Escándalo en Holanda por los engaños del Gobierno a Bruselas para lograr más licencias de pesca por electrodos
Una investigación periodística demuestra que el Ministerio de Agricultura manipuló los datos. Este sistema de pesca está prohibido en la UE desde este jueves
Una investigación periodística ha sacado los colores al Gobierno de Países Bajos por sus prácticas en Bruselas. El Ministerio de Agricultura y Pesca “ocultó deliberadamente información a la Comisión Europea para obtener la mayor cantidad posible de licencias” de pesca con impulsos eléctricos con electrodo, según informó el miércoles la televisión pública holandesa NOS. Hasta 84 barcos holandeses —una cuarta parte de la flota del país— que faenan en el Mar del Norte recurrieron entre 2015 y 2017 a un sistema que sirve para aturdir y atrapar más fácilmente a los peces en las redes. Desde el pasado jueves, esta práctica está prohibida en la UE. El veto, aprobado por el Parlamento Europeo en 2019, afecta en especial a Países Bajos.
El escándalo ha estallado de lleno en la clase política holandesa, que desde las elecciones de marzo arrastra un Gobierno en funciones formado por una coalición de liberales de derecha y de izquierda, democristianos y la Unión Cristiana, un partido de inspiración protestante. Carola Schouten, actual ministra de Agricultura y Pesca, admite que el Gobierno fue “creativo” con los datos. “Aunque eso no ha contribuido a que Europa apoye esta técnica”, añade. “Los holandeses nos creemos los mejores de la clase, pero en cuestiones de agricultura, naturaleza y pesca una comparación con Grecia sería más adecuada”, critica Tjeerd de Groot, diputado del partido liberal de izquierda D66, en el Gobierno. “Se ha engañado a sabiendas a la Comisión Europea para obtener unas pocas licencias más a corto plazo. Hay un fallo estructural en el ministerio”, dispara el diputado socialdemócrata Joris Thijssen, de la oposición.
Bruselas solo estaba dispuesta a otorgar a Países Bajos permisos para 22 buques, pero estos acabaron rondando el centenar gracias a la manipulación de los datos. Pese a que hubo funcionarios disconformes con la ocultación, la información se mantuvo en un círculo reducido para evitar sospechas en Bruselas y otros países de la UE, según el trabajo periodístico. “Todo se ha vuelto en nuestra contra. Las señales internas de que algo iba mal no fueron suficientemente atendidas”, responden los portavoces del ministerio al canal NOS.
El informe Mares azul intenso, publicado en 2020 por Greenpeace señala que las redes con electrodos sacan a los peces del fondo, en particular ejemplares planos como platijas y lenguados y ”causan fracturas en otras especies que no se pretendían capturar”. “Las zonas que han recibido este tratamiento parecen un cementerio”, añade el informe. El Gobierno holandés, por el contrario, alega que se trata de una técnica selectiva que permite descartar a los peces más pequeños y emite menos CO₂, al ahorrar gasolina el barco.
La pesca con electricidad ya estaba prohibida en la UE desde 1998. Pero a partir de 2007 se permitieron las redes con electrodos de forma experimental para evaluar los efectos de los impulsos eléctricos en los caladeros y en el ecosistema marino. Desde entonces, los permisos se fueron renovando con fines científicos. La posibilidad de recurrir a este sistema supuso un respiro para el sector pesquero holandés, en dificultades por el elevado precio del combustible y los bajos precios del pescado. El Parlamento dio su visto bueno a continuar con esta práctica y pidió a los funcionarios de Agricultura y Pesca que fueran “creativos”, según la investigación periodística. En 2010, el Gobierno consiguió que la Comisión Europea concediera 22 permisos con la promesa de la investigación, pero el canal NOS asegura que la carga obtenida por los pescadores era sobre todo comercial.
La televisión pública sustenta su acusación de manipular datos en el contenido de los documentos recibidos del Gobierno en nombre de la Ley de Transparencia. En 2011, la Comisión Europea volvió a autorizar 20 barcos para Países Bajos con fines científicos. Pero mientras Bruselas asumía que se trataba de las mismas naves del año anterior, el democristiano Henk Bleker, entonces secretario de Estado de Pesca, dio el permiso a otras 20, según NOS. A partir de ese momento, cada vez se recurrió más al carácter científico de las expediciones pesqueras, ya que era la única forma de seguir faenando.
El aumento de las tensiones en el ministerio no evitó que las cifras se alteraran de nuevo. “Si 42 barcos habían podido pasar por el 5% de la flota —cuando suponían el 12,5%—, también se vería posible que el doble, un total de 84 naves, figurase como el 10%”, continúa la reconstrucción de NOS. Pero esos 84 barcos suponían más del 25% de la flota, un detalle que jamás se explicó a Bruselas. “La Comisión Europea y otros países no deben saberlo, y de momento tampoco la nueva secretaria de Estado de Pesca [en ese momento, la socialdemócrata Sharon Dijksma]”, continúan los mensajes a los que ha accedido el canal NOS.
La investigación indica que hubo empleados públicos que advirtieron de que pedir tantos permisos podría ser contraproducente. Y finalmente estos estaban en lo cierto. El rechazo de Francia y del Parlamento Europeo a este sistema de pesca eléctrica, así como las protestas de las organizaciones ecologistas, inclinaron a la Comisión a prohibir estas prácticas a partir del 1 de julio de este año.
Las organizaciones pesqueras holandesas aseguran que no participaron en las consultas entre el ministerio y la Comisión Europea. “Nosotros recibimos los permisos del Gobierno y siempre hemos respetado las cuotas. Hemos actuado de buena fe”, responde Pim Visser, director de la asociación de pesca de arrastre. Fuentes ministeriales añaden ahora la importancia de un sistema de pesca sostenible. “Hay que avanzar en esa dirección con lo que hemos aprendido”, concluyen.
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