Nadia Calviño se distancia de Yolanda Díaz en la reforma laboral al priorizar reducir los contratos
Trabajo quiere empezar las negociaciones con los agentes sociales por la negociación colectiva y la subcontratación
Nadia Calviño y Yolanda Díaz tienen visiones distintas sobre cómo empezar a desmontar la reforma laboral del PP y los cambios del mercado de trabajo prometidos en Bruselas. La ministra de Economía cree que el punto de partida debe ser la reducción de los tipos de contratos. La titular de Trabajo prefiere otro comienzo: los cambios en la negociación colectiva o la subcontratación. “Llevo desde el principio tratando de mirar al futuro”, ha apuntado Calviño, en clara referencia a que su prioridad no es derogar la reforma del PP de 2012.
Este miércoles, Calviño explicó que pronto será la vicepresidenta segunda del Gobierno y que ella y Yolanda Díaz, quien le sucederá en el escalafón del Ejecutivo, comparten “al 100%” el programa de 17 reformas en el mercado de trabajo previstas para acceder a los fondos europeos. Y eso es cierto. Tras meses de negociaciones entre ambos departamentos, se llegó a un punto de encuentro incluso en la orientación de las reformas. Pero eso no quiere decir que se hayan limado todas las diferencias.
Ahora la distancia está en cuál será orden del día de la negociación con los agentes sociales para atajar esas reformas. “La prioridad es impulsar el crecimiento, recuperar a los trabajadores y atajar el desempleo juvenil, y eso supone centrarnos en reducir la dualidad que tenemos en el mercado laboral. Reducir el número de contratos a tres: uno estable, uno temporal y uno de formación”, contestó la ministra de Economía en una entrevista en Onda Cero.
En Trabajo, en cambio, plantean empezar las conversaciones por el punto en que se suspendieron los encuentros con los sindicatos UGT y CC OO y las patronales CEOE y Cepyme en marzo de 2020. Esto supone retomar los cambios en negociación colectiva (prevalencia de convenios y prórroga de los convenios caducados), subcontratación y cambios unilaterales de los empresarios en las condiciones laborales siguiendo lo pactado en el acuerdo de Gobierno del PSOE y Unidas Podemos sobre la derogación de la reforma de 2012.
Los planes de Trabajo coinciden con las exigencias de los sindicatos, que pretenden negociar ya estos puntos, cerrar un acuerdo rápido y llevarlo a la ley. Las patronales, por el contrario, defienden que no es el momento de volver a las conversaciones de marzo de 2020. Siempre más próximas a las tesis de Calviño —o Calviño a las suyas—, las patronales plantearon en la reunión inicial del pasado miércoles que prefieren comenzar esta tanda de reuniones por la nueva regulación de los ERTE, la reforma de las políticas activas de empleo, el SEPE o los planes para combatir el paro juvenil.
A tenor de las respuestas que daba ayer Calviño, se puede deducir que la responsable de Economía se situaba más en esta posición: “Es más fácil si tenemos un planteamiento equilibrado, que si nos centramos en una cosa en la que es más difícil avanzar en los próximos meses”, abundó.
Sobre los planes que tiene el Ejecutivo para reducir la alta temporalidad en el sector público, la todavía vicepresidenta tercera apuntó que su departamento está trabajando con el Ministerio de Política Territorial, que ahora dirige Miquel Iceta, y con Hacienda. No obstante, sí que confesó sentirse frustrada con las comunidades autónomas porque en 2020 se les transfirieron 16.000 millones y 8.000 en este ejercicio y por el momento no se ha avanzado en la reducción de la precariedad. Calviño se refería a que el 29% de los trabajadores públicos tienen un contrato temporal. Este porcentaje llega, principalmente, por el alto peso de los interinos en los dos grandes pilares del Estado del bienestar: la sanidad y la educación, que presentan tasas de temporalidad del 41,9% y 29,1%, respectivamente.
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