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Los países de la UE podrán desviarse de las reglas fiscales para afrontar la crisis del coronavirus

Los ministros de Finanzas de los Veintisiete se comprometen a lanzar medidas de estímulo si es necesario para paliar los efectos de la epidemia

Mário Centeno, tras la reunión del Eurogrupo de febrero en Bruselas. / AFP
Mário Centeno, tras la reunión del Eurogrupo de febrero en Bruselas. / AFPAFP
Lluís Pellicer

Los países de la Unión Europea podrán salirse de las reglas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento para afrontar la crisis del coronavirus. Tras una reunión telefónica con los ministros de Finanzas de los Veintisiete dieron el miércoles el visto bueno a que los países más afectados por el brote de la Covid-19 pueden acogerse a la “flexibilidad” que contemplan las normas para atender “circunstancias inusuales”. El presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, recordó que ese gasto extra debe ser temporal y estar vinculado a la crisis sanitaria.

Las instituciones europeas siguen con máxima atención la evolución del coronavirus. Hace apenas 15 días, Bruselas advertía de que la epidemia podía golpear a la economía de la zona euro con más o menos fuerza dependiendo de su duración y del calado de las medidas que se adoptaran para afrontarla. Estas no han hecho sino sucederse: cancelaciones de grandes eventos y congresos, suspensiones de vuelos y reservas hoteleras, escasez en fábricas, llamadas al teletrabajo…

“Este brote está teniendo un impacto negativo en la economía global, pero el alcance y la duración del problema aún es incierto en este momento”, sostuvo Centeno desde Lisboa al finalizar la conversación telefónica con sus homólogos.

Centeno convocó esa conversación el pasado jueves. Pese a que el portugués encabeza el Eurogrupo, el organismo que reúne a los 19 ministros de Finanzas de la zona euro, la invitación a la cita se extendió a los otros ocho titulares de Economía y Finanzas de la UE que no están en la unión monetaria. En la conversación, de unos 90 minutos, se abordaron los primeros efectos de la epidemia sobre la actividad económica y una posible respuesta conjunta.

Al final, todos dieron el visto bueno a un breve comunicado, que en un lenguaje muy descriptivo daba luz verde a la posibilidad de que la Comisión Europea abriera la mano en la aplicación de las reglas fiscales. La principal beneficiada sería Italia, que se enfrenta a un triple desafío: hacer frente a la emergencia que vive en especial el norte del país, evitar que el brote lo arrastre a la recesión y contener una deuda pública que lleva años desbocada al rebasar el 135% del PIB.

Los bancos centrales han evitado esta semana que los mercados de valores de todo el mundo siguieran despeñándose. El Banco Central Europeo ha advertido de que vigilará la evolución de la situación, pero su menor margen de acción hace que las miradas vuelvan a las capitales. Estas ya se comprometieron en el pasado Consejo de Ministros de Finanzas a gastar más si se materializaban los riesgos que amenazaban el débil crecimiento económico previsto para Europa. Es decir, las guerras comerciales y el coronavirus. Ahora lo mantienen. “Dado el impacto potencial sobre el crecimiento, incluida la interrupción de las cadenas de suministro, coordinaremos nuestras respuestas y estaremos listos para usar todas las herramientas políticas adecuadas para lograr un crecimiento fuerte y sostenible y protegernos contra una mayor materialización de los riesgos a la baja”, dijo Centeno.

Impacto en industria y servicios

De la reunión no salieron medidas concretas. Fuentes diplomáticas explicaron, no obstante, que Bruselas primero quiere hacer una evaluación del impacto que el brote ha tenido en la actividad industrial y en el sector servicios y, en especial, ver si en los próximos días sigue propagándose por la UE o empieza o hay signos de contención.

Según estas fuentes, la semana del 16 de febrero será clave, puesto que habrá reuniones de los ministros de Finanzas en el Eurogrupo y el Ecofin y de Competitividad en Zagreb. De ahí se espera que puedan salir ya algunas medidas de apoyo a los sectores más afectados, como el transporte, el turismo, la salud o algunas industrias. En cualquier caso, Centeno fue rotundo al advertir de que los países del euro ni dejarán de atender la emergencia sanitaria ni permitirán que la economía se hunda. “Permítanme asegurarles que no escatimarán esfuerzos para contener la enfermedad, proporcionar servicios sanitarios y de protección civil para apoyar a la población en las áreas más afectadas y proteger a nuestras economías de daños mayores”, remachó.

De momento, Centeno constató con sus homólogos que la respuesta ha sido dispar. Italia ha lanzado un plan de 3.600 millones de euros para paliar el efecto del brote. Y dado el impacto que tendrá la epidemia en su ya anémico crecimiento, debería pedir de nuevo árnica a Bruselas. En el comunicado, los países vinieron a decir que no pondrán problemas si ello sucede. Es decir, Italia podrá desviarse temporalmente de los objetivos de déficit y deuda para atender esta emergencia.

El comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, ya apuntó en esa dirección el lunes; y este miércoles insistió en ello Centeno. “Esta cláusula se puede usar, en la medida necesaria, siempre que se demuestre que el gasto adicional está relacionado con el acontecimiento inusual y si es solo de naturaleza temporal”, agregó Centeno. En todo caso, recordó el presidente del Eurogrupo, corresponde a la Comisión “implementar las reglas” y “evaluar” las peticiones de los países miembros.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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