Trabajadores de Google se organizan en el primer sindicato de una gran tecnológica
La iniciativa pretende velar por la igualdad en el trabajo y los principios éticos en el modelo de negocio
En un sector que tiende al individualismo y al férreo silencio corporativo, unos 200 trabajadores de Alphabet Inc, la empresa matriz de Google, han formado un sindicato que de momento no pretende negociar con la compañía subidas salariales o mejoras en las condiciones laborales, sino velar por los principios de igualdad en el trabajo y por la observancia de principios éticos en el modelo de negocio. La formación de este inédito sindicato, el primero que se crea entre las grandes tecnológicas, es la consecuencia directa de protestas sin precedentes en el seno de la compañía, y de un año de organización en secreto.
La asociación, denominada Unión de Trabajadores de Alphabet, reúne a empleados de Google y otras empresas de la compañía en EE UU y Canadá, y está integrado en un sindicato mayor, Trabajadores de Comunicaciones de EE UU (CWA, en sus siglas inglesas), con más de 700.000 miembros y que también representa a empleados de otros grandes del sector de las telecomunicaciones, como Verizon o AT&T. Cualquier trabajador o contratista de Alphabet podrá afiliarse mediante el pago de una cuota equivalente al 1% de sus ingresos, que servirán para sufragar actividades, equipo legal e incluso una caja de resistencia en el caso de una hipotética huelga laboral, según su página web.
Nicky Anselmo, analista de programas y representante del nuevo gremio, ha recordado que los trabajadores de Alphabet han protestado en los últimos años por los pagos “de varios millones de dólares a varios ejecutivos que han protagonizado casos de acoso sexual”. La fundación del sindicato obedece, por tanto, al intento de “asegurar que se respeten los valores que compartimos como empleados de Alphabet”, ha subrayado Anselmo, citado por la agencia Efe.
La actividad de las cinco grandes tecnológicas se había caracterizado hasta ahora, en lo tocante a derechos laborales, por la práctica inexistencia de organización entre sus empleados e incluso por retrocesos de logros conseguidos a lo largo de siglos de lucha obrera, pero los casos de acoso sexual por parte de altos ejecutivos, así como su colaboración con el Ejército estadounidense, han colmado la paciencia de algunos empleados, de los que se ha atrevido a dar el paso al frente un número aún simbólico pero representativo del malestar existente en la masa social de la empresa, que se ha dado levemente por aludida tras conocer la presentación del sindicato. “Como hemos hecho siempre, continuaremos negociando directamente con nuestros trabajadores”, dijo Kara Silverstein, directora de recursos humanos de Google. “Nuestros empleados tienen derechos laborales protegidos que apoyamos”, zanjó el lunes la representante de la empresa.
Google se ha visto contra las cuerdas en los últimos meses a consecuencia de un creciente escrutinio por parte del regulador de la competencia de EE UU y los fiscales generales de varios Estados, lo que le ha costado varias denuncias antimonopolio, así como de la autoridad del trabajo, que acusa a la empresa de interrogar ilegalmente a trabajadores que acabaron siendo despedidos por participar en protestas contra la política de la compañía y por intentar organizarse en un sindicato.
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