El turismo ya añora los ‘petrodólares'

La Milla de Oro de la Costa del Sol, entre Puerto Banús y Marbella, se ha quedado huérfana este verano de sus visitantes más característicos, los procedentes de Oriente Medio y Rusia. La imagen del puerto deportivo repleto de yates y turistas vestidos con prestigiosas marcas es parte del pasado. Su llegada es capital para la zona, no tanto por volumen sino por su elevado desembolso en el destino. “Son los que más gastan, sobre todo en tiendas y restaurantes”, explican algunos de los empresarios con comercios abiertos, todavía a medio gas, en Puerto Banús.

El turismo vive en un estado crítico continuo desde el inicio de la emergencia sanitaria. Más si cabe cuando se mantienen las restricciones a mercados importantes, especialmente en las partidas de gasto, como Estados Unidos, Rusia, países de Latinoamérica y árabes. Además de China, de donde solo llegarán si el país asiático admite la entrada de europeos. Por ello, este verano se echará en falta por las calles de Barcelona, Madrid o la Costa del Sol a los visitantes asiáticos, del continente americano, magnates rusos o jeques árabes con grandes carteras y bolsas cargadas de compras.

“Echamos de menos a los petrodólares”, comenta María Jurado, dependienta de una exclusiva franquicia de ropa en Puerto Banús. “Acuden con su familia y séquito, que pueden ser unas 40 personas, y llenan los restaurantes más caros donde dejan hasta 300 euros en propinas”, reconoce Enrique García, camarero con casi 25 años de experiencia en algunos de los hoteles del municipio.

Estos mercados son tan importantes que incluso hay establecimientos diseñados para ellos. Por ejemplo, el caso de los dos hoteles halal, especializados en el viajero de Oriente Medio, que operan en Marbella (Alanda Hotel) y Torremolinos (Luxury boutique Costa del Sol). “No sabemos cuándo podrán regresar estos turistas, pero este verano ya está destrozado sin ellos, al igual que pasa con los rusos y norteamericanos que no pasarán este año por la provincia”, señala Luis Callejón, presidente de la patronal hotelera de la Costa del Sol.

El sector turístico entró en un coma inducido en España con las restricciones a la movilidad a mitad de marzo y desde entonces solo suma varapalos y hundimientos sin precedentes. A final de mayo cambió la tendencia, al menos desde la parte de la comunicación, cuando el Ejecutivo anunció la reapertura de fronteras para finales de junio. Pese a ello, la industria turística se mantiene en horas bajas ya que buena parte de los más de 83 millones de turistas extranjeros que viajaron a España y los más de 90.000 millones de euros gastados se esfumarán en este 2020.

Ni están ni se le esperan

Pese a que ya puedan entrar en el país los turistas extranjeros, todavía una parte significativa, alrededor del 10% de los que llegaban y algo más de lo que se gastaba cada año, ni está ni se le espera. ¿Por qué? Básicamente porque tienen restringido el acceso. “EE UU, Rusia, Argentina, Brasil y México son de capital importancia porque son de los que más gasto dejan”, argumenta José Luis Zoreda, vicepresidente de Exceltur.

En este contexto, Cataluña será una de las grandes perdedoras. De los 3,3 millones de estadounidenses que llegaron a España en 2019, más de 1,51 millones fueron a la comunidad catalana y unos 900.000 a la Comunidad de Madrid, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Será un golpe importante para las dos zonas, ya que se trata del primer mercado emisor para Madrid y el tercero para Cataluña (después de Francia y Reino Unido), aunque en esta comunidad son los que más gastan.

“Obviamente nos afecta que todavía no puedan venir los estadounidenses, pero ojalá fuera el único problema”, señala Manel Casals, director del Gremio de Hoteles de Barcelona. En la capital catalana hay abiertos solo unos 60 establecimientos, con una ocupación de entre el 15% y el 20%. Una situación sin precedentes en una ciudad acostumbrada a recibir en las últimas décadas a un alud de turistas. El Gremio considera que la situación no empezará a reactivarse hasta, en el mejor de los casos, el otoño.

“Damos por perdido este año”, reconoce Gabriel Jané, presidente de Barcelona Oberta, asociación que representa a los ejes comerciales más importantes de la ciudad. Entre ellos, el Paseo de Gràcia, donde se concentran las tiendas de lujo y un importante atractivo para el turismo asiático, ruso y de Oriente Medio. Por el momento, ni rastro de ellos.

Madrid como puerta de acceso

El golpe sobre Madrid vendrá también por la ausencia de los turistas de Latinoamérica. La capital se usa por parte de los viajeros de países como Argentina, México y Brasil como puerta de acceso a Europa y base de sus vacaciones. “Aunque Madrid no sea el destino final, siempre es un lugar de paso que se beneficia. De estos países viene mucho turismo familiar que utilizan la capital como base y viajan desde ahí a otras ciudades europeas”, explica Zoreda. Según la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid, suelen elegir los hoteles del centro la ciudad, todavía con una actividad bajo mínimos en parte por la ausencia de estos turistas.

Entre los visitantes que añorará la capital destacan los mexicanos. “Son los mejores, con diferencia, por las propinas que dejan y el gasto que realizan durante sus vacaciones”, coinciden fuentes de las grandes hoteleras y comercios de lujo. Según los datos de Planet, proveedora internacional de servicios de pago y tecnología de Tax Free, el turismo de compras sigue sin poder contar con sus mercados fetiche. Según los datos que maneja de 2019, las tres nacionalidades que más gastan en Barcelona (China, EE UU y Rusia) y Madrid (China, EE UU y México) no pueden entrar todavía. Por lo que las cuentas de los negocios turísticos siguen a la baja y sin previsión de mejora en el corto plazo.

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