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El coronavirus pone en vilo a la economía

La rápida expansión del brote ha debilitado las perspectivas de crecimiento en China y con ello las del planeta entero

Un hombre con mascarilla pasa por el distrito financiero de Lujiazui en Pudong (Shanghái). 
Un hombre con mascarilla pasa por el distrito financiero de Lujiazui en Pudong (Shanghái). Aly Song (Reuters)

China es el corazón del mundo. Cuando la sangre del gigante asiático bombea sin ningún obstáculo, el desarrollo del planeta cobra brío. Pero si el flujo disminuye o el ritmo de los latidos se altera, las señales de inestabilidad comienzan a sentirse en los cuatro puntos cardinales. Tal es su fuerza de empuje que el 39% de la expansión económica del globo en 2019 ha sido gracias a esta potencia emergente, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). Ese marcado protagonismo se ha evidenciado con el brote de coronavirus (2019-nCoV), que ha paralizado la actividad industrial en la nación asiática y con ello ha puesto sobre las cuerdas a los mercados financieros, al precio de las materias primas y al comercio global.

“La incertidumbre económica es creciente”, afirma Miguel Ángel Ariño, director del departamento de análisis de decisiones del IESE. La inesperada crisis de salud en China ha dejado en papel mojado los pronósticos de crecimiento y ha venido a inyectar una presión adicional a un país que sufre ya una desaceleración, producto de la guerra comercial con Estados Unidos. “Calcular el impacto de la emergencia sanitaria no es sencillo”, afirma Simon MacAdam, economista de la consultora británica Capital Economics. Los analistas de Oxford Economics han estimado que el PIB chino solo crecerá este año un 5,4%, frente al 6% previsto antes de la aparición del brote. El impacto para el mundo será de unos 0,25 puntos porcentuales menos. Según el FMI, la economía global crecería un 3,4% este 2020. Pero no todo está dicho. “Se trata de una cuestión de tiempo”, destaca MacAdam.

Si el 2019-nCoV detiene su avance antes de que finalice febrero, China y el mundo sufrirán apenas una leve bajada en el PIB, coinciden los analistas consultados. Pero si continúa propagándose, las consecuencias son incalculables. “El impacto global podría ser hasta cuatro veces mayor que el del brote de SARS [síndrome respiratorio agudo grave] en 2003”, dice Warwick McKibbin, profesor de Economía en la Universidad Nacional de Australia. Entonces el virus —del que se contagiaron 8.000 personas y se cobró 774 vidas— fue un golpe de 40.000 millones de dólares (36.000 millones de euros, al tipo de cambio actual) para la economía global y un mordisco equivalente al 0,1% del PIB mundial, según McKibbin.

La China de aquellos años no es la misma de hoy. “Ahora es una parte integral de la economía”, resalta Stéphane Monier, jefe de inversiones en Lombard Odier, entidad financiera suiza. El gigante asiático ha pasado de ser la sexta potencia del mundo en 2003 (apenas un poco más grande que Italia) a la segunda más poderosa, solo por detrás de EE UU. Actualmente controla el 17% del PIB global, mientras que hace 17 años solo copaba el 4%. Aunado a ello, se ha convertido en el fabricante más grande del planeta. No solo se producen bienes de bajo valor, sino también productos de alto nivel industrial. Allí se ensamblan desde los iPhone hasta algunos modelos de General Motors, Ford, Fiat Chrysler y otras empresas de automoción. “Hay una preocupación creciente por la interrupción en la cadena de suministros”, comentan los expertos de Capital Group.

Es por eso por lo que a medida que China lucha por contener el coronavirus, se hace cada vez más evidente que el parón económico tendrá un impacto en el mundo, explica un documento de Bloomberg Economics. La firma de análisis pronostica que el PIB chino se desacelerará hasta el 4,5% durante los primeros cuatro meses del año, después de haber crecido un 6% en el último cuatrimestre de 2019. Bajo este escenario, el PIB mundial podría reducir su avance un 0,4%. Los mayores afectados serán Hong Kong, Corea del Sur, Vietnam, Brasil, Australia, Indonesia y Japón. España apenas notará un impacto.

China es el mayor consumidor de materias primas mundial. Cualquier movimiento en su demanda tiene una repercusión en el precio, principalmente en el de los metales industriales utilizados en la fabricación de coches, aviones y aparatos electrónicos. La cotización del cobre, el níquel, el aluminio y el zinc, entre otros, han presentado pérdidas al explotar la emergencia.

Por ejemplo, el precio del cobre —el barómetro para medir la salud económica mundial— ha caído más de un 7% desde enero y ha perdido todo lo avanzado al cierre del año pasado, cuando se anunció un primer acuerdo entre China y EE UU para resolver la guerra comercial. Esta bajada afecta a Perú y Chile, los dos principales productores mundiales de este metal, fundamental para la industria de Hubei, la provincia que tiene como capital a Wuhan, el epicentro del 2019-nCoV.

Materias primas

Otras materias primas como el petróleo también han sido víctimas del brote. El precio del brent se ha dejado más de un 17% desde que comenzó 2020, hasta llegar a cotizar por debajo de los 55 dólares por barril. “Arabia Saudí es el más afectado por la reducción, porque es el principal proveedor de China”, explica Jorge Piñón, experto en política energética de la Universidad de Texas. La OPEP y sus socios tuvieron una reunión de urgencia la semana pasada para analizar un posible recorte de hasta 600.000 barriles diarios en la producción. Pero no llegaron a ningún acuerdo.

“Si continúa la expansión del virus, Arabia Saudí podría tomar la decisión unilateral de cortar su producción. Es el único país que puede cerrar el grifo”, destaca Piñón. Mientras ello ocurre, el precio del oro, el metal refugio por excelencia, ha repuntado más de un 2,5% desde enero. Entre tanto, la Bolsa de Shanghái (cerrada durante las vacaciones del Año Nuevo Lunar) se ha dejado un 7,6% en lo que va de año, pese a los esfuerzos del Banco Central Chino, que ha inyectado liquidez al mercado. “Esperamos que se recupere de inmediato la normalidad y que las empresas y consumidores liberen la demanda acumulada”, concluye MacAdam. Los próximos días lo dirán si la cuarentena económica sigue o hay que esperar más tiempo.

Sectores más tocados

Son muchos los sectores que están sufriendo los efectos del coronavirus, aunque aún es pronto para evaluar su impacto. Entre los más expuestos figuran los bienes de consumo, con su máxima incidencia en los de lujo, donde el gigante asiático mueve el 33% de las compras globales, ya sea dentro o en los viajes fuera del país, explica Arancha Piñeiro, analista de Banco Sabadell. Su penalización en la Bolsa no se ha hecho esperar, con abultadas caídas para Kering, LVMH y Richemont; anuncios de rebaja de las previsiones de negocio como el realizado por Estée Lauder esta semana o pinchazos en las ventas del 55% como el reconocido por Shiseido en los primeros 23 primeros días de enero.

El turismo es el otro gran tocado, ya sean aerolíneas, hoteles, navieras o centros de ocio. El cierre de fronteras, las suspensiones de vuelos, cancelaciones de viajes y circuitos sin duda harán mella en las cuentas del sector, incluso Amadeus, que no realiza reservas desde China, ha notado el impacto en Bolsa, según Natalia Aguirre, directora de análisis de Renta4banco. Esta experta también destaca a las actividades vinculadas con las materias primas, como el petróleo; el automóvil y los componentes entre las más expuestas. Y cada vez pesan más dudas sobre las cadenas de valor que dependen de la gran fábrica del mundo.

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