Las dudas sobre la moneda virtual de Facebook provoca una desbandada de socios
Visa, Mastercard, PayPal, eBay, Booking se descuelgan de la moneda virtual de la red social por la presión reguladora
El parto de Libra, la moneda digital de Facebook, no está siendo fácil. Visa, MasterCard, PayPal, eBay, Booking, Mercado Pago y Stripe se descuelgan del ambicioso proyecto cuando se enfrenta a una presión mayor de la esperada por parte de los reguladores en Estados Unidos y Europa. El éxodo de patrocinadores tan relevantes no impidió, sin embargo, que se constituyera este lunes su junta de gobierno en Ginebra (Suiza), desde donde operará el sistema de pagos.
La desbanda supone un revés para Facebook, como señalan los analistas de Wall Street, pero no lo ven como el final de la iniciativa. “Es una corrección”, precisan desde la Asociación Libra. El plan sigue siendo que el sistema de pagos se lance oficialmente en junio de 2020, aunque podría aplazarse si no resuelven a tiempo todas las dudas que están planteando los políticos y los reguladores a ambas orillas del Atlántico.
La primera reunión sirvió para establecer las bases por las que se regirá la asociación que gestionará Libra y se eligieron a los miembros de su junta de gobierno, entre los que se encuentra su cofundador David Marcus. También tendrán un asiento los representantes del sistema de pagos PayU, del fondo de capital riesgo Andreessen Horowitz, la firma de blockchain Xapo y la organización no gubernamental Kiva Microfunds.
Mark Zuckerberg, fundador y consejero delegado de Facebook, tiene previsto testificar el próximo 23 de octubre ante el comité de Servicio Financieros de la Cámara de Representantes. Será una nueva oportunidad para explicar cómo funciona la moneda electrónica y sus implicaciones. La falta de detalles, de hecho, alimentó una oleada de críticas por parte los legisladores y de los reguladores.
David Marcus, el directivo de Facebook a cargo del desarrollo de este ambicioso proyecto, ya compareció en julio ante el Congreso, pero se limitó a garantizar que solo entrará en funcionamiento cuando se disipen todas las dudas de los supervisores financieros. Una de las cuestiones que sigue en el aire es identificar quién regula Libra. La otra es como se distribuyen las monedas por el ecosistema.
Los cuestionamientos crecen en torno a Libra
También se debe determinar si Libra es una moneda o un activo. La junta de gobierno establecida en Ginebra con el consorcio de compañías que la integran inicialmente contempla en este sentido crear una reserva que permita que esté menos expuesta a la volatilidad en el precio. Jay Clayton, presidente del regulador del mercado de valores en EE UU (SEC, en sus siglas en inglés), dice que le parece un activo.
El temor es que el nuevo sistema de pago alcance un tamaño que cree un riesgo sistémico como un gran banco. En paralelo, están todas las cuestiones relacionadas con el blanqueo de dinero, la financiación de actividades criminales, la seguridad y la protección de la privacidad de sus usuarios. Facebook ya afronta un intenso escrutinio por el dominio de los negocios relacionados con su red social.
La compañía de Zuckerberg defiende que la moneda dará acceso a millones de personas que no pueden abrir cuentas bancarias y reducirá el coste de las transferencias internacionales. La participación en el sistema de compañías globales como Visa, MasterCard o PayPal le permitía a su vez reforzar la confianza del público hacia la moneda virtual y poder expandirse en el negocio del comercio electrónico.
Entre los 21 miembros fundadores de Libra se encuentran también el sistema Spotify, Uber, Lyft Farfetch, las empresas de telecomunicaciones Vodafone e Iliad y las de blockchain Coinbase, Anchorage y BisonTrail. También participan los fondos de capital riesgo Trive Capital, Ribbit Capital y USV, junto a las organizaciones sin ánimo de lucro Creative Destruction Lab, Mercy Corp y Women´s World Banking.
Los fundadores originales eran 28 cuando se presentó el proyecto. PayPal fue la primera en abandonar. El sistema de pagos de Facebook se está convirtiendo, a su vez, en un catalizador para que los bancos centrales mundiales y los organismos financieros se replanteen su papel en la nueva economía digital. Eso le podría llevar a emprender reformas que reflejen la nueva realidad y afrontar futuros retos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Más información
Archivado En
- Libra
- Reserva Federal
- Criptomonedas
- BCE
- Organismos económicos
- Moneda electrónica
- Redes sociales
- Moneda
- Pagos online
- Bancos
- Dinero
- Comercio electrónico
- Medios de pago
- Unión Europea
- Comercio
- Europa
- Organizaciones internacionales
- Empresas
- Internet
- Banca
- Economía
- Relaciones exteriores
- Telecomunicaciones
- Comunicaciones
- Redacción EEUU
- Edición América