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Ponga un ‘spa’ en el rellano del edificio, su piso se revalorizará

Las zonas comunes, dedicadas al ocio, el deporte y la salud, se han sofisticado tanto que son el mejor reclamo para vender pisos

Sandra López Letón
Huerto en la cubierta de la promoción Skyline, en Madrid.
Huerto en la cubierta de la promoción Skyline, en Madrid.

Pista de running, apartamento de invitados, salón de belleza, sala de estudio, cine, gastroteca, coworking, sala de juegos infantil con videojuegos, guardería, aparcamiento de bicicletas, espacio de recargar el coche eléctrico, cafetería, minigolf, buzones inteligentes, cancha de baloncesto, spa, baño turco, sauna, huerto ecológico y ducha para perros. Por supuesto, gimnasio equipado, piscina y jardín. Con todo esto, ¿quién quiere salir de la urbanización? O, mejor dicho, ¿quién necesita salir de ella?

Las zonas comunes ya no son lo que eran. Son mucho mejores. Muy lejos han quedado las primeras urbanizaciones de hace cuatro décadas que lucían orgullosas un jardín y la sala comunitaria. Esto y la piscina eran un lujo, un símbolo de clase social alta. Hoy ya son un equipamiento básico presente en casi todas las promociones nuevas. “Hay un salto muy claro entre el anterior ciclo inmobiliario y este. El promotor se da cuenta a partir del año 2014 de que ya no vale cualquier cosa, que el comprador va a seleccionar, comparar y comprar a quien le ofrezca los mejores servicios”, dice Julio Touza, del estudio Touza Arquitectos.

Ninguna promotora concibe construir viviendas, ya sean para venta o alquiler, sin estos espacios dedicados al deporte, el ocio y la salud que, además, entregan totalmente equipados. El único límite lo marcan las proporciones de la parcela y, cuando esta no permite virguerías, se recurre a la cubierta. En la azotea estarán el huerto y la piscina en el proyecto Skyline, en el distrito de Tetuán, también en la capital, que construye la plataforma suiza Stoneweg.

Circuito para correr, huerto, sala de estudio o gastroteca son algunas de las nuevas áreas

Lo mejor es que la revolución de las zonas comunes no ha hecho más que empezar. “Lo lógico es que este tipo de servicios vaya tomando cada vez más protagonismo dentro de la construcción de obra nueva”, incide Jaime Fernández, gerente adjunto de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid. “Arquitectos y promotores seguimos dándole vueltas a la cabeza para innovar y crear nuevos espacios”, dice el arquitecto Touza, encargado del diseño de Riverside Homes, una torre de 72 metros de altura de la promotora Neinor Homes en Legazpi (Madrid). Ha ideado una gran terraza de acceso común a todos los vecinos con un huerto urbano y un telescopio. También firma River Park, un proyecto de Gestilar en el distrito madrileño de Arganzuela, donde incluirá una ducha para perros.

Y así, casi sin pretenderlo, estos espacios, que no computan edificabilidad, se han convertido en la mejor herramienta de venta, el perfecto gancho comercial. “Nos hacen ser más competitivos. Son un elemento diferencial, un valor añadido que hace más atractivas nuestras viviendas y facilita la comercialización”, recalcan en la promotora Aedas Homes. También marcan distancias con el mercado de segunda mano, muchas veces desprovisto de todos estos extras.

Por ahora, la dotación más habitual son las zonas verdes, presentes en el 33,8% de las viviendas, junto con los cuartos para bicicletas, disponibles en el 24,7%. También, los parques infantiles exteriores, las piscinas, las pistas deportivas y las salas de estudio, detalla Cristina Ontoso, directora comercial, de marketing y comunicación de Vía Célere. Ya se empiezan a ver, aunque a cuentagotas, los primeros residenciales con espacios de juego para niños, “muy valorados entre los compradores de entre 30 y 45 años. También los huertos ecológicos y gastrotecas para celebraciones”, recalcan en la promotora iKasa.

No obstante, en Neinor Homes creen que a la hora de diseñar estas áreas hay que valorar cuestiones como los gastos de comunidad, el posible ruido de la pista de pádel o el hecho de que la cuota de gimnasio externo pueda ser más barata. En este sentido, creen, “más allá de las zonas verdes y la piscina, el resto de elementos no actúan como atributo diferenciador a la hora de decidir la compra, en especial cuando hablamos de promociones de nivel medio”.

Estos gastos mensuales a los que se refiere dependerán mucho del tamaño de la urbanización. “Por lo general, las grandes zonas comunes se encuentran en grandes promociones, por lo que este desembolso es asequible. Por ejemplo, en una de 200 pisos con piscina de adultos, piscina de niños, parque infantil, jardines, gimnasio, pista de pádel y sala comunitaria, el recibo de la comunidad puede rondar los 120 o 150 euros mensuales”, calculan en Aedas.

Cine o tirolina

Vía Célere fue una de las pioneras en esto de las zonas comunes. “Cada vez más nos reclamaban espacios para realizar actividades deportivas y de ocio sin necesidad de alejarse de casa”, aporta Ontoso. Su última innovación ha sido incluir el bautizado como “espacio salud”, una estancia equipada con un dispositivo para evitar atragantamientos, un equipo de reanimación cardiovascular y controles rutinarios (toma de tensión…). Y han incorporado sauna, cine, salón de belleza o incluso una tirolina. Se suman a las que ya son sus señas de identidad, como la sala social-gourmet y la sala de juegos infantil tematizada. Vía Célere también es responsable de traer al mercado algo nunca visto antes, como el apartamento de invitados que los propietarios pueden reservar cuando reciban visitas.

“Uno de los principales cambios de la sociedad española en los últimos años es el ritmo de vida de las familias, con largas jornadas laborales. Valoran tener cerca espacios de ocio que les eviten desplazamientos y aprovechar el tiempo sin salir de casa”, dicen en Aedas. Esta promotora ha aceptado el reto al crear más de 37.000 metros cuadrados de zonas comunes en una promoción en Sevilla: piscina principal de 1.000 metros de lámina de agua, seis pistas de pádel, circuito de running de más de un kilómetro y club social. En el primero de los siete edificios del conjunto residencial se han vendido viviendas desde 120.000 euros.

Neinor Homes ha apostado por innovar con miradores, huertos urbanos y el primer living club de Sevilla. “Es una urbanización con varias piscinas, gimnasio, cafetería, zona de juegos infantil, guardería o zonas deportivas”, dicen.

“Las necesidades actuales de vivienda no se entienden sin todos estos extras y es casi imposible plantear un proyecto de obra nueva hoy en día sin ellos”, indican en iKasa. Esta promotora ha creado Somosaguas Club (Pozuelo de Alarcón), un concepto americano de zonas comunes con más de 16.000 metros cuadrados, que abarca gastroteca, gimnasio, piscinas, pista de running, jardín japonés, huerto ecológico, minigolf, pista de pádel…

Equipar las urbanizaciones con algunos de estos espacios no sale gratis. “Conllevan un mayor coste de construcción, que lógicamente repercutirá en el precio”, recuerdan en Asprima. Pero no es muy representativo ni inasequible, opina Julio Touza. “En una promoción de 100 viviendas bastaría un sobrecoste de entre 2.000 y 3.000 euros por piso”, calcula.

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Sobre la firma

Sandra López Letón
Redactora especializada en el sector inmobiliario, del que informa desde hace más de dos décadas. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en EL PAÍS. Actualmente, escribe en el suplemento de información económica 'Negocios'. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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