Llenar el depósito de combustible será unos 10 euros más caro en el inicio de la operación salida
La gasolina sigue su escalada hacia máximos de siete años. Acumula una subida de más del 20% desde principios de año
Este fin de semana comienza la operación salida y millones de viajeros se lanzarán a la carretera al mismo tiempo que el precio de los combustibles se sitúa por las nubes. El litro de gasolina de 95 octanos, en máximos desde octubre de 2014, se vende esta semana en España a una media de 1,38 euros, mientras que el de gasóleo cuesta 1,25 euros, el precio más elevado desde enero de 2020, según datos de la Comisión Europea. Por ende, rellenar un depósito de 55 litros de gasolina cuesta ahora unos 76 euros, 10 euros más que en enero; mientras que si es de gasoil serán unos 69 euros, 9 euros más que seis meses atrás.
Son varios los factores que afectan al precio de los carburantes, pero los expertos atribuyen la subida al encarecimiento de la materia prima, el petróleo, que representa el 30% del coste de la gasolina. “Aunque no están siempre directamente relacionados, en este momento el precio del crudo tiene mucha importancia en la cotización internacional de los carburantes”, explican en la Asociación de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP). Más aún influyen los tributos, que representan el 50% del precio de la gasolina entre el IVA y el impuesto de hidrocarburos, si bien en España son inferiores a los que se cobran de media en la Unión Europea.
El precio del barril de petróleo ha crecido de manera imparable desde que se anunciase en noviembre de 2020 la llegada de las primeras vacunas. Desde entonces, el barril brent, de referencia en Europa, ha duplicado su valor, pasando de los 38 dólares a los 76 dólares, presionando al alza el precio de los carburantes. Lejos de tocar cima, el brent ha avanzado este jueves cerca de un 2% y ha marcado un máximo en dos años y medio.
El encarecimiento del barril este jueves ha ocurrido a la par que la reunión mensual de la OPEP+, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) junto a aliados como Rusia. La coalición, formada principalmente por países de Oriente Medio y África y responsable de la producción de algo más de una tercera parte del petróleo mundial (unos 27,5 millones de barriles diarios de un total de 76,1 millones en 2020), limita desde hace un año la producción de crudo escudándose en la reducción de la demanda por la pandemia. Esta caída de la oferta tensa desde hace meses el mercado y ha elevado los importes en un contexto de reapertura económica por el avance de la vacunación.
Petróleo insuficiente para los próximos meses
Este jueves, el comité ministerial de la OPEP+ ha propuesto al resto de miembros, según confirmaron fuentes conocedoras de la reunión a Reuters, abrir ligeramente el grifo del crudo elevando la producción en 0,4 millones de barriles cada mes, con la meta de que en diciembre haya aumentado la producción del grupo en dos millones de barriles diarios respecto a las cifras actuales (unos 27,1 millones de barriles diarios). Es un ritmo inferior al que esperaban los analistas. “Todo apunta a que será insuficiente”, explica Nereida González, de Afi Research. “Se estima que se necesitan dos millones de barriles diarios más en el mercado para cerrar el gap [la brecha] entre la demanda y la oferta”. Esto ha provocado el encarecimiento del barril en los mercados en previsión de una escasez de oferta a corto plazo, aunque la propuesta de la OPEP+ aún debe ser ratificada en la reunión que mantendrán este viernes por la tarde.
Si ahora se necesitan unos dos millones de barriles más y solo se van a añadir 400.000 a la producción, ese desequilibrio irá in crescendo en los próximos meses. La propia OPEP calcula que a lo largo del segundo semestre el mundo consumirá seis millones de barriles más cada día que en el primer semestre de 2021, sin que nadie, por el momento, parezca dispuesto a abastecer esa demanda.
En el lado contrario, Diamantino Pedro, ministro angoleño de Petróleo y presidente de la Conferencia de la OPEP, ha argumentado este jueves que aumentar a mayor ritmo la producción sería arriesgado, ya que el reciente aumento de los contagios en India, África, América Latina, Rusia y Reino Unido podría rebajar el consumo mundial de crudo para el año próximo frente a lo previsto. “Será importante continuar con la supervisión [de los recortes de producción] para evitar cualquier posibilidad de que se produzca un gran exceso de oferta en 2022″, ha dicho en una videoconferencia. “Hemos experimentado muchos falsos amaneceres durante esta pandemia, no es el momento de bajar la guardia”, ha añadido.
Ante este escenario de incertidumbre pandémica, la OPEP+ también ha propuesto a sus socios este jueves prorrogar los recortes de producción de petróleo hasta finales de 2022. La organización acordó el año pasado recortar la producción en casi 10 millones de barriles diarios a partir de mayo de 2020, con planes para ir reduciendo gradualmente los recortes hasta recuperar la producción prepandemia a finales de abril de 2022. Actualmente, aún se producen 5,8 millones de barriles de crudo al día menos que en marzo de 2020.
Los analistas, por su parte, estiman que el precio del crudo caerá tras el verano y seguirá descendiendo en los siguientes meses. El panel de Consensus Economics, que recoge la opinión de 29 bancos y consultoras, calcula que el brent acabará el año en los 68 dólares. Esta predicción es de junio, previa a la reunión de la OPEP+.
Al otro lado del Atlántico, EE UU, el mayor productor de petróleo del mundo, no ocupará, previsiblemente, ese vacío de producción de crudo que dejará la OPEP+ debido a las desinversiones de sus empresas, como Chevron o Exxon Mobile, en petróleo y gas: “Dado que los productores estadounidenses pretenden mantener los recortes de capital acordados, no se espera que la producción aumente significativamente en 2021″, explican desde la consultora Refinitiv.
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