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El sector agrario reduce la producción por la subida de los costes

Las asociaciones advierten de ajustes en cabañas ganaderas y explotaciones agrícolas, lo que se notará en los mercados dentro de unos meses

Reses de una explotación ganadera en Ávila, el pasado junio.
Reses de una explotación ganadera en Ávila, el pasado junio.Víctor Sainz

El sector agrario alerta sobre el riesgo de que se produzca una reducción de la oferta de algunos productos básicos de la cesta de la compra por la subida de los costes de producción y la imposibilidad de repercutirlos en los precios de venta. Y eso a pesar de las exigencias de la Ley de la Cadena Alimentaria, que obliga a pagar al menos el valor que cuesta producir los alimentos, ya sea por parte de la industria como eslabón intermedio o cuando se opera directamente con la distribución. Para no incurrir en más pérdidas, varios sectores ganaderos han optado por reducir el número de animales de reposición en granjas. No obstante, aseguran, el ajuste no amenaza el abastecimiento.

La patronal de la industria alimentaria, FIAB, denuncia que el fuerte incremento de los costes y la dificultad para repercutirlos desestabiliza al sector, con el riesgo de que se produzca una pérdida de empleo y que las inversiones se vean comprometidas. Coag (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos) reclama un plan de choque y el presidente de Asaja (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores), Pedro Barato, advierte sobre la necesidad de corregir esta situación para evitar más abandonos en producciones y para que no aumente la dependencia del exterior.

Los medios de producción más utilizados en el sector agrario se han encarecido en distintos porcentajes: entre un 50% y un 100% los diferentes fertilizantes; entre un 20% y un 25% los piensos, por el incremento de los cereales y la soja; más de un 30% el agua; más de un 40% el gasóleo, y un 300% la energía. Fuentes del sector coinciden en la necesidad de que la distribución deje a un lado las guerras de cuotas y repercuta esos mayores costes en el consumidor final para que no suceda, como habitualmente, que la crisis la soporte el precio que se paga en origen.

En el sector de la avicultura de carne, con gran demanda interior y una producción superior a 1,5 millones de toneladas, los piensos suponen aproximadamente un 80% de los costes. Eso y la subida de precios de la energía, muy utilizada en las crianzas, suponen una media de 0,50 euros por animal, lo que se traduce en unas pérdidas estimadas de 300 millones. Frente a esta situación, para no incurrir en más pérdidas, tanto algunos grupos integrados de productores (más el 70% del sector) como productores independientes han optado por reducir las entradas de animales en un 10%. Con el mismo objetivo de producir menos para rebajar pérdidas se están elaborando piensos más baratos y con menos capacidad de engorde de los animales, rebajando las crianzas anuales de cinco a dos o tres. José Costa, ganadero integrado en el grupo gallego Rivadulla, se considera un afortunado porque este año no ha reducido el número de crianzas ni el volumen, todo lo contrario que les ha sucedido a compañeros que operan con otros grandes grupos.

En la avicultura de puesta, un sector con 47 millones de gallinas y una producción de 1.250 millones de docenas de huevos anuales, la directora de la Asociación de Productores de Huevos, Mar Fernández, considera que en los últimos meses no se ha registrado ningún movimiento importante en los censos de ponedoras. Solamente se han producido ajustes en las producciones de huevos especiales, como los ecológicos o los camperos, por los incrementos de los costes y la dificultad para repercutirlos en los precios de venta a la distribución. Sin embargo, estos cambios en volumen apenas afectan a la oferta global.

El porcino y el vacuno también recortan

En el porcino, con un largo periodo de muy buenos precios, el sector incrementó censos hasta los 32 millones de animales, con una producción anual de más de cinco millones de toneladas, de las que más de la mitad se exportan. Actualmente se ha producido un ajuste de alrededor del 10% que no pone en riesgo el suministro. A los precios al alza de los piensos y la energía se han añadido otros motivos, como los ajustes en las ventas a China, que sigue siendo el principal cliente.

En el vacuno de leche, la subida de los costes de producción y la pérdida de rentabilidad ya es un viejo problema que ha contribuido a la reducción de las explotaciones en las últimas campañas. Oficialmente, los costes de producción antes de esta crisis se situaban en 0,36 euros litro, mientras los ganaderos percibían de media 0,33 euros. A pesar de la caída de las explotaciones a menos de 12.000, no ha bajado la oferta, incluso en competencia con la leche francesa importada. En el vacuno de carne, el presidente de la Asociación de Productores, Javier López, estima que la subida de costes por piensos, transporte o energía se han traducido en un fuerte ajuste en la entrada de animales en los cebaderos. Anualmente se importaban de Francia para su engorde unos 650.000 animales. En este ejercicio la cifra se habría reducido a solamente unos 350.000. Esa reducción se podría notar en la oferta de carne nacional dentro de un año.

En frutas y hortalizas, la Fepex (Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas) denuncia el desajuste en los resultados provocado por el incremento de todos los costes de producción (agua, luz, plásticos y transporte). Pero señalan que se han mantenido las superficies de cultivo como en una campaña más, algo indispensable para operar en mercados muy globalizados. Un tema que preocupa en el sector es el fuerte incremento de los precios de los fertilizantes, con un gasto en el último año ya cercano a los 2.000 millones de euros, y otros medios de producción como el gasóleo y las semillas. De cara a la sementera, hay un clima propenso a rebajar las compras de semillas certificadas así como al empleo de fertilizantes inorgánicos, lo que, a la postre, se traduciría en unas menores posibilidades de producción para la próxima campaña.

En relación con los costes de producción, el Ministerio de Agricultura prometió hace ya varios años la puesta en marcha de un observatorio para analizar el comportamiento de los mismos y lograr una mayor transparencia. Ahora mismo solo funciona otro órgano que analiza los precios de venta de los productos agrarios y su comportamiento en la cadena, pero sigue sin estar listo el observatorio de costes, que han ido ganando peso sobre el valor de la producción final agraria hasta suponer ya casi el 40% de la misma.

Alternativas de ahorro

David Erice, del departamento técnico de UPA (Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos) considera que la situación actual debería ser un motivo de reflexión sobre la necesidad de llevar a cabo cambios en aspectos con el laboreo de la tierra. También para la implantación de sistemas de producción más sostenibles, de acuerdo con la necesidad de proteger el medio ambiente y lograr la máxima rentabilidad con el menor coste posible, como se contempla en el proyecto Mosoex que impulsa esa organización. Una manera de frenar costes y no rebajar la producción es realizar un laboreo sostenible, dando a la tierra solo la alimentación necesaria, para lo cual se necesita una generalización de los análisis del terreno. Frente al abuso de los abonos inorgánicos, cada vez más caros, se aboga por un mayor empleo de abonos orgánicos así como el impulso de la agricultura de conservación, no laboreo o laboreo mínimo, con un fuerte ahorro de gasóleo y de maquinaria. En la misma dirección de ahorro de costes se contempla la potenciación de la agricultura de precisión.

De no menor importancia para el ahorro en el caso de la maquinaria es la compra de los equipos estrictamente necesarios para cada explotación y tener un uso y mantenimiento adecuados para economizar en combustibles. Todo ello apoyado por una política de asesoramiento a pie de explotación. En lo que afecta a la ganadería, hay cabañas donde es posible su cría menos intensiva con el mayor aprovechamiento de los pastos, sustituyendo en parte los piensos y con la posibilidad de lograr una carne diferenciada en los mercados, como ya sucede en la actualidad para la leche de vaca de pastoreo.

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