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El FMI pide a los países europeos que aumenten el gasto en alquiler social

El organismo alerta de que la crisis dificultará el acceso a la vivienda para los inquilinos y sugiere aumentar los subsidios y gravar los pisos vacíos

José Luis Aranda
Promoción de vivienda social de la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo de Madrid, el pasado octubre.
Promoción de vivienda social de la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo de Madrid, el pasado octubre.Europa Press

El abaratamiento de los alquileres durante la pandemia de coronavirus no pondrá las cosas más fáciles a los inquilinos. Al contrario, y como efecto de una crisis que también se salda con más paro y menos ingresos para los hogares, pagar la renta resultará cada vez más complicado. El efecto es bien conocido para el Fondo Monetario Internacional (FMI), que en un trabajo publicado este miércoles en su blog recuerda que no habrá recuperación económica sin prestar atención a este problema y pide a los países europeos que adopten medidas de alivio para los arrendatarios.

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Ya antes de la pandemia, señalan los autores del informe, la presión para pagar las rentas estaba creciendo. Y España no sale bien retratada en la foto: en 2018 era el segundo país donde los inquilinos del quintil más pobre (el 20% de hogares con menores ingresos) tenían qué destinar más porcentaje de su renta disponible a pagar el alquiler, por encima del 45%. Y también es de los países más desiguales, si se tiene en cuenta que el trecho con el quintil de inquilinos en mejor posición económica —que destinan menos del 20% de sus ingresos a la renta mensual— es de los más largos.

Esa situación no se ha aliviado con la pandemia pese a la bajada de los precios de arrendamiento en muchos países (entre ellos, España). El motivo, explican los economistas del FMI siguiendo un razonamiento que ya han empleado en anteriores trabajos, es que el alquiler es una opción con especial arraigo entre jóvenes y personas de bajos ingresos, ya que no pueden comprar vivienda. Y son precisamente esos grupos sociales los más golpeados por la pandemia, puesto que suelen trabajar en sectores donde el coronavirus ha afectado más a la actividad, tales como la hostelería, el turismo o las manufacturas. “Se espera que la pandemia empeore la accesibilidad de los alquileres y las tendencias a la desigualdad que ya estaban presentes antes de que la covid-19 golpease a Europa”, alertan los expertos.

Más subvenciones y más inversión

¿Qué soluciones hay a partir de ahí? Para los investigadores los fondos de recuperación europeos “proveen la oportunidad de hacer inversiones en vivienda social y en infraestructuras públicas como parte integral de la estrategia de recuperación de la pandemia”. De hecho, el trabajo lleva por expresivo título el de Alquiler asequible: hacerlo parte de la recuperación de Europa. Entre las medidas a adoptar, se distingue entre las de corto y largo plazo.

En el primer caso, apuntan a ampliar las subvenciones para alquiler entre los inquilinos más vulnerables, lo que caracterizan como “la herramienta política inmediata más poderosa”. Los economistas del fondo piden que esas ayudas sean fácilmente trasladables para no perjudicar la movilidad geográfica. También entre las más opciones más inmediatas, hablan de los controles de precios —entre los que incluyen diferentes tipos como, por ejemplo, el mecanismo por el que en España el alquiler no puede subir más que el IPC durante la duración del contrato— aunque expresan dudas sobre su eficacia por los efectos que pueden tener si se retrae la oferta de casas en alquiler.

A largo plazo, está claro que el FMI apuesta por ampliar el número de pisos en alquiler y para ello sugiere penalizar la vivienda vacía, gravándola fiscalmente, y también por ampliar el parque de viviendas sociales. De hecho, dicen que “los gobiernos deberían invertir más en alquileres sociales, especialmente donde el stock [de viviendas] ha caído o donde este es bajo”. Este último parece ser el caso de España, que tiene uno de los porcentajes de vivienda social más bajos de Europa y donde el Gobierno ha previsto una partida de 1.000 millones de fondos europeos para levantar unas 20.000 nuevas viviendas en alquiler.

Tampoco otras de las medidas citadas son ajenas a España, aunque se trata igualmente de planes futuros, más que de medidas que ya es estén implementando. De hecho, en la negociación de la futura ley de vivienda se ha decidido recargar más IBI a algunos pisos vacíos y también se discuten, aunque hay desavenencias entre los socios del Ejecutivo al respecto, nuevas fórmulas para controlar las rentas de alquiler.

En cualquier caso, como deja claro el FMI, la clave de bóveda es aumentar la inversión en vivienda, algo que según los expertos del organismo “apoyaría el crecimiento inclusivo creando empleo, proveyendo más alquiler asequible y facilitando el acceso a puestos de trabajo en diferentes lugares”. “Los Gobiernos necesitan incrementar urgentemente sus esfuerzos para evitar que los inquilinos de bajos ingresos y los jóvenes se sigan quedando atrás”, concluye el estudio.

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Sobre la firma

José Luis Aranda
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS, diario donde entró a trabajar en 2008. Escribe habitualmente sobre temas de vivienda y referentes al sector inmobiliario. Es licenciado en Historia por la Universitat de València y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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