España acusa a Arabia Saudí de enviar un “gesto poco amistoso” con su intento de arrebatarle la sede de la OMT
Riad confirma al Gobierno sus intenciones de llevarse de Madrid el organismo y presentará la propuesta formal en las próximas semanas
Arabia Saudí no va de farol y apuesta fuerte por llevarse de Madrid la sede de la Organización Mundial del Turismo (OMT). El Gobierno español había desplegado sus armas diplomáticas para evitar que Riad presentara su candidatura oficial para hacerse con la sede central del organismo de la ONU. Pero ha tenido poco éxito. El país árabe ya ha confirmado al Ejecutivo su intención de arrebatársela, aseguran a este periódico fuentes de la Administración. La propuesta formal la presentará en las próximas semanas, según fuentes cercanas a la OMT. Este es un paso previo obligatorio para que se incluya en el orden del día de la próxima asamblea general, que se celebrará en Marraquech (Marruecos). La decisión quedará así en manos de los países miembros.
El interés de Arabia Saudí de llevarse la sede supuso al inicio una sorpresa para el Ejecutivo, tal y como adelantó EL PAÍS el pasado 6 de agosto. Aunque el paso de los días ha tornado la sorpresa en preocupación. Fuentes ministeriales reconocen que ya es casi imparable que llegue el asunto a la asamblea de la OMT. Y esa votación se antoja difícil de controlar. España entiende la maniobra de Riad como un movimiento hostil y así se lo ha hecho saber. “Hemos transmitido a la Embajada de Arabia Saudí que es un gesto poco amistoso y no entendemos esta veleidad”, reconocen fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores, que también han llamado a consulta a Zurab Pololikashvili, secretario general del organismo.
El Gobierno de Pedro Sánchez esgrime a su favor que no hay precedentes de cambio de sede en las instituciones de la ONU. “Es la única que hay en España. Además, alteraría los equilibrios regionales de las bases centrales de los organismos de Naciones Unidas y se abriría una brecha peligrosa”, explican fuentes gubernamentales, que añaden: “No hay motivos para este traslado, más allá del interés de Arabia Saudí”. Para el país asiático, por su parte, supondría un espaldarazo a su estrategia de apertura al mundo con una apuesta clara por la industria de los viajes. El organismo, que tiene 152 empleados en Madrid, tiene como función la promoción de un turismo responsable, sostenible y accesible, motor de crecimiento económico, y ofrece apoyo al sector para impulsar políticas turísticas.
Con la propuesta de traslado en el orden del día —una vez que haya petición formal se tendrá que incluir—, la pelota pasará al tejado de los 159 países representados en la asamblea, que son los que decidirán con su voto si hay mudanza (o no). Arabia Saudí necesita dos tercios para arrebatarle a Madrid la base central de la OMT. Es decir, convencer al menos a 106 países. La cita, que tiene lugar cada dos años, está fijada para mitad de octubre, aunque todo apunta a que se aplazará a final de año por petición de Marruecos ante la delicada situación sanitaria por la pandemia.
La organización, de perfil
El secretario general de la OMT, el georgiano Zurab Pololikashvili, sigue de perfil por el momento. Al menos de cara al público. “Nos consta que Arabia Saudí está en campaña, pero no hay nada oficial. Nosotros estamos contentos en España, aunque nos debemos a lo que decidan los países miembros”, explicaban hace unas semanas fuentes del organismo. Una postura que se mantiene por el momento, algo que molesta en el sector turístico español. “Si se vota y la sede sigue en España, Pololikashvili va a quedar muy tocado”, reconocen fuentes gubernamentales.
Las grandes empresas del país van más allá y acusan al secretario general de formar parte de la estrategia de Riad: “Ya se está librando la batalla por los votos. En esas negociaciones, Pololikashvili juega un papel muy importante y parece estar de parte de Arabia Saudí”, coinciden varios altos directivos de firmas turísticas. Estas mismas fuentes aseguran el peligro que supone que el asunto llegue a la asamblea, ya que el país de Oriente Próximo pondrá toda la carne en el asador. “El objetivo del Gobierno no debe ser ganar en la votación, sino que no entre en el orden del día. Si se vota, está perdido porque van a tratar de convencer a los países con lo que sea necesario”, avisan. Fuentes de la Administración coinciden en parte de esta lectura y se temen una posible compraventa de votos en la que Riad juega con ventaja.
Sin embargo, fuentes de Exteriores confían en la fortaleza diplomática de España: “Está habiendo contactos al más alto nivel para convencer al resto de países. No queremos que llegue a la votación, pero estamos trabajando en ese escenario. El propio ministro José Manuel Albares se ha involucrado personalmente”. Fuentes de La Moncloa aseguran que el presidente Pedro Sánchez está al tanto de la situación y que también se moverá si es necesario para evitar la pérdida. En unos meses se sabrá si el turismo mundial tiene su casa en Madrid o en Riad.
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