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La Comisión Europea da luz verde a las ayudas de 3.000 millones del PERTE español del automóvil

Grupo Volkswagen mantiene vivo su plan de fabricar coches eléctricos en España pero espera a las subvenciones para confirmarlo

Unos usuarios intentando recargar su vehículo en un punto de recarga de coches eléctricos en Madrid.
Unos usuarios intentando recargar su vehículo en un punto de recarga de coches eléctricos en Madrid.KIKE PARA

La Comisión Europea ha aprobado este jueves el esquema de ayudas español de 3.000 millones de euros para la recuperación y transformación económica (conocido como PERTE) del automóvil eléctrico y enchufable. El programa prevé el apoyo a inversiones en investigación, desarrollo e innovación, protección medioambiental y eficiencia energética en toda la cadena de esta industria. El régimen será financiado en parte por los fondos Next Generation, negociado en verano de 2020 por los líderes europeos para empujar la ola de la transformación ecológica y digital tras el impacto de la pandemia.

El plan español “contribuirá a hacer posible una cadena de valor innovadora y sostenible para los vehículos eléctricos, en consonancia con las normas sobre ayudas de Estado y los objetivos del Pacto Verde Europeo”, ha afirmado este jueves la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, a través de un comunicado. “Desempeñará un papel importante en la recuperación ecológica y digital de la economía española, garantizando al mismo tiempo que se minimicen las posibles distorsiones de la competencia”, ha añadido.

Las cuantías económicas se concederán mediante un proceso de selección competitivo y en forma de subvenciones directas y de préstamos blandos, según la nota facilitada por el Ejecutivo comunitario, en la que se detalla también que el régimen estará en marcha hasta 2023, estará abierto a consorcios de empresas radicadas tanto dentro como fuera de España, y en los que al menos un 40% de los socios sean pequeñas y medianas empresas. Las ayudas se concederán a través de un proceso de selección competitivo y serán entregadas mediante subvenciones directas y préstamos blandos.

“El primer proyecto estratégico de España es una oportunidad única para relanzar el sector de la automoción desde una perspectiva sostenible y digital”, ha reaccionado este jueves el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al conocer la noticia. “Seguimos avanzando en un nuevo modelo de movilidad”, ha señalado a través de redes sociales.

El Consejo de Ministros aprobó el primero de los PERTE, el dedicado al vehículo eléctrico y enchufable, el pasado mes de julio. Va, en todo caso, con retraso al calendario inicialmente previsto pese a ser considerado como un balón de oxígeno para la industria. Los últimos cálculos del Ministerio de Industria sostenían su aprobación definitiva antes de que concluya este año, lo que abriría la presentación de candidaturas para recibir fondos comunitarios en un proceso que, previsiblemente, debería estar concluido en verano.

Por ahora, España ha recibido 9.000 millones euros después de la aprobación de su plan y la Comisión Europea ha dado la luz verde inicial para desbloquear otros 10.000 millones este mes. Sin embargo, la oposición y las empresas critican la lentitud en el despliegue de esos recursos, en especial en sectores en los que urge una gran transformación, como el del automóvil. La multinacional Airbus, por ejemplo, cargó en un informe interno contra la gestión de los fondos europeos que estaba llevando a cabo el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Moncloa defiende, sin embargo, que Next Generation EU es un programa plurianual que debe valorarse al final del ciclo de tres años en el que se concentrarán la mayor parte de las reformas e inversiones comprometidas con Bruselas. De hecho, los organismos internacionales están trasladando el grueso del rebote económico previsto para España a 2022 –en lugar de 2021— porque para entonces esperan, además de una mejor temporada turística, una mayor absorción de los fondos comunitarios.

La aprobación del PERTE no es baladí. Dependen de él dos grandes proyectos conocidos. Por un lado, la reconversión de las fábricas de Seat y Volkswagen en Martorell (Barcelona) y Landaben (Pamplona) para que puedan ensamblar vehículos totalmente eléctricos. Por el otro, la construcción de una fábrica de pilas de baterías en España, precisamente para proveer a esas dos instalaciones, si es que otras marcas instaladas en España con fábricas propias no acaban sumándose al proyecto.

Precisamente, el consejo de administración de Grupo Volkswagen ha aprobado hoy una inversión de 89.000 millones de euros de inversión para fabricar coches propulsados solo por baterías en los cinco próximos años en diversas de sus factorías. La fábrica central para el grupo, en Wolfsburgo está dentro de esos planes, de la misma forma que están las de Leipzig, Salzgitter, Hanover, Neckarsulm o Bruselas.

En el mapa que ha utilizado el consorcio alemán también figuran las dos plantas españolas, que se tienen que encargar del ensamblaje de los modelos eléctricos más económicos del grupo, para las marcas Volkswagen, Sköda y Cupra (segunda marca de Seat) a partir de 2025. Esa inclusión supone que Volkswagen mantiene los planes para España pero, como ha subrayado el consejero delegado del grupo alemán, Herbert Diess, están condicionados: “La decisión final dependerá de las condiciones generales y los incentivos del Gobierno”. De sus palabras se puede interpretar que no confirmarán las inversiones necesarias hasta que su proyecto para participar en el PERTE sea aprobado.

Las presiones sobre la necesidad de recibir ayudas y de tener un marco favorable para el desarrollo de sus planes han sido constantes desde Volkswagen, que hoy ha desvelado que si en Martorell quieren fabricar un utilitario en Pamplona se centrarían en un todocamino urbano, previsiblemente aprovechando la misma plataforma de vehículo pequeño. No quedarse fuera de esos planes ha sido calificado desde Seat como “una noticia excelente”.

Según los cálculos realizados por el Gobierno, los recursos europeos que regarían el sector activarán inversiones por un total de 19.000 millones de euros en el próximo trienio. En el momento de su aprobación, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, explicó que el objetivo no era únicamente el de “regresar al punto de partida previo a la covid” sino que se buscaba impulsar la transformación de la industria de la automoción para que esta se convierta en un verdadero motor económico en España, con la idea de alcanzar el 15% del PIB en 2030. El Ejecutivo pretende convertir España “en el hub europeo de electromovilidad”.

Los 3.000 millones de euros aprobados ahora por Bruselas corresponden a la parte industrial del PERTE, unas ayudas que se completan con las de otros planes, como el programa Moves para la adquisición de vehículos eléctricos y la implantación de puntos de recarga (de 800 millones) o el programa tecnológico de movilidad sostenible del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial, hasta sumar 4.300 millones de euros. El desarrollo del proyecto prevé una inversión total de más de 24.000 millones de euros en el periodo 2021-2023 entre cuantías públicas y privadas.

La ministra de Industria, Comercio y turismo, Reyes Maroto, interviene en la entrega de los Premios Nacionales de Comercio Interior, a 9 de diciembre.Vídeo: Marta Fernández Jara / Europa Press

“Es una magnífica noticia tras meses de negociación con Bruselas”, ha indicado la ministra de Industria, Reyes Maroto, a través de un comunicado. El Ejecutivo estima que la creación de empleo generada por el PERTE podría alcanzar los 140.000 puestos de trabajo y la contribución al PIB se situaría entre el 1% y el 1,7%, tal y como señala una nota difundida este jueves por Moncloa. En ella se detalla que la intención es alcanzar en 2023 los 250.000 vehículos eléctricos matriculados y entre 80.000 y 110.000 puntos de recarga desplegados.

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