se pillaba. Cuando le preguntaron por Escazú no tenía ni idea. Él me pregunta qué es eso y yo le cuento y él modifica su criterio. Hay un montón de temas en los que Rodolfo va comprendiendo cosas que cuando se las plantean de entrada está desubicado. En una entrevista te ponen entre la espada y la pared, él a veces da la respuesta que le suena. No es un hombre que conoce de todos lo temas, pero tiene sabiduría. Él es un hombre intuitivo, que tiene sabiduría hecha en la vida y eso le da un kilometraje que lo puede poner delante de decisiones. La política, en el fondo son decisiones. Pero cuando lo pones delante de un bisturí que le pregunta este tema, el otro o el de más allá, a veces lo encuentras en metidas de pata.

P: ¿Cuál ha sido la peor?

R: Hay una clásica que todavía le machacan. Cuando le preguntaron sobre Vichada y él preguntó qué era eso. Si él hubiera sido más hábil y hubiera tenido picardía de político hubiera podido decir que eso le pasa a la mayor parte de este país, que no conoce dónde queda ese departamento.

P. Pero sí aparece en su programa de Gobierno. ¿Cómo no lo sabe?

R. Tiene contradicciones, incluso con cosas que él tiene claras en un primer momento. Dentro de eso le he planteado una cosa elemental y es que un presidente de la República no es un sabelotodo, tiene un equipo de Gobierno. Él es el director de orquesta sinfónica, tienes que saber para qué sirve cada músico, pero no tienes necesidad de saber cómo ejecuta cada uno.

P. También han hecho presencia en las calles en la campaña.

R. La calle tiene tres conductas. Una es montar la calle como espectáculo, las grandes manifestaciones públicas en plaza. En 2018, con Petro nos funcionó maravillosamente. Estaba olvidado el gran evento en la plaza en Colombia y con él nos centramos en esas manifestaciones que, al principio, lo ponía la propia gente. Se convirtió en una especie de estrella de rock y la gente pedía para que llegara a su ciudad. Al final ya eran más estructuradas. Ahora, en su caso, están repitiendo ese espectáculo. El de Rodolfo ha sido caminar la calle, algunos mercados, estar con la gente, algunos actos en espacios más cerrados.

P. Todos hemos visto la bofetada a un concejal y que es explosivo. ¿Teme que lo sea con usted?

R. Para nada. Tenemos una relación buenísima aún cuando le digo, Rodolfo la estás cagando, pará. Es una relación franca, de amigos.

P. Trabajó con Santos, con Petro. ¿Cómo describe a cada uno?

R. Juan Manuel es un político clásico, que puede serlo en Londres o en París, un político tenso es su relación con el país, al que costó ablandar para trabajar la segunda vuelta, que era complicada. Pero como es hábil y muy inteligente lo agarró muy rápidamente y lo convirtió en una actitud coherente con un momento muy importante en esa campaña, que fue el momento de ‘¿Usted mandaría sus hijos a la guerra?’. Eso cambió la lógica y generó un contraste entre guerra y paz. Gustavo es una persona complicada, porque es muy cerrado en él mismo pero muy claro en la mayoría de los temas.

P: ¿Cuál es la apuesta para la segunda vuelta? Se nota un discurso más acotado.

R: Es un llamado a la unidad del país en el nuevo proyecto que está votado por la mayoría de los colombianos, que es de cambio, que tiene dos caras: Gustavo Petro y Rodolfo Hernández. Y a Gustavo que se baje de la agresividad. Si miras, en el fondo las propuestas no son diferentes. Gustavo con los miedos, que se han debilitado pero aún están, y Rodolfo con lo que es Rodolfo.

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Catalina Oquendo
Corresponsal de EL PAÍS en Colombia. Periodista y librohólica hasta los tuétanos. Comunicadora de la Universidad Pontificia Bolivariana y Magister en Relaciones Internacionales de Flacso. Ha recibido el Premio Gabo 2018, con el trabajo colectivo Venezuela a la fuga, y otros reconocimientos. Coautora del Periodismo para cambiar el Chip de la guerra.

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