Los doce elegidos que marcan el precio de la barra de pan
La Lonja de Cereales de Barcelona advierte de que los precios pueden seguir subiendo durante este 2022 tras sequías, crisis energéticas y la guerra de Ucrania
Los precios de los cereales en España los marca la hoja de precios que cada martes publica la Lonja de Cereales de Barcelona. Este documento es la base de todas las transacciones de cereales que se realizan en España. La Lonja de Cereales —integrada por cuatro centenares de socios del sector— deposita en 12 representantes (la mayoría hombres) la misión de marcar un precio al trigo, maíz, soja, girasol, legumbres, frutos secos… Esta docena de elegidos forman parte de la comisión de precios y son nombrados por comerciantes, industriales y brokers que toman el pulso al precio de estas materias primas. De lo que decidan estas personas depende el precio no solo de la barra de pan, sino de absolutamente toda la alimentación, ya que el pienso es la materia prima fundamental para el engorde de ganado.
Cada martes, —“desde tiempo inmemorial”, según la propia página web de la institución— se reúnen los miembros de la Lonja de Cereales en el Salón de Cónsules de la Llotja de Mar entre las 12.00 y las 17.00. Terminada la sesión, es el turno de la comisión de precios, donde los 12 elegidos determinan la media de las cotizaciones producidas y se diseña la hoja de precios. Este martes se volvieron a reunir a puerta cerrada, pero EL PAÍS contactó con varios de los integrantes de la lonja. La tendencia de precios sigue siendo al alza. No recuerdan una oscilación al alza similar en el precio de las materias primas desde la crisis de 2008 y algunos advierten que los precios todavía no han tocado techo y seguirán subiendo este 2022.
“Los tiempos son convulsos. Hace un año y medio hubo una sequía en Canadá y heladas en Brasil que provocaron la primera elevación en el precio de los cereales. Después fue el turno de la crisis energética, que provocó una segunda elevación de precio, y la guerra de Ucrania, que creó la elevación definitiva”, contextualiza José Luis Esteban, presidente de la Lonja de Cereales de Barcelona. Esteban conoce el sector y asegura que esta concatenación de crisis se ha convertido en “la tormenta perfecta”. “En España se consumen 36 millones de toneladas de pienso al año y nuestras producciones agrícolas son de 16, 17 o 18 millones de toneladas. Nos faltan 20 millones de toneladas que son las que importamos. De maíz ucraniano importábamos entre cinco y siete millones; este año solo hemos importado dos”, reconoce.
La consecuencia es fácil: se han disparado los precios. “En 2017 los precios del maíz y el trigo rondaban los 170 y 180 euros por tonelada. En solo cuatro meses ha pasado de costar 240 euros la tonelada de maíz a 380 euros la tonelada. El trigo ha pasado de 300 a 440 euros y la soja lleva los últimos seis meses a niveles que rondan los 500 euros la tonelada. Ya no hablamos de las materias proteicas como la colza o el girasol, que se han disparado. A todo ello hay que añadir que la cosecha española creemos que será peor de la esperada”, mantiene el presidente de la lonja. En 2008 también subió el precio de los cereales, pero la situación actual es muy diferente. “Rusia y Ucrania representan el 40% de toda la explotación de trigo mundial. Eso ha obligado a abrir nuevos mercados. Bruselas se ha abierto a permitir los organismos genéticamente modificados (OGM) lo que nos ha permitido importar cereales modificados de Estados Unidos y de Brasil. Con ello se ha conseguido no crear ningún desabastecimiento”, se enorgullece. El problema ahora será el importe. “Creo que no se ha llegado al máximo de precio. La fabricación tenía un decalaje de abastecimiento que le ha permitido mantener los precios hasta junio o julio. Es decir, había materia primas compradas con anterioridad que han respetado los precios y no se han repercutido, pero ahora no habrá otro remedio que subirlo”, advierte. Esteban cree que durante 2022 se mantendrá una tendencia alcista.
El presidente de la mesa de precios de la Lonja de Cereales, Josep Maria Torremorell, asegura que uno de los mayores peligros que han encarecido los productos fue la palabra “desabastecimiento” repetida en muchas ocasiones a las horas de la invasión de Rusia a Ucrania. “Se han subido tanto los precios que se ha llegado a disminuir el consumo e incluso ha provocado que no sea rentable producir cerdos”, reconoce.
Torremorell no cree que suban mucho más los precios. “Es que están tan altos que están destruyendo la demanda. Yo creo que se buscarán alternativas. De momento ya se ha modificado la normativa para importar cereal modificado genéticamente. En Argentina se podría permitir una flexibilidad con los fungicidas. Hay todavía espacio por recorrer”, asegura. Torremorell advierte que hay países que pueden haberse visto beneficiados con la guerra ucraniana: “Los excedentarios como Estados Unidos, Brasil o Francia han dejado de tener a Rusia o Ucrania como competidores. Aun así, los agricultores no se han visto para nada beneficiados porque les han subido las materias primas y la energía”.
La lonja de Barcelona es la primera de España y la segunda de Europa en cuanto al volumen de transacciones. “España es el país de la Unión europea más dependiente de la importación de cereales. Nuestra hoja de precios sienta cátedra en toda España y a partir de esos precios se realizan las transacciones”, se enorgullece Esteban. El presidente de la Lonja advierte, eso sí, que los importes que marcan esta docena de elegidos están condicionados por todo lo que sucede “en cuanto a los precios locales y de importación en el mundo del cereal durante esa semana”.
La Lonja de Cereales tiene su origen en el siglo XIV cuando se construyó en Barcelona la Casa Llotja de Mar, donde se depositaban y comercializaba con cereales. Ahora tiene la tutela del Departamento de Empresa y Ocupación de la Generalitat de Cataluña y se encuentra dentro de la sede de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Barcelona.
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