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ENTREVISTA

Maarten Wetselaar (Cepsa): “Las renovables y el hidrógeno son una oportunidad real para la reindustrialización de España”

El consejero delegado de la petrolera augura unos precios del petróleo altos a corto y medio plazo, y apremia a mejorar las interconexiones con el resto de Europa

El consejero delegado de Cepsa, Maarten Wetselaar, el jueves en la sede de la petrolera.
El consejero delegado de Cepsa, Maarten Wetselaar, el jueves en la sede de la petrolera.Claudio Alvarez
Ignacio Fariza

Apenas 24 horas después de revelar la hoja de ruta de Cepsa para lo que resta de década y en plena tormenta energética global, su primer ejecutivo, Maarten Wetselaar (Leiden, Países Bajos, 53 años), concede su primera entrevista desde su aterrizaje —hace solo tres meses— en la petrolera española tras un cuarto de siglo en el gigante británico Shell. Confía en un cambio total de enfoque del negocio, de lo fósil a las renovables. Ve en en hidrógeno verde una ocasión de oro, no solo para la empresa que dirige sino también para España: ”es una oportunidad real para su reindustrialización”—. Descarta una revolución del fracking en Europa a la imagen y semejanza de lo ocurrido en EE UU. Y no teme una escasez de diésel.

Pregunta. En su plan nuevo plan estratégico no hay ninguna previsión de beneficios. ¿Cuánto aspiran a ganar en 2030?

Respuesta. Es cierto que no hemos ofrecido cifras muy detalladas: no somos una compañía cotizada, así que el interés de los inversores es menor. Pero hay dos números importantes a tener en cuenta: 8.000 millones de inversión, el 60% de ellos en actividades sostenibles. Y hay otro motivo de no ofrecer un desglose muy detallado: aunque vamos a gastar ese dinero en movilidad eléctrica, hidrógeno y biocombustibles, la velocidad a la que se desarrollarán estos negocios todavía es algo incierta. Si vemos que uno se mueve más rápido que otro, cambiaremos nuestro enfoque. Y si vemos que todo se mueven muy rápido, probablemente queramos elevar esa cifra, porque sin duda queremos el liderazgo en todos ellos.

P. Dicen que todas estas inversiones se autofinanciarán. ¿Cómo?

R. Así es. No creemos necesitar el dinero de los accionistas para ejecutar este programa de inversión. El flujo de caja que generemos será para financiar este programa, mantener el balance y repartir dividendos a nuestros inversores. Para finales de esta década nuestro flujo libre de caja será bastante alto, porque no solo tendremos nuestros activos actuales, sino también los nuevos.

P. Por dejarlo claro: será el dinero del negocio petrolero actual de Cepsa el que financiará esta transformación.

R. Absolutamente: el de exploración y producción, el de refino... Tratamos de maximizar el valor de nuestro negocio clásico y, después, construimos negocios verdes con ese dinero. Hay áreas transversales, pero sí: el dinero que llega de lo fósil financiará el crecimiento de la parte verde.

P. ¿Es más fácil este proceso con el petróleo por encima de 100 dólares, como ahora?

R. En la industria en general eso es cierto por motivos: porque con precios altos del petróleo y el gas es más sencillo para las renovables competir y porque el negocio fósil es más rentable. Esta máxima aplica menos para Cepsa que a otras compañías, como las frackeras en EE UU. Pero, aun así, sí: el efecto está ahí.

P. Abren la puerta a una venta de su división de Química, una de las grandes joyas de Cepsa.

R. No la cerramos. Todas las opciones están encima de la mesa.

P. Pero, a día de hoy, ¿qué prefieren?

R. Estamos justo en el proceso de tomar una decisión. Depende de varios factores y nos tomaremos nuestro tiempo para tomar la decisión correcta, porque es un tema importante.

P. Su plan pasa por instalar 7 gigavatios de eólica y solar en España de aquí a 2030. Es mucho: el 7% de lo que el Gobierno prevé que haya instalado en todo el país para entonces. Y ustedes dicen que todo es para consumo propio...

R. Somos grandes consumidores de electricidad, y lo seremos aún más: para generar hidrógeno verde, por ejemplo, se necesita mucha electricidad. Otra parte importante se destinará a movilidad eléctrica, donde, por supuesto, venderemos nuestra energía.

P. ¿Apuestan más por la solar o por la eólica?

R. La mayoría será solar, pero para fabricar hidrógeno verde necesitaremos una mezcla de las dos porque los electrolizadores tienen que trabajar todo el tiempo que sea posible... Y el sol y el viento no siempre coinciden.

P. ¿El plan de Cepsa pasa por, en un futuro, convertirse en una empresa eléctrica?

R. No específicamente. No porque haya algo malo en ello, sino porque nuestra estrategia está más centrada en las moléculas verdes: creemos que ese es el mayor vacío de la transición energética. Ya hay mucha gente en España centrada en la electricidad de origen verde, pero lo más difícil es alimentar los sectores que hoy usan combustibles fósiles. Ahí el avance es menor: tecnológicamente es más complejo y la intensidad en capital es mayor. Los paneles solares están muy bien, pero muchas empresas puede dedicarse a eso. Fabricar combustible sostenible para la aviación, en cambio, es un proceso químico complejo. No solo es la parte más difícil de la transición energética, sino que será un espacio muy competitivo.

P. ¿Cuándo venderán su último barril de petróleo? ¿Y el último litro de gasolina o diésel?

R. La industria energética seguirá necesitando petróleo durante algún tiempo, porque hay más demanda de la que se puede cubrir con biocombustibles. También la química. Así que el mundo probablemente necesite petróleo durante largo tiempo para satisfacer la demanda. Pero el último barril de crudo de Cepsa del que no se secuestrará el dióxido de carbono —es decir, que no tendrá cero emisiones netas— se venderá bastante antes de 2050.

P. ¿Y cuándo cerrará su última gasolinera?

R. Creo que dejaremos de vender gasolina [y diésel] a lo largo de la década de 2040, aunque muchas estaciones de servicio habrán dejado de hacerlo antes. En España no se podrán matricular coches de combustión interna a partir de 2035, así que toda esa flota estará fuera de la carretera en 2040 o, como tarde, 2045. Será al contrario de cómo es ahora: se podrá cargar en todos lados, pero el gasóleo y la gasolina serán cada vez más difíciles de encontrar.

P. ¿Es el alto precio del petróleo una buena noticia para el desarrollo del vehículo eléctrico?

R. Sí, creo que ayuda, aunque los precios de la electricidad también son altos en ese momento. Pero no es solo una cuestión de precio, sino de seguridad energética: la energía verde es fundamentalmente local, mientras que la fósil es importada. Eso dará un empujón a la movilidad eléctrica.

P. ¿Cuándo bajará el precio del petróleo?

R. El mercado continuará tenso. Salvo que se produzca otro choque de demanda, los precios seguirán siendo altos, en un rango de entre 70 y 130 dólares.

P. Es un mercado muy cíclico. ¿Los altos precios de hoy harán crecer la oferta, como en el pasado, o las empresas del sector simplemente se enfocarán en otros negocios, como las renovables?

R. Más bien lo segundo. En anteriores ciclos mucha gente sí habría dicho: “Es el momento de explorar y desarrollar proyectos”. Hoy no: esas mismas empresas están manteniendo estable su producción o incluso la están reduciendo, y eso es algo que no está cambiando por la actual señal de precios. Quizá la única excepción sea el shale [más conocido como fracking] en EE UU.

P. Hay una cierta contradicción en Europa con respecto al fracking: se rechaza, pero a la vez buena parte del gas y el petróleo que se está importando de EE UU para sustituir el procedente de Rusia procede de fracturación hidráulica. ¿Atisba una segunda oportunidad para su desarrollo en el continente?

R. No lo creo. Se ha intentado varias veces y, solo con ver cómo es la industria del fracking en Texas, se aprecia que no es posible hacer algo similar en Europa.

P. No le ve sentido, entonces, a invertir en fracking en Europa.

R. No.

Wetselaar, durante la entrevista.
Wetselaar, durante la entrevista.Claudio Alvarez

P. ¿Qué le parece que solo tres empresas, Repsol, BP y Cepsa tengan que complementar con 5 céntimos adicionales la rebaja de 15 céntimos por litro de carburante que aporta el Gobierno?

R. Es una medida muy temporal, en un momento de crisis. La semana pasada anunciamos una bajada de precios para nuestros clientes y lo que el Gobierno está haciendo es generalizarlas. Lo entendemos, como medida temporal, y entendemos el daño que están sufriendo los consumidores y las empresas.

P. ¿No tienen espacio para reducir su margen y así hacer bajar un poco más el precio a sus clientes?

R. El mercado español es bastante competitivo, con algunas empresas grandes pero también con un número creciente de actores pequeños que compiten, sobre todo, en precio. Así que los márgenes no son tan amplios. La medida que hemos tomado es excepcional: trata de ayudar al país en un periodo de tiempo limitado, pero no puede durar para siempre.

P. En las últimas semanas ha crecido la preocupación sobre el suministro de diésel.

R. Hay suficiente diésel en el mundo. Si no viene de Rusia, vendrá de Oriente Medio o de Asia: no me preocupa la falta de esta molécula. Además, hay reservas. Los precios seguirán siendo volátiles, pero es muy poco probable que se produzca escasez. España tiene más capacidad de refino que muchos otros países europeos y no compra mucho diésel procedente de Rusia.

P. Una de las cosas que muestra esta crisis es la ausencia de una política energética común en la UE. ¿Cambiará esto?

R. El mundo ha cambiado, sobre todo desde la perspectiva de la oferta, y la independencia y la seguridad energética ha pasado de ocupar un puesto bajo en la agenda a ser una de las tres grandes prioridades. Es mucha la energía que se producir de forma local y sin emisiones.

P. La promesa del hidrógeno verde ha crecido exponencialmente en los últimos años. ¿Cuándo será una realidad?

R. Aún habrá que esperar hasta finales de esta década para que sea competitivo en precio, tanto frente al procedente de otras fuentes [fósiles] como frente al diésel o el gas. Pero España puede generar el hidrógeno verde más barato de Europa.

P. ¿Qué oportunidades se abren?

R. Si alguien quiere abrir una fábrica en Europa, ¿lo hará en Alemania o en el sur de España, donde el hidrógeno verde será más económico que en ningún otro lugar? Las renovables y el hidrógeno verde son una oportunidad real para la reindustrialización de España: en las anteriores oleadas de industrialización, la fuente de energía más barata no estaba aquí. Pero ahora sí.

P. Harán falta, también, interconexiones con el resto del continente.

R. Sí. Si quiere aprovechar todo su potencial necesita un tubo que conecte el sur de España con Alemania. El hidrógeno necesita unos grados de acero ligeramente superiores a los del gas, pero si se opta por el acero correcto [el tubo] se podría utilizar para transportar ambos. Será crucial: cuanto antes se construya, antes nos podremos asegurar de escalar la industria del hidrógeno para el tamaño de la oportunidad [que tiene enfrente], que es mucho mayor que los cuatro gigavatios que el Gobierno ha anunciado.

P. ¿Adelantará la eclosión del hidrógeno el alto precio del gas natural? Es su competidor más cercano...

R. Sí, absolutamente. Tanto del gas como del petróleo: cuando el crudo cuesta 50 dólares el hidrógeno verde tiene mucho más difícil competir que cuando cuesta 150. Cuanto mayor sea el precio de la energía fósil, más competitivo será.

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Sobre la firma

Ignacio Fariza
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS. Ha trabajado en las delegaciones del diario en Bruselas y Ciudad de México. Estudió Económicas y Periodismo en la Universidad Carlos III, y el Máster de Periodismo de EL PAÍS y la Universidad Autónoma de Madrid.

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