El fundador de Evergrande promete que la inmobiliaria “saldrá pronto de su momento más oscuro”
La promotora más endeudada del mundo continuó este martes su retroceso en los mercados, dos días antes de un vencimiento de intereses
Un día después del batacazo de las Bolsas mundiales por la preocupación en torno a Evergrande, una de las principales inmobiliarias de China y la más endeudada del mundo, el fundador del grupo, Xu Jiayin, ha querido lanzar un mensaje de tranquilidad. La compañía “saldrá pronto de su momento más oscuro”, ha prometido, en una carta a los 200.000 empleados de la firma.
La carta llega en un momento clave. Está escrita con ocasión de la fiesta del Medio Otoño, que se celebra este martes, festivo en China, y en la que es tradicional que los jefes feliciten a sus empleados. Y se publica apenas dos días antes de que Evergrande deba afrontar el jueves un vencimiento de intereses, por valor de 80 millones de dólares (cerca de 70 millones de euros), de sus obligaciones, que rondan los 300.000 millones de dólares. La mayor parte de los analistas cree que no podrá pagar en plazo, pero el grupo dispone de un periodo de gracia de un mes para satisfacer ese débito.
La empresa, afectada por una grave crisis de liquidez, se ha visto obligada a interrumpir la construcción de diversos proyectos ya iniciados y ha admitido que afronta dificultades para hacer frente a sus pagos, aunque asegura que acabará resolviendo su situación. Pero el temor a una quiebra que haga perder su dinero a compradores, suministradores e inversores disparó el lunes el pánico en las Bolsas, por miedo a un contagio que pudiera sembrar el caos en la economía mundial. Este martes, los mercados asiáticos han continuado resintiéndose, aunque las caídas se habían suavizado. Las acciones de Evergrande, no obstante, seguían su caída libre y retrocedían un 3% en la Bolsa de Hong Kong. En lo que va de año, han perdido un 84% de su valor.
“Creo firmemente que con los esfuerzos y el duro trabajo de todos ustedes Evergrande saldrá de su momento más oscuro, reanudará la construcción de sus proyectos a pleno rendimiento tan pronto como sea posible y logrará el objetivo fundamental de entregar los proyectos inmobiliarios tal y como nos hemos comprometido”, escribe Xu, que fundó la promotora en 1996. El empresario no precisa qué pasos prevé para alcanzar esa meta. “¡El espíritu de la gente de Evergrande, de nunca rendirse y de hacerse más fuertes cuando tiene el viento en contra, es nuestra fuente de fortaleza para superar las dificultades!”, agrega.
Activos equivalentes al 2,2% del PIB
Evergrande, una de las principales inmobiliarias de China, con unos activos equivalentes al 2,2% del PIB del gigante asiático, había acometido una enorme expansión a lo largo de la última década, que le llevó a invertir en un gran abanico de negocios, desde el fútbol a la gestión de riqueza, pasando por la alimentación, la sanidad o los parques temáticos. Parte de su modelo de negocio consistía en utilizar créditos para construir promociones inmobiliarias con dinero prestado, procedente de los bancos, pero también de sus inversores, compradores de viviendas o sus propios empleados, a través de productos de gestión de riqueza que prometían generosos intereses. Vendía sus inmuebles antes de estar acabados y con esos fondos acometía nuevos proyectos.
Pero los reguladores han impuesto desde el año pasado una serie de nuevas normas para controlar la deuda en el sector inmobiliario, que representa una quinta parte del PIB chino y que acumula débitos por valor de cinco billones de dólares. Entre ellas, la imposibilidad de vender inmuebles inacabados.
Esta imposibilidad ha dejado al grupo sin liquidez para afrontar sus pagos. Con acreedores entre sus propios contratistas y suministradores, los inversores en sus productos de gestión de riqueza y compradores de viviendas, además de las entidades financieras, Evergrande se ha visto obligada a paralizar más de 500 proyectos en ciudades de toda China.
Una de las incógnitas que preocupa a los inversores es si el Gobierno chino intervendrá para rescatar a la inmobiliaria, por ser “demasiado grande para caer”, o si, por el contrario, la dejará a su suerte. La mayor parte de los analistas apuesta por una solución intermedia, en la que Evergrande tenga que acometer algún tipo de reestructuración que compense a los compradores de vivienda y a los suministradores del grupo, mientras que los grandes inversores perderán dinero.
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