Brasil y Argentina liman diferencias y acuerdan reducir 10% el arancel externo común de Mercosur
Buenos Aires cede a parte de los reclamos del resto de los socios por mayor flexibilidad y apertura comercial
Brasil y Argentina han acordado una reducción del 10% en el Arancel Externo Común (AEC) que aplica Mercosur a las importaciones extrazona, que hoy pagan una penalización promedio del 13%. Se trata de la primera señal de distensión tras un año marcado por reclamos de mayor apertura comercial y las amenazas de ruptura lanzadas sobre todo por Uruguay y Paraguay, los dos socios menores del bloque. La reducción debe ser aprobada ahora por estos dos países, que consideran que el bloque es un lastre para sus economías porque les impide por estatuto negociar acuerdos bilaterales con terceros países en forma individual y encarece productos en su mercado interno.
El acuerdo lo anunciaron los cancilleres de Brasil, Carlos França, y de Argentina, Santiago Cafiero, que con su visita a Brasilia se estrenó en el cargo tras su desplazamiento como jefe de ministros de Alberto Fernández, el 17 de septiembre pasado. Ambos deberán poner el texto a consideración de los otros dos socios. “El acuerdo sobre el Arancel Externo Común de Mercosur permitirá una reducción del 10% en un universo de productos muy amplio”, dijo Carlos. França tras la firma del acuerdo. La lista de productos mencionada por França alcanza al 75% del universo arancelario del bloque y deja fuera a los sectores que no eran alcanzados por el AEC, como el automotor, el textil y el de calzado,
Como en todo acuerdo, ambas partes han cedido. Al inicio del Gobierno de Jair Bolsonaro, el ministro de Economía, Paulo Guedes propuso una reducción del 50% en el AEC. Ante la resistencia argentina, los brasileños empezaron a apoyar, en abril pasado, una propuesta de Uruguay de reducir el arancel en un 20% para fines de 2021. Cuatro meses después, Brasil ya hablaba de bajarlo solo un 10% en 2021 y otro 10% en 2022. Argentina, en cambio, no quería reducción alguna, con el argumento de que un aumento de las importaciones a bajo precio tendría un impacto en su industria local, en general poco competitiva. Pero, finalmente, ha cedido porque ”Argentina entiende que Mercosur es la plataforma desde la cual debe negociar”, según dijo una fuente del Ejecutivo argentino. “Y nuestra relación con Brasil es estratégica”, agregó.
Según una nota emitida por las dos Cancillerías, el acuerdo “es un paso importante para incrementar la competitividad de los Estados partes y fortalecer los procesos productivos regionales, a fin de promover una inserción beneficiosa de la producción de Mercosur en las cadenas globales de valor”. Si Uruguay y Paraguay están de acuerdo, un producto que paga un arancel del 12% para ingresar a cualquiera de los países del Mercosur pagará 10,8%. Según el Ministerio de Economía de Brasil, el promedio de Mercosur es de alrededor del 13%, muy por encima del 4% al 5% que se aplica en el resto del mundo.
Aunque aún tímido, el acuerdo da oxígeno a un bloque que lleva años de demora en la integración económica que prometió en 1991, cuando se firmó el acta fundacional. Quizás por ello, la nota conjunta de Brasil y Argentina destaca que el acuerdo demuestra “la capacidad de Mercosur para avanzar con vocación constructiva hacia la actualización y adecuación de su estructura arancelaria a las actuales condiciones comerciales regionales y mundiales”.
Resta ahora esperar la decisión de Uruguay y Paraguay. Fue el primero el que más tensó la cuerda hacia el interior del bloque, con su decisión de avanzar en acuerdos comerciales bilaterales sin el consenso del resto, algo que Mercosur prohíbe por estatuto. En septiembre, el Gobierno de Luis Lacalle Pou fue incluso más allá y anunció el inicio de negociaciones para cerrar un Tratado de Libre Comercio con China. Brasil, en tanto, no apoya abiertamente acuerdos individuales extrabloque, pero ha liderado la campaña por la reducción de los aranceles. El ministro Guedes, incluso, advirtió a finales de septiembre a Argentina que el bloque sería “modernizado” con o sin apoyo de Buenos Aires. “Si el Mercosur no es un servicio de plataforma de integración, los que se sientan incómodos que se retiren, porque lo vamos a modernizar”, dijo el ministro durante un seminario organizado por la Cámara de Comercio Internacional.
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