“Venga quien venga va a buscar beneficios, los recortes recaerán en nosotros”
Cientos de empleados de Abengoa se manifiestan en su sede de Sevilla para reclamar un plan de viabilidad tras el concurso de acreedores
Los trabajadores de Abengoa ya no soportan más la incertidumbre sobre sus puestos de trabajo. Alrededor de medio millar de empleados de las diferentes empresas que forman el grupo se han manifestado este martes en Palmas Altas, la sede de la compañía en Sevilla, para reclamar el mantenimiento de sus empleos. La concentración llega tras la solicitud de concurso de acreedores por parte del consejo del grupo la semana pasada y una deuda estimada de 6.000 millones de euros. “Que nos escuchen y vean que los trabajadores estamos unidos con el ánimo de intentar por todos los medios conseguir la viabilidad y el futuro de la compañía y el mantenimiento del empleo”, ha pedido Manuel Ponce, secretario general de UGT FICA-Sevilla. Ponce asegura haber iniciado “los trámites para hablar con la Junta de Andalucía, el Gobierno del Estado y la dirección de la compañía”.
“Todos somos uno y todos nos necesitamos”. Ese ha sido el mensaje de unión que ha lanzado Luis Francisco, presidente del comité de empresas de Abengoa. “Nuestro único objetivo es reivindicar nuestros puestos de trabajo, que nos han costado mucho conseguir y mantener”. “Estamos cansados de que no se nos informe acerca de la situación actual de la compañía y de no saber si se respetan nuestros puestos de trabajo en los planes de viabilidad que maneja. Es imprescindible que cualquier acuerdo al que llegue Abengoa con los acreedores incluya necesariamente el compromiso de las partes de mantener los puestos de trabajo”, ha añadido.
La solicitud de concurso de acreedores por parte del consejo del grupo supuso un varapalo para los 1.200 trabajadores en la sede de Palmas Altas. A las 13.00 de este martes, cientos de ellos han dejado sus puestos de trabajo para apoyar la protesta, convocados por los sindicatos. Uno de ellos, que ha optado no dar su nombre, ha subrayado que lo que peor lleva es el silencio desde el puesto de mando. “No nos comunican nada. Nos enteramos de todo por la prensa. Y eso que nosotros hemos seguido viniendo a trabajar todos los días a pesar de la situación de la empresa”. Otro de los trabajadores ha señalado: “Desde el concurso de acreedores somos menos optimistas. Venga quien venga va a buscar beneficios, los recortes recaerán en nosotros”.
Luis Francisco, el líder sindical en la empresa, ha destacado la importancia del capital humano de la compañía: “Los profesionales de Abengoa somos el principal activo de la empresa. El motor que ha hecho crecer y convertirla en un referente mundial. Aquí está el potencial real de Abengoa. Por cada profesional que aún trabaja hay otro compañero que ha tenido que dejar la compañía víctima de ajustes empresariales o cansado de dar mucho y recibir poco. Por ellos y por los que quedamos no podemos seguir permitiendo la descapitalización de Abengoa”, ha señalado. Por su parte, Manuel Ponce, de UGT, ha reconocido que “ahora toca esperar a que el juzgado nombre a los administradores concursales” para reunirse con ellos y conocer el informe de viabilidad.
Laura Rodríguez, presidenta del comité de empresa Abengoa Energía, también manifestaba su preocupación por la falta de comunicación: “No nos explican nada”. Por ello, ha anunciado más concentraciones. “No sabemos cuándo, pues hay que organizar 14 comités de distintos centros, pero incluso estamos pensando en alguna más multitudinaria. No vamos a esperar a que ellos den pasos”, explica.
Las distintas filiales de Abengoa emplean a 13.000 personas, 2.500 de ellas en España, de los que el 80% trabajan en Andalucía. A finales del pasado marzo, en pleno estallido de la crisis del coronavirus, la compañía inició un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) para en torno al 30% de su plantilla en España y para aproximadamente el 15% de sus empleados en el resto de países donde está presente, debido al impacto en su actividad. Desde que la compañía entrara en preconcurso de acreedores en 2017, su plantilla ha sufrido ERTE continuados, retrasos en el pago de salarios y la obligación de trabajar de forma presencial para la plantilla al principio de la pandemia.
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