El consumo se dispara en julio y se sitúa un 20% por encima de los niveles prepandemia
El gasto en tarjeta supera el registro del mismo mes de 2019, mientras que la retirada de dinero casi recupera todo el terreno cedido por la covid, según BBVA Research
El consumo se dispara. Las compras con tarjeta crecieron en julio hasta situarse un 28% por encima del nivel de gasto de la misma fecha de 2019, antes del embate del coronavirus, según un estudio del BBVA Research que se publica este viernes. Y la retirada de efectivo recuperó casi todo el terreno perdido y solo se quedó tres puntos porcentuales por debajo del año anterior a la pandemia. En el acumulado de ambos datos el consumo repuntó con fuerza, un 20%, gracias al empuje de la temporada estival y a la demanda nacional.
Las principales razones de este impulso son dos: el ahorro embolsado durante tantos meses de pandemia y la llegada de la campaña turística de verano. El gran baluarte es el consumo de los españoles, al que se agarra el sector, aunque el gasto de los extranjeros se recupera y queda solo un 21% por debajo del registro marcado en el gasto presencial con tarjeta en el año previo al coronavirus. Una brecha que se explica por un menor ritmo de llegadas, a falta de que se publiquen los datos de julio del Instituto Nacional de Estadística.
De esta forma, las previsiones halagüeñas para el verano se podrán cumplir, si nada se tuerce por el camino y la emergencia sanitaria no da otra sorpresa, aunque solo compensará una parte del mal inicio de año. La temporada estival, que es clave, será peor que la de 2019. De eso no hay dudas, pero al menos dará un respiro a la economía española si mejora con creces los guarismos del año pasado. “Hay un cambio en el uso del dinero y un paso adelante en la digitalización, pero si se suma con las retiradas de dinero, el consumo sigue estando por encima de julio de antes de la covid. La gente está gastando más”, confirma Miguel Cardoso, economista jefe de BBVA Research.
El incremento gira en gran medida en torno al ahorro acumulado, que va a parar a determinados productos a los que los consumidores no pudieron acceder durante meses. “La gente está gastando el ahorro embolsado en lo que dejó de consumir hace un año: gasto en servicios, fundamentalmente alojamientos, bares y restaurantes, ocio y entretenimiento”, añade Cardoso. Además, según el análisis del centro de estudios, la tendencia a final de mes iba al alza y en la última semana se apuntó un crecimiento del 33% en el gasto con tarjetas bancarias.
Esto se traduce en que el acelerón no ha acabado. De hecho, este mes llegan semanas clave para la campaña turística de verano, tanto para el mercado nacional como para el extranjero. “La tendencia se debería mantener en agosto porque sigue siendo temporada alta de vacaciones. Aunque dependerá de la seguridad de la gente a la hora de gastar, ya que la mayor parte del consumo está vinculado al turismo”, incide el economista jefe del BBVA Research. La última decisión del Reino Unido, que mantiene que los vacunados con pauta completa puedan viajar a España sin necesidad de guardar cuarentena a su regreso, contribuirá también a este crecimiento vigoroso.
Consumo puntual
Pese a esta retahíla de buenas noticias, hay algunas sombras en las previsiones para los próximos meses. La principal, que este consumo disparado se dedique a servicios vinculados con el turismo. Es decir, con el final del verano se desvanecerá el empuje. “El incremento del gasto puede ser temporal, porque la gente que ha podido ahorrar y se está gastando ese dinero lo quiere emplear en lo que no ha podido hacer hasta ahora: irse de vacaciones. Una vez pase eso, no seguirá consumiendo igual, se contendrá y no seguirá empleando el ahorro acumulado”, sostiene Cardoso, que considera que entonces será la hora de los fondos europeos: “Cuando se acabe el empuje del verano, será importante que el gasto público y que el dinero de los fondos lleguen”.
Por tanto, el avance de la actividad a gran velocidad puede ser pasajero. Aun así, será notable y facilitará que se cumplan las previsiones de crecimiento de Gobierno y de la casa de estudios. En el caso del BBVA Research, la estimación es que la economía española avance un 6,5% en el año, al mismo nivel que la previsión del Ejecutivo.
Del gasto por sectores, el estudio recoge que la actividad con peor comportamiento es la de las agencias de viaje, que siguen muy afectadas por el coronavirus. Esto se debe a que buena parte de su facturación depende de los destinos internacionales. En concreto, están al 60% del nivel de julio de 2019. Tampoco igualan el nivel precrisis en el gasto con tarjeta las actividades de moda (están al 81%) y belleza (95%).
En sentido contrario, entre los que mejor julio han tenido, destaca la categoría otros servicios, que casi triplica el gasto anotado en tarjetas. Le sigue alimentación (57% más que en julio de hace dos años), bares y restaurantes (+42%) y ocio (+36%). Además, resulta llamativo que el desembolso tanto en transporte como en alojamientos haya superado también los niveles del séptimo mes de 2019. Es de forma mínima (un 8% y un 2%, respectivamente), pero ya supone un hito dado el momento tan difícil que atraviesa todavía el sector de los viajes por los coletazos del coronavirus.
Si se analizan los datos por provincias, las compras presenciales crecieron en 50 de ellas. “El avance del gasto fue mayor en algunas de interior (Ávila, Segovia, Teruel y Huesca) y destinos turísticos tradicionales (Cádiz y Girona). Destacó el repunte de las compras con tarjetas extranjeras en Illes Balears, que superaron los registros de 2019 por primera vez desde el comienzo de la emergencia sanitaria”, resalta el estudio. Es especialmente significativo ese dato registrado en el archipiélago y supone un balón de oxígeno el hecho de que el gasto de los visitantes foráneos se haya recuperado con tanta fuerza a pesar de las restricciones existentes todavía. El sector turístico, por fin, parece vislumbrar la orilla tras un largo naufragio.
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