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Ford sopesa entrar en el proyecto del Gobierno sobre coches eléctricos

El presidente Sánchez ha ofrecido al fabricante fondos europeos si apuesta ahora por el vehículo eléctrico en Almussafes

Una trabajadora de Ford camina, en mayo del año pasado, entre automóviles aparcados en el exterior de la planta en Almussafes (Valencia), listos para ser enviados a los concesionarios.
Una trabajadora de Ford camina, en mayo del año pasado, entre automóviles aparcados en el exterior de la planta en Almussafes (Valencia), listos para ser enviados a los concesionarios.Kai Försterling

Ford sopesa sumarse al proyecto que ha lanzado el Gobierno para fomentar la producción de coches eléctricos en España aprovechando la llegada de fondos europeos. El pasado jueves, el presidente Pedro Sánchez invitó a la empresa a participar en esta iniciativa, en la que estarán el Grupo Volkswagen y Seat. Y la multinacional estadounidense respondió que trasladará la propuesta a su cuartel general de Detroit, según informan fuentes conocedoras de la oferta del Ejecutivo.

Juega en contra de esta apuesta el repliegue que Ford ha iniciado en Europa, donde pretende cerrar varias plantas, pero es una baza a favor la intención de la marca de solo comercializar vehículos eléctricos en el Viejo Continente a partir de 2030. Las conversaciones arrancaron en diciembre y las sensaciones son buenas, señalan las fuentes consultadas.

Una portavoz de Ford evita confirmar o desmentir más allá del comunicado que la empresa remitió el pasado jueves tras tras la reunión que mantuvo el presidente europeo de la multinacional, Stuart Rowley, con el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, y la ministra de Industria, Reyes Maroto, en La Moncloa. En este encuentro se trató la política de electrificación de la marca en Europa, el abastecimiento de baterías y el uso de los fondos europeos. Ford ya había esbozado su intención de poner en marcha más adelante alguna línea de coche eléctrico en su planta de Almussafes. Y el Gobierno ofreció el jueves la posibilidad de acelerar y reforzar este proyecto inyectando cantidades importantes de fondos europeos.

El Ejecutivo español expuso su proyecto y dejó muy claro que se trataba de una ventana de oportunidad abierta solo un par de años. Nunca se volverá a disponer de tantos recursos para incentivar capacidades industriales, subrayó. Rowley contestó que trasladaría la propuesta a la dirección mundial del grupo para que tome la decisión. “La información que tenemos por parte del Gobierno y de Ford es que se ha establecido esa capacidad de cooperación”, declaró el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, tras el encuentro.

El coche eléctrico es una de las apuestas del Gobierno para modernizar la economía usando los fondos europeos. Se trata de uno de los llamados Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE), una decena de iniciativas que ha seleccionado el Ejecutivo por su capacidad de arrastre e innovación, en los que el sector público y el privado pondrán dinero y colaborarán para arrancar capacidades que de otra forma no habrían salido adelante o no serían competitivas. La idea es que por cada euro público las empresas inviertan en torno a cuatro. Volkswagen ha cifrado en 2.400 millones el coste de transformar su planta de Martorell para fabricar vehículos eléctricos a partir de 2025. El PERTE del coche eléctrico pretende crear un ecosistema en el que se incluya desde la fábrica de baterías hasta las electrolineras, pasando por la formación necesaria y el apoyo a la demanda con subvenciones como el plan Moves.

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El planteamiento del Gobierno es claro: pese a que el proyecto esté liderado por el Grupo Volkswagen, su oferta está abierta a todas las marcas con producción en España. En este PERTE también entran, entre otras, compañías de la industria auxiliar como Gestamp, Antolín y Ficosa; del sector eléctrico, como Iberdrola, o de las telecomunicaciones, como Telefónica. Para potenciar la apuesta y asegurar el suministro de las baterías, el Gobierno trabaja en la implantación de una fábrica de celdas de baterías que abarate los costes logísticos. En el supuesto de que Ford se una al PERTE, entonces se analizaría si utiliza la planta ya planeada con Volkswagen —que todavía no está asignada a España por el consorcio alemán— o si se dispone una específica. Valencia cuenta con un proyecto propio pensado para almacenar energías renovables, de la cual también se podría dedicar una parte para los planes eléctricos de Ford.

La compañía con sede en Detroit ya había anunciado una inversión de 22.000 millones de dólares (18.200 millones de euros) en la electrificación de su grupo. En Europa prevé vender solo vehículos eléctricos a partir de 2030. Su apuesta europea en ese campo, sin embargo, se encuentra radicada en Colonia (Alemania), donde ha creado un centro específico de electrificación con un compromiso inversor de 845 millones. Según sus planes, el primer vehículo totalmente eléctrico fabricado allí debería ver la luz en 2023.

El futuro en Almussafes es, de momento, menos alentador. En marzo la dirección presentó un expediente de regulación de empleo (ERE) para 630 personas al plantearse una reducción del ensamblaje en 280 unidades diarias por la caída de las ventas y la incertidumbre generada por la covid y el Brexit. La planta, que actualmente cuenta con una plantilla de 7.100 trabajadores, ya sufrió otro ERE para 350 empleados a mediados del año pasado y desde entonces ha sufrido un reguero de regulaciones temporales de empleo. El último se anunció el miércoles por la falta de suministro de semiconductores y paralizará toda la planta 20 días y el turno de noche dos meses y medio.

Diferentes estrategias en el camino de la electrificación

La apuesta por el vehículo eléctrico es diferente en los casos de Renault y PSA, que tienen estrategias distintas. El primer grupo, que recientemente ha anunciado un plan industrial para España centrado en el coche híbrido enchufable, no cree que sea todavía el momento del coche eléctrico puro. En el caso de PSA, su modelo de fabricación se basa en una plataforma conjunta para vehículos de combustión, híbridos y eléctricos con la que quiere acompasar sin presiones la demanda a la producción en sus tres plantas españolas.

Ford se encuentra en una situación similar. Recientemente ha anunciado el encargo a su factoría valenciana de la nueva generación de motores híbridos, que se empezará a montar el año que viene, a la vez que ha ampliado su capacidad de ensamblaje de baterías para ese tipo de vehículos, que combinan la combustión interna y la electricidad como formas de propulsión. Ese sistema híbrido es considerado por la industria como la fórmula más idónea en el actual proceso de transformación hacia las cero emisiones.

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