Gobernar la complejidad
La economía española, en su actual situación, no está preparada para experimentos
Cinco meses incapaces de ponerse de acuerdo y, tras perder 1,3 millones de votantes, PSOE y Podemos han firmado un preacuerdo para formar Gobierno en 48 horas, sin consultar con sus militantes ni cerrar los detalles de las políticas que van a implementar. En enero ambos partidos habían acordado unos presupuestos que no tuvieron el apoyo de Esquerra Republicana y Pedro Sánchez decidió anticipar elecciones ante su incapacidad para gobernar. La abstención de Esquerra vuelve a ser necesaria y, si se consuma, España habría dado un giro de 360 grados desde enero y continuará teniendo un problema de gobernabilidad.
Pero la situación económica que el nuevo Gobierno tiene que gestionar es mucho más compleja que en enero. Según el INE, en los datos de contabilidad nacional, en el cuarto trimestre de 2018 se crearon 131.000 empleos y en el tercer trimestre de este año tan solo 13.000. La inversión empresarial, que aumentó en un 5% el año pasado, se ha frenado en seco. Según el CIS la confianza de los consumidores se ha desplomado el pasado verano, retrocediendo a niveles de 2014. Las ventas de coches y de casas caen a tasas de dos dígitos.
Pablo Iglesias ha transitado del comunismo de su juventud al keynesianismo. Seguramente no sabe que Keynes era casta. Estudió en Eaton y era especulador en la City de Londres. El maestro Keynes recomendaba que cuando las expectativas privadas se hunden el sector público debe aumentar la inversión. El problema es que Iglesias también pedía un aumento de la inversión pública el pasado año, cuando la inversión privada crecía con fuerza y en España se creaban uno de cada cuatro empleos de toda la Eurozona. Por lo tanto, es falso que Pablo Iglesias sea keynesiano. Keynes nunca subiría los impuestos cuando hay riesgo de recesión.
Keynes se enfrentaba a una gran depresión y la libra era la moneda de reserva del sistema en 1929. España aún crea empleo y tenemos estabilidad monetaria y tipos de interés bajos gracias a haber entrado en el euro y haber heredado la credibilidad monetaria de los alemanes. Pero estar en la moneda única exige cumplir reglas. Cuando Rajoy envió sus presupuestos para 2018 Bruselas prometió que en 2019 el déficit estaría en 1,3% del PIB y en 2020 en 0,5%. Con sus presupuestos prorrogados, este año el déficit superará el 2% y la Comisión Europea estima que en 2020, sin medidas adicionales, superará el 2% del PIB.
La Comisión Europea, liderada por una conservadora alemana del partido de Angela Merkel, propone un plan de inversiones para luchar contra el cambio climático, en el que la mayor parte será inversión privada. Podemos promete lo mismo pero Iglesias habla sin complejos de renacionalizar el sector eléctrico. Ese plan necesitará crédito y Pablo Iglesias está obsesionado con penalizar la actividad de los bancos, lo cual provocaría una caída del crédito, menor inversión y destrucción de empleo.
España para pagar las pensiones tiene que emitir cada año 200.000 millones de euros de deuda pública. Los experimentos, como diría el filósofo, con gaseosa.
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