Martín Guzmán: “Argentina está lista para acordar con el FMI, pero faltan consensos internacionales para avanzar”
El ministro de Economía argentino lidera la negociación para posponer el pago de los 44.000 millones de dólares que el organismo multilateral prestó al país en 2018
Martin Guzmán (La Plata, 39 años), lleva dos años de trabajo intenso. En agosto de 2020, el ministro de Economía argentino acordó con los acreedores privados un nuevo cronograma de pagos por 65.000 millones de dólares. Desde entonces, intenta algo similar con el Fondo Monetario Internacional (FMI), al que Argentina debe los 44.000 millones de dólares que el organismo multilateral prestó al Gobierno de Mauricio Macri en 2018. La negociación ha sido más dura de lo esperado por la reticencia a acordar de algunos accionistas. En esta entrevista con EL PAÍS, realizada en su despacho en el Ministerio de Economía, Guzmán destaca las críticas que el FMI ha lanzado sobre aquel préstamo a Macri en un informe técnico presentado la semana pasada en Washington. “Hubo una autocrítica, porque la evaluación reconoce que el programa de 2018 fracasó”, dice Guzmán. Argentina está urgida de un acuerdo. El año que viene debe pagar al FMI 19.115 millones de dólares, de los cuales 3.588 millones vencen antes de marzo. No tiene ese dinero.
Pregunta. ¿En qué punto está la negociación con el FMI?
Respuesta. En que se acelere la comprensión, por parte del conjunto de accionistas del FMI, del funcionamiento de la economía argentina y de lo que constituiría un programa para darle continuidad a la fuerte recuperación económica que hoy estamos viviendo. El paso más reciente fue la evaluación que hizo el FMI del acuerdo firmado en 2018, un préstamo récord en la historia de la institución. Se dio un paso importante con el reconocimiento del FMI de que ese programa fracasó, no cumplió ninguno de sus objetivos, profundizó la recesión, elevó los niveles de inflación, aumentó los niveles de pobreza y desigualdad.
P. ¿Quedaron conformes con el informe? ¿O esperaban más?
R. Hubo una autocrítica. El informe reconoce que hay pilares en los que se basó [el préstamo] que estuvieron mal formulados. El mismo FMI dice que debería haber habido más temprano una reestructuración de la deuda pública denominada en moneda extranjera, que luego nosotros llevamos a cabo en 2020; que debería haber habido regulaciones de capital para evitar que una parte significativa del préstamo se utilizase para financiar la salida de capitales; y también reconoce que la inflación es un fenómeno multicausal que no solo se puede atacar con una política monetaria y la tasa de interés, como se hizo en ese momento. Eso es lo que nos ha mostrado el staff del Fondo. También en el comunicado vimos que hubo algún caso por parte de los accionistas en el cual no se alcanzó una comprensión plena.
P. ¿Ese informe no puede ser contraproducente, en el sentido de que el FMI diga ‘en eso en lo que fuimos débiles ahora seremos más duros’?
R. Hay una visión compartida en la relevancia de transitar un camino que fortalezca la sostenibilidad de las deudas. En segundo lugar, que se reconozca que tiene que haber regulaciones de la cuenta capital hace que estemos en una misma página. Y el reconocimiento de que la inflación es multicausal también nos pone en una misma página.
P. Pero ha dicho que algunos accionistas no están de acuerdo…
R. Con el staff ha habido entendimientos profundos. A nivel de los accionistas, claramente ha habido un crecimiento de la comprensión de la situación, pero esa comprensión no se ha dado a la velocidad que sería deseable para tener un acuerdo ya con el FMI. Lo que el Gobierno argentino quiere es que se acelere ese proceso de comprensión.
P. ¿El nudo entonces está ahí? ¿En que hay países que no quieren un acuerdo con Argentina?
R. Resta tener los consensos internacionales que hacen falta para tener un acuerdo entre ambas partes. Argentina está lista, y está para avanzar. El Gobierno argentino tiene el pleno interés en cerrar un acuerdo lo más rápidamente posible.
P. ¿Cuáles son los puntos más conflictivos de la negociación?
R. Lo importante es que los accionistas en su conjunto tomen las lecciones de la evaluación post programa que hizo el FMI. También, que se termine de entender que el esquema de políticas macroeconómicas tiene que permitirle al Estado jugar un rol contra-cíclico que apuntale la recuperación. El PBI este año va a crecer alrededor del 10%, el empleo también está creciendo con 422.000 empleos nuevos en el sector privado.
P. ¿No eso rebote post pandemia?
R. Eso es recuperación, porque hubo una administración de la pandemia que permitió mantener vivas las capacidades de la pandemia. No hubo destrucción masiva de puestos de trabajo y de empresas.
P. ¿Cómo golpeó en la negociación con el FMI el rechazo opositor del presupuesto de 2022 en el Congreso?
R. Fue un evento que no esperaba la comunidad internacional. El efecto que tuvo fue generar cierto daño institucional a Argentina, que no es bueno, pero ya estamos trabajando para corregir este punto. El presupuesto tenía como base la programación macroeconómica que ha sido la plataforma de las negociaciones con el Fondo. Por eso es importante que haya un apoyo amplio de la sociedad y de los distintos frentes políticos.
P. También ha habido declaraciones de miembros de la coalición de Gobierno contrarios a un acuerdo...
R. Hay un consenso muy marcado y definido sobre cuál es la posición que permite que hoy cuidemos a Argentina. Trabajamos todos juntos en nuestro frente político para lograr eso.
P. ¿En qué quedó el plan económico plurianual que el presidente Alberto Fernández dijo que iba a enviar al Congreso a principios de diciembre? Hubo quienes incluso pensaron que ese plan era el acuerdo con el FMI...
R. Es el acuerdo con el FMI, efectivamente. Cuando haya acuerdo con el Fondo será enviado al Congreso, porque la política de estabilización macroeconómica más que política de Gobierno debe ser política de Estado. Y por eso es importante que sea aprobado por el Congreso. En Argentina eso es así por ley, además, desde 2020. Eso no había ocurrido antes, los más de 20 programas fallidos que Argentina tuvo con el Fondo nunca pasaron por el Congreso.
R. ¿Y cuál será la diferencia entre este acuerdo y los 20 fallidos anteriores?
R. Otro de los aspectos positivos de la evaluación del FMI es el reconocimiento de que no hay un modelo que se ajuste a todos los países del mundo, sino que hay que tener en cuenta las idiosincrasias. Y esto es algo que no ocurrió en ninguno de los programas previos entre Argentina y el Fondo Monetario. Esta evaluación post programa da lecciones, y es muy importante acelerar la comprensión de esas lecciones para avanzar en un nuevo programa que respete la idiosincrasia de Argentina.
P. ¿Qué le dice a los accionistas díscolos? ¿Cómo los convence?
R. Les planteamos nuestra visión de cuál es el rumbo que va a tranquilizar la economía argentina. Para ello hemos definido un esquema de política cambiaria, fiscal y monetaria y un rol para el Estado, redefiniendo como invierte sus recursos para generar ventajas comparativas sobre la base de producción que agrega valor. Y que el Estado nación se fortalezca sobre la base de una moneda más robusta.
P. Hablemos de la moneda. Al peso le cuesta mantener su valor y hay una gran brecha cambiaria entre la cotización del dólar oficial y el no oficial.
R. Hay que separar el carril de la economía real del carril de la economía financiera. La foto de la economía real es de claro y fuerte progreso. Por otro lado, tenemos una situación de brecha cambiaria y de riesgo país elevado. La brecha cambiaria es la consecuencia de controles de capitales adoptados por la administración previa cuando hubo un cambio de expectativas y una salida de los capitales que habían ingresado a Argentina a especular. Hay una parte importante de esos capitales que aun están atrapados y buscan oportunidades para salir, y eso pone presión a la brecha cambiaria. Y tenemos el problema de la deuda con el FMI, que es la principal tensión para la balanza de pagos para 2022. Si uno midiese el producto por habitante en dólares utilizando el tipo de cambio paralelo daría unos 5.000 dólares por cápita. Y eso no representa la riqueza de Argentina, que no es una economía de ingresos bajos, es de ingresos medios. Por eso decimos que el tipo de cambio oficial es el que representa la capacidad de la economía real.
P. Pero la cotización no oficial del peso frente al dólar es la que marca las expectativas, y con el FMI se negocia sobre expectativas…
R. Hay una situación en la cual la situación de la economía financiera hace que el crecimiento de la economía real quede opacado. Muchos se centran en la economía financiera y eso genera efectos sobre la generación de confianza. Por eso es tan importante para Argentina tener el apoyo de la comunidad internacional para poder refinanciar la deuda con el Fondo y establecer un marco de mayor previsibilidad.
P. ¿Tiene fecha límite para una acuerdo?
R. Argentina está lista para avanzar, pero hay todavía un trabajo de comprensión a nivel de la comunidad internacional.
P. Y cuál es la percepción que tiene de esa comprensión?
R. Se ha ido construyendo en este periodo un apoyo de buena parte de la comunidad internacional, que Argentina agradece, porque es un voto de confianza. Tal ha sido el caso de países como España y Francia.
P. ¿Y puede decir quiénes se muestran más reticentes?
R. Hay cuestiones que cada accionista debe decidir cuándo hace públicas. Nosotros trabamos con todos para que esto se resuelva lo antes posible.
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