González Laya entra en las quinielas para dirigir la Organización Mundial de Comercio

La ministra de Exteriores, Arancha González Laya, se perfila como posible directora general de la Organización Mundial de Comercio (OMC). El organismo está a la búsqueda de sucesor después de la repentina renuncia, un año antes de que finalizara su mandato, del brasileño Roberto Azevêdo. El nombre de González Laya, que ya había sonado para este cargo antes de ser ministra en España, ha sido mencionado en los últimos días por medios de comunicación de prestigio. Las fuentes consultadas consideran prematuro el debate, pero celebran que circule el nombre de la jefa de la diplomacia española para un cargo de representación internacional.

A punto de cumplir su primer semestre como ministra en el Gobierno de Pedro Sánchez, la posible candidatura de González Laya al organismo que fija las reglas del comercio internacional y dirime los conflictos entre países aviva la lucha por este puesto. Antes de asumir Exteriores, González Laya dirigía el Centro de Comercio Internacional, la agencia de Naciones Unidas y de la OMC que promueve el progreso empresarial en países en desarrollo. Esa experiencia —y un conocimiento minucioso de toda la OMC porque fue jefa de gabinete del que fue su director Pascal Lamy— le proporcionaban un sólido perfil para dirigirla. Pero a finales del año pasado González Laya recibió la llamada de Sánchez para incorporarse al Gobierno, lo que dio un giro a su carrera, que siempre había discurrido por organismos europeos e internacionales. El Ministerio de Exteriores rechaza hacer comentarios sobre la posibilidad de esa nueva etapa en el currículum de la ministra.

Otras fuentes cercanas a González Laya consideran relevante que una representante española figure en las quinielas para dirigir un organismo multilateral, pero aventuran que la candidatura es incierta. La OMC, con sede en Ginebra, es hoy un foro paralizado por la voluntad de Estados Unidos. Con su renuncia a renovar los jueces que integran el tribunal de resolución de disputas, Donald Trump, muy reacio al multilateralismo, ha bloqueado el funcionamiento de este órgano. Frente a ese escenario de inmovilismo, González Laya ocupa ahora uno de los ministerios de Estado en el Ejecutivo español, un puesto con grandes atribuciones al que prácticamente acaba de llegar.

Por otro lado, no está claro que sea un europeo quien tenga más opciones para dirigir una organización ahora liderada por un brasileño. La UE defenderá que el puesto recaiga en un país desarrollado, occidental, pero no necesariamente europeo, según explican fuentes diplomáticas del bloque comunitario. Pese a todo, uno de los perfiles que suenan con más fuerza es el de la ministra keniana de Deportes —y antes de Comercio—, Amina Mohamed. Más allá del nombre, la UE también abogará por la elección de un candidato permanente, frente a las voces que defienden la designación de uno interino que complete el año que le restaba a Azevêdo. Esa fórmula temporal obligaría a retomar el proceso de nuevo en pocos meses. La elección del nuevo director debería quedar cerrada el próximo mes de agosto.

El currículum de González Laya se ajusta bien al conocimiento que se requiere para dirigir la OMC. Su carrera profesional comenzó en las instituciones europeas, donde fue primero portavoz y después jefa de gabinete del entonces comisario de Comercio Pascal Lamy. La hoy ministra mantuvo ese mismo cargo durante los ocho años que Lamy estuvo al frente de la OMC. De ahí pasó a dirigir el Centro de Comercio Internacional. Firme defensora del multilateralismo y del papel del comercio como motor de desarrollo y de concordia entre los países, la ministra trata de aplicar una pátina de diplomacia económica a su labor al frente de Exteriores.