_
_
_
_
la crisis del coronavirus
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Del bazuca al helicóptero

Si la crisis se prolonga puede provocar efectos de segunda ronda sobre compañías solventes sometidas a un cierre total de la actividad, algo que no sucede ni en periodo de guerra

Alicia González
Un hombre con mascarilla cruza la calle en Ginebra, este viernes, cuando el Gobierno suizo endureció aún más las medidas contra el coronavirus.
Un hombre con mascarilla cruza la calle en Ginebra, este viernes, cuando el Gobierno suizo endureció aún más las medidas contra el coronavirus.FABRICE COFFRINI (AFP)

En estos tiempos en los que la incertidumbre se ha convertido en la única certeza, las perspectivas de los expertos sobre la evolución de la economía no duran más allá de un par de semanas, por no decir días. Las últimas previsiones apuntan a una recesión global, seguida de una recuperación vigorosa, lo que se conoce en la jerga como recuperación en forma de V.

Los analistas de Capital Economics anticipan que la economía global se contraerá un 1% durante este año, el doble que en 2009 en plena crisis financiera, tras la caída de Lehman Brothers. En Deutsche Bank prevén una recesión tan severa y caídas del PIB tan pronunciadas que no tendrían precedentes desde la Segunda Guerra Mundial. El Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) constata una fuga de capitales también sin precedentes en los países emergentes. Y Gavekal Research, firma de análisis con sede en Hong Kong, calcula que el PIB de China caerá entre un 1% y un 4% en estos primeros meses del año, lo nunca visto desde Mao Zedong.

Pese al catastrofismo de las nuevas perspectivas, todas parten del supuesto de que la vuelta a la normalidad se producirá sin grandes sobresaltos y, lo más importante, que no habrá nuevas oleadas del virus una vez que pasen los meses cálidos en los que aparentemente remite.

Pero no es una extravagancia pensar que si la crisis se prolonga puede acabar provocando efectos de segunda ronda sobre compañías solventes sometidas a un cierre total de la actividad, algo que no sucede ni en periodo de guerra: uno deja de fabricar coches para fabricar tanques o camionetas, mantiene el empleo y los ingresos.

El impacto del coronavirus sobre nuestras vidas oculta la coincidencia de una triple crisis. Al cese de actividad provocada por la pandemia de la Covid-19 se le suma una crisis de liquidez, que ha llevado a la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) a volver a abrir líneas de swaps diarias en dólares con numerosos bancos centrales. Y, por si fuera poco, la guerra petrolera entre Arabia Saudí y Rusia ha desatado una crisis del sector energético por el desplome de los precios del crudo.

Algunos, como el presidente Donald Trump, hace unas semanas, pueden decir que esta crisis golpea a los productores y beneficia a los consumidores, solo que en esta ocasión la parte positiva del shock no se percibe, precisamente por el cese de la actividad. Una tormenta perfecta, según algunos analistas.

Eso explica que del bazuca de los bancos centrales hayamos pasado al helicóptero de los Gobiernos, a poner dinero directamente en el bolsillo de los ciudadanos, como en el caso de Estados Unidos.

Queda por ver si estas medidas son efectivas dado el perfil de esta nueva crisis o si hay que sacar nueva artillería. Pero como aseguraba el titular de Hacienda británico, Rishi Sunak, “no es momento de ideologías, ni de ortodoxia”.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Alicia González
Editorialista de EL PAÍS. Especialista en relaciones internacionales, geopolítica y economía, ha cubierto reuniones del FMI, de la OMC o el Foro de Davos. Ha trabajado en Gaceta de los Negocios, en comunicación del Ministerio de Economía (donde participó en la introducción del euro), Cinco Días, CNN+ y Cuatro.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_