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Entrevista | Jefe de Gabinete de Ministros de Argentina

Santiago Cafiero: “En Argentina, quien ha necesitado un respirador lo ha tenido”

El primer ministro del Gobierno de Alberto Fernández dice que su país sufre la crisis de la pandemia montada sobre la crisis económica heredada de Mauricio Macri

El jefe de Gabinete de Ministros de la Nación, Santiago Cafiero, posa en la Casa Rosada luego de la entrevista con EL PAÍS, el 13 de agosto de 2020.
El jefe de Gabinete de Ministros de la Nación, Santiago Cafiero, posa en la Casa Rosada luego de la entrevista con EL PAÍS, el 13 de agosto de 2020.

Santiago Cafiero (San Isidro, 1979) pertenece a una larga dinastía peronista. El jefe de gabinete (primer ministro) del presidente Alberto Fernández dice que Argentina sufre la crisis de la pandemia montada sobre otra crisis, la económica heredada de Mauricio Macri, y defiende la larga cuarentena iniciada el 20 de marzo y aún sin final. En esta entrevista, realizada el jueves pasado en su oficina de la Casa Rosada, afirma que “no se ha saturado el sistema de salud y quien ha necesitado un respirador lo ha tenido”.

Pregunta. ¿Por qué en plena pandemia, cuando más falta hacen los consensos, se da prioridad a una reforma tan conflictiva como la judicial?

Respuesta. Es algo que el presidente venía planteando desde hace tiempo. Esta reforma agrega juzgados y accesibilidad.

P. Sobre todo en Buenos Aires.

R. No, en Santa Fe, con mucha conflictividad por narcotráfico, se suman también nueve juzgados. El momento es ahora porque las prioridades fijadas por el presidente no debían postergarse por la pandemia. Lo que objetamos es que la oposición anticipara su voto negativo antes de leer el proyecto. Este Gobierno siempre ha promovido el diálogo. El presidente se ha reunido tres veces con los bloques opositores y las medidas contra la pandemia se toman en conjunto con los gobernadores, al margen de colores políticos. El diálogo es parte del ADN de este Gobierno. El presidente anterior [Mauricio Macri], en sus cuatro años de mandato, no se reunió ni una vez con la oposición. Nosotros distribuimos asistencias de forma equitativa entre todas las provincias.

P. La discrecionalidad es justamente lo que el macrismo criticaba del peronismo.

R. Creamos un fondo fiduciario de desarrollo provincial con 60.000 millones de pesos [unos 850 millones de dólares al cambio oficial; más de 717 millones de euros] y le añadimos otros 50.000 millones. Después distribuimos 60.000 millones en concepto de anticipos del Tesoro nacional. Fijamos el mismo parámetro de distribución de la ley de coparticipación, el que regula el reparto de los fondos federales. No decimos: a este sí, a este no.

P. Volvamos a la justicia.

R. Hicimos sesionar al Congreso en enero [plenas vacaciones del verano austral], algo que no pasaba desde la crisis de 2002. Se votaron leyes como la de sostenibilidad de la deuda pública con práctica unanimidad. Teníamos un presupuesto del Gobierno anterior totalmente descalibrado, Argentina estaba en práctico default, había cepo cambiario, la situación fiscal era delicada y la inflación anual llegaba al 54%. Tuvimos que dibujar un nuevo mapa del Estado. Por ejemplo, creamos de nuevo un Ministerio de Salud. En ese escenario, prorrogamos el presupuesto y a finales de diciembre aprobamos la ley de solidaridad social y reactivación productiva, estructurante para nuestro gobierno. Empezamos a cambiar el andamiaje que había creado el macrismo, que concentraba los recursos económicos en unas pocas manos. Y avanzamos en la reforma judicial porque es parte de lo que nuestro espacio político se había propuesto.

P. Suele decirse que en Argentina los jueces suelen favorecer al Gobierno de turno. La oposición insiste ahora en que la reforma apunta a acabar con las causas abiertas contra la hoy vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

R. Nos planteamos como Gobierno que la justicia sea independiente. El presidente corrigió personalmente el artículo que vinculaba al Ejecutivo con los servicios de inteligencia. Eso da testimonio del camino que queremos recorrer.

P. Agustín Rossi, ministro de Defensa, dijo que no había espacio para más medidas progresistas. ¿Qué tensiones internas enfrenta el Gobierno?

R. Hemos hecho una tarea de redistribución y una ética del cuidado. El 3 de marzo tuvimos el primer caso de covid-19. El 11 de marzo, la Organización Mundial de la Salud declaró la pandemia. Y el 19 de marzo el presidente decretó el aislamiento social obligatorio. A partir de ahí fortalecimos el sistema de salud.

P. Ningún otro país del mundo ha mantenido una cuarentena tan larga. Y ahora, justo cuando la pandemia parece llegar a su punto más grave, la gente está harta.

R. Hay una cuestión semántica con respecto a la cuarentena. Hoy, Argentina tiene abierta el 87% de la capacidad comercial y productiva. Lo que no hay es atención personal en la administración pública, clases presenciales, y luego está lo ligado a la gastronomía o el deporte.

P. Al margen de la cuestión semántica, Argentina es uno de los países con más restricciones durante más tiempo.

R. En todos lados hay restricciones.

P. En Europa la vida va normalizándose.

R. Sí, pero han perdido muchas vidas. Tenemos casi la misma cantidad de casos, pero en Argentina no se ha saturado el sistema de salud y quien ha necesitado un respirador, lo ha tenido. Eso, en ciertos momentos, no ocurrió en Europa.

P. ¿Y cuál es el horizonte?

R. En el mismo momento en que se vacune en Europa, se estará vacunando en Argentina.

P. No respondió a la pregunta sobre las tensiones internas.

R. Nosotros conformamos un espacio político que era necesario para vencer a Macri. Ese frente tiene miradas diversas. No pensamos igual en todas las cuestiones. Ahora, según la prensa dominante, eso pone en tensión la institucionalidad. Pero que los macristas se espiaran entre ellos pasó inadvertido. Tenemos un frente diverso y debemos nutrirnos de esa diversidad. Alberto construye un liderazgo consensual, no un liderazgo de hegemonía.

P. Es interesante, porque los liderazgos peronistas no suelen aceptar disensos.

R. Es bastante inédito. El presidente no viene de ser gobernador ni de tener una experiencia electoral potente.

P. De hecho, viene de que su vicepresidenta le propusiera ser presidente. Algo muy poco habitual.

R. Era una construcción estratégica necesaria para ganar a Macri, con el que casi todos, salvo algunos de sus amigos, perdimos.

P. Hablando de pérdidas, ¿esperaba usted, como el presidente, más apoyo popular a la estatización de un grupo cerealero en suspensión de pagos como Vicentin?

R. No esperábamos que nos llevaran en andas, pero sí que se entendiera como una política de rescate. No se entendió. Ahí reapareció la grieta, y una operación de rescate fue calificada de autoritarismo y otras pavadas. Nos vimos obligados a dar marcha atrás porque el juez que tutela el grupo determinó una mecánica de trabajo inaceptable y mantuvo al mando a quienes habían realizado los desfalcos.

P. ¿No teme que la pelea con Estados Unidos por la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo entorpezca la próxima negociación sobre la deuda con el Fondo Monetario?

R. Los organismos internacionales tienen ahora una mirada distinta hacia los países emergentes en crisis. La Comisión Europea reflexionó y se dio cuenta de que había sido poco solidaria con Grecia. Nosotros estamos muy conformes con lo hecho hasta ahora [con los acreedores privados], hemos ahorrado a Argentina mucha plata: teníamos endeudamientos a 100 años al 7%, y eso se acabó gracias a la reestructuración. Cuando accedimos al Gobierno las tasas de referencia estaban en el 70% y el 80%, ahora una pequeña empresa puede acceder a un crédito al 24% anual. Estamos en la crisis de la pandemia montados sobre otra crisis, la del macrismo.

P. ¿Habrá ley del aborto en esta legislatura?

R. Esa es nuestra intención. Cuando el coronavirus lo permita iniciaremos el debate.

P. Pero el coronavirus ya permite reformar la justicia.

R. Me refiero a que el aborto corresponde al Ministerio de Salud, el área más agotada por la lucha contra el coronavirus. Anhelo que podamos aprobar la ley del aborto este mismo año.

P. La relación con el opositor Horacio Rodríguez Larreta [jefe del gobierno de la ciudad de Buenos Aires], ¿es tan buena como parece?

R. Es una relación de intereses.

P. ¿Qué rival les preocuparía más en las elecciones presidenciales de 2023?

R. Nos preocuparía, por razones democráticas, enfrentarnos a algunos de estos líderes más fascistas que van surgiendo. Eso sería complejo.

P. ¿Alguien tan peculiar como Sergio Berni, el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires?

R. Hay muchos personajes peculiares, no son patrimonio exclusivo del peronismo.

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