Jueves negro
Las medidas aprobadas para proteger a la población más vulnerable son muy acertadas, pero es urgente empezar a priorizar la inversión y el empleo
El último día de marzo había 834.000 afilados menos a la Seguridad Social que a finales de febrero. A eso hay que sumar los trabajadores en expedientes de regulación de empleo temporales. Siguen afiliados a la Seguridad Social y no aparecen en los datos de paro, pero muchos de ellos lamentablemente también perderán su empleo en los próximos meses. Si estimáramos la Encuesta de Población Activa mensual, como hacen en EEUU, la tasa de paro en marzo ya estaría próxima al 18%, y será mucho más alta en el verano.
España es el 0,5% de la población mundial y tenemos casi el 20% de los muertos hasta el momento. Actuamos tarde y fallamos en la planificación de la compra de material. Luego hemos reaccionado y empezamos a controlar la curva y a reducir la presión sobre las UCI en Madrid, aunque ahora se ha trasladado a otras comunidades autónomas, especialmente en la España vacía. El problema es que en el resto del mundo los Gobiernos también han actuado tarde, especialmente China y ahora EEUU. Bruselas ha estado ausente en la coordinación sanitaria y arrastra los pies en la crisis económica.
En economía el Gobierno también va por detrás de la realidad. Primero luchamos contra el miedo y no contra el virus. Y ahora siguen luchando contra el miedo y no contra el desempleo que afecta a votantes de todos los partidos y a millones de españoles en pobreza severa que han perdido la confianza en el sistema.
Necesitamos un nuevo Bretton Woods. Europa necesita unos presupuestos expansivos priorizando la inversión pública. La lucha contra el cambio climático es un reto y una gran oportunidad para un plan keynesiano global de inversión pública que incluya política industrial y política tecnológica. El MEDE debe habilitar líneas precautorias para países por si tienen problemas para financiarse en los mercados.
El déficit público de España superará el 10% del PIB y la deuda pública se aproximará al 110%. Bruselas, con buen criterio, ha desactivado el Pacto de Estabilidad. Ahora toca acordar no forzar a reducir rápidamente los déficit en el próximo lustro. Ese fue el error de Merkel en 2010 y el de Roosevelt en 1937. Hay que agilizar las reestructuraciones de deuda y priorizar la viabilidad de las empresas y el empleo.
En España lo primero es preparar un plan realista de política económica. Asumamos que el turismo tardará muchos meses en normalizarse y que la recesión mundial no durará dos meses. Los políticos deben parar la campaña que comenzó en 2015. Deberían salir unidos en una foto, como sucedió en 1977 en los Pactos de la Moncloa. Todos comprometidos a colaborar para sacarnos de la crisis y convocar elecciones en 2021. Con 120 escaños no se puede gestionar una crisis de esta magnitud. Las medidas aprobadas para proteger a la población más vulnerable son muy acertadas. Pero es urgente empezar a priorizar la inversión y el empleo. La mejor protección que le podemos ofrecer a las familias en paro es darles trabajo.
Resistiremos.
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