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El choque por el alquiler entre PSOE y Podemos retrasa la ley de vivienda

Los dos socios del Ejecutivo, que difieren sobre si ofrecer incentivos fiscales a los arrendadores o imponer límites de precios, asumen que la norma no irá al Consejo de Ministros en febrero

Los ministros José Luis Ábalos e Irene Montero y el vicepresidente segundo Pablo Iglesias, en una imagen del pasado 12 de octubre.
Los ministros José Luis Ábalos e Irene Montero y el vicepresidente segundo Pablo Iglesias, en una imagen del pasado 12 de octubre.Kiko Huesca / Pool (EFE)
José Luis Aranda

El borrador de la futura ley de vivienda no llegará este mes al Consejo de Ministros. Los dos socios del Gobierno —encabezados en la negociación por el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, del PSOE, y por el vicepresidente Pablo Iglesias, de Unidas Podemos— coinciden en que no es posible dar luz verde al texto para enviarlo al Congreso, como se proponían. Sobre la mesa quedan escollos importantes y, sobre todo, la patata caliente de la regulación de precios del alquiler, donde el choque es evidente. Podemos propone congelar o bajar rentas obligatoriamente y el PSOE se decanta por incentivos fiscales a los arrendadores.

“Es evidente que no va a estar, nos tenemos que dar el tiempo suficiente”, comentaba este viernes una fuente del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana sobre la posibilidad de que el borrador llegue al último Consejo de Ministros del mes, en tres días. “El martes lo veo imposible”, coincidía otra fuente conocedora de las negociaciones, que indicó que ese es precisamente el día en que se prevé el próximo encuentro de Transportes y la vicepresidencia.

El jueves, día de la última cita entre ambas partes (Transportes ha descargado el peso de las negociaciones en el secretario general de Agenda Urbana y Vivienda, David Lucas, y la vicepresidencia segunda en la secretaria de Estado de Agenda 2020, Ione Belarra) saltaron chispas a través de declaraciones cruzadas. En Unidas Podemos se dijo que “el equipo de Ábalos todavía no ha concretado por escrito cuál es su posición en torno a los temas clave” y que “el PSOE sigue sin propuesta en materia de desahucios, control de los precios y grandes propietarios”. En Transportes respondían que buscan “el acuerdo con todos los sectores sociales” y una ley “que huya de sectarismos”. Una tensión no vista ni en la reciente campaña catalana.

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Desde que a principios de mes Podemos airease “discrepancias sustanciales”, estas han evolucionado poco. La regulación de rentas de alquiler se antoja la principal. “Vamos a establecer mecanismos para que no haya movimientos especulativos, pero ahora los precios están bajando”, indicaba la fuente de Transportes. “Somos más partidarios de mecanismos de incentivación y la vía fiscal puede ser una. Ahora hay [en el IRPF] una reducción del 60% lineal a todos los arrendadores: vamos a ver si se puede modular y establecer mejoras a aquellos que alquilen a precios asequibles”.

Esto confirma que la fórmula preferida en el ministerio para regular la cuestión es beneficiar en la declaración de renta a arrendadores que alquilen por debajo de mercado. No obstante, en Transportes insisten en que hay otras vías fuera de la futura ley, como los acuerdos con grandes propietarios o la ampliación de la dotación del plan de vivienda para alquiler asequible que anunció el miércoles el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. “No creemos que sea bueno que la ley solamente obligue y sancione”, añaden.

Congelar o bajar

La propuesta de Podemos es que, a partir de los índices de precios, comunidades y ayuntamientos puedan declarar zonas de mercado tensionado. “Si un inmueble está por debajo de los índices de referencia no podría subir, se quedaría igual; y si está por encima, se tendría que bajar al límite del índice”, describe una fuente de la formación conocedora del contenido de su propuesta. Cualquier cosa que no se acerque a dicho planteamiento parece destinada a topar con la negativa del partido de Pablo Iglesias, donde además han reiterado en las últimas semanas que poner límites de precios se ha acordado dos veces.

La última vez fue el pasado octubre, cuando Podemos presionó para incluir alguna medida sobre arrendamiento en los Presupuestos. No lo logró, pero se firmó un pacto que trasladaba la cuestión a una ley de vivienda que debía llegar al Consejo “en un plazo máximo de tres meses”, lo que se cumplió en enero. El texto hablaba de “mecanismos de contención, o eventualmente bajada de los precios”, un enunciado genérico donde cabrían muchas fórmulas, y concretaba un segundo supuesto para contener “las subidas injustificadas en los nuevos arrendamientos, tomando como referencia el precio del contrato del arrendamiento anterior”.

En el departamento que encabeza el socialista Ábalos (el antiguo Fomento, con las competencias estatales en Vivienda) ven justificado el retraso porque la norma “es compleja, va a ser la primera ley estatal de vivienda de la democracia, y necesita tiempo para tener un buen texto legislativo”. Esa fuente resta importancia a la tensión en el Gobierno. Dice que la última reunión “no fue mal” y ve margen para hallar “puntos de encuentro”.

Grandes propietarios y otros puntos calientes de la norma

“No se puede circunscribir una ley tan importante a determinados aspectos concretos porque va a contener muchas cosas que hay que resaltar”, asegura la fuente consultada del Ministerio de Transportes, de lo que se infiere cierto malestar por el hecho de que el debate público se esté centrando en algunas cuestiones. Estas, además del control de precios, son la definición de grandes tenedores o si obligar a estos a ceder parte de sus pisos para alquiler social, dos de las propuestas lanzadas por Podemos.

La futura norma hablará “de cómo implicar a todos los actores en el cumplimiento de la función social de la vivienda”, añade la fuente del departamento de Ábalos, que incide en que “el objetivo es el mismo” para ambos socios del Gobierno y “lo que difiere son los instrumentos” que se quieren emplear. Transportes apunta a contactos con grandes propietarios (esta semana se anunció una ampliación de las aportaciones de Sareb y los bancos a las bolsas de vivienda social) para lograr más pisos destinados a colectivos vulnerables y apuesta por “el entendimiento con el sector”. No obstante, tanto fuentes inmobiliarias como de entidades sociales manifiestan malestar por sentirse al margen del proceso y desconocer las propuestas que se debaten desde que el procedimiento superó la fase de consulta pública, en la que sí se convocaron reuniones con estos colectivos.

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Sobre la firma

José Luis Aranda
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS, diario donde entró a trabajar en 2008. Escribe habitualmente sobre temas de vivienda y referentes al sector inmobiliario. Es licenciado en Historia por la Universitat de València y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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