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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El imparable impacto de las finanzas sostenibles

El fenómeno supone una transformación en la misma escala que la digitalización, pero en este caso la banca se juega más

Miguel Ángel Noceda
Los presidentes de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri; Mapfre, Antonio Huertas, y CaixaBank, Jordi Gual (de izquierda a derecha), durante el seminario de la APIE.
Los presidentes de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri; Mapfre, Antonio Huertas, y CaixaBank, Jordi Gual (de izquierda a derecha), durante el seminario de la APIE.

El pasado jueves, Luis de Guindos, vicepresidente del BCE y exministro de Economía español, manifestó que iba a proponer incluir los riesgos del cambio climático en los próximos test de estrés de la banca. Una decisión tan importante que “supone una transformación en la misma escala que la digitalización, pero en este caso nos jugamos más”, de acuerdo con la sentencia de Antoni Ballabriga, director global de Negocios del BBVA en una intervención que trató de romper los mitos que se han ido fraguando sobre las finanzas sostenibles, tema sobre el que se ha centrado este año el seminario organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander con el patrocinio del BBVA.

Existen cinco fuerzas de carácter global que suponen un punto de inflexión para las finanzas sostenibles: la agenda global, el mercado, los inversores, los reguladores y supervisores y la tecnología. Y sus dimensiones medioambientales, sociales y de gobernanza son cada vez mayores, lo que hacen que las autoridades europeas estén cada vez más implicadas, como destacó el activo José Luis Escrivá en su última asistencia como presidente de la autoridad fiscal al citado seminario.

A partir de esas fuerzas se construyen los mitos, que para Ballabriga son ocho. Parte del error de atribuir la agenda global a los Estados, cuando también compromete a las empresas, a la sociedad civil y, con un rol clave, al sector financiero. Es, además, una transformación abordable como siempre, sí; pero con un cambio nunca antes vivido que requerirá una nueva mentalidad y nuevos modelos. Asimismo, no solo está centrada en la transición energética; sino que los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) van a crear mercados en otros sectores por valor de 10 billones de euros e implicarán en torno a cinco de inversión anual en infraestructuras. No obstante, los recursos financieros todavía son insuficientes, pese a que se están movilizando cada vez más.

Precisamente, otro mito (y van cuatro) es que el sector financiero se está activando sin estándares de referencia y riesgo de greenwashing (malas prácticas de algunas empresas para hacer pasar como buenas cuando no los son). Lo que se ve es que se han ido estableciendo estándares de autorregulación que han permitido un crecimiento ordenado con bonos verdes y préstamos sostenibles. Además, no parece que sea cierto que el interés de los inversores sea todavía poco por el desempeño de las empresas en sostenibilidad. La inversión sostenible ha crecido en torno a 25 billones de euros en 2018 y tiene tendencia a crecer con un mayor carácter estratégico.

La regulación de las finanzas sostenibles no tiene un impacto relevante. Otro mito. La realidad es que sí lo va a tener, como se demuestra en el Plan de Acción de la Comisión Europea, que persigue reconducir el capital, hacer que la sostenibilidad se tenga en cuenta como una gestión de riesgos e impulsar la transparencia y el largoplacismo. Se suele pensar que los riesgos vinculados a la sostenibilidad son fundamentalmente reputacionales. Pues no. El riesgo climático es fuente de riesgo financiero, como han reconocido los bancos centrales a través de su red NGFS y el propio Guindos, y ha pasado de ser colateral a formar parte de la gestión de riesgos.

Y, por último, se dice que los clientes no lo piden y no es una prioridad para ellos. Sin embargo, las nuevas generaciones lo exigen cada vez más.

Lo que se plantea es cómo deben gestionarlo los bancos. Tanto José María Roldán, presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), como Mikel García-Prieto, director general de Triodos Bank en España, coincidieron en subrayar el cambio de modelo. “Debe tener en cuenta además de la rentabilidad y riesgo, el impacto”, según el responsable del banco ético, para quien es una regeneración que implica cambios en la política de inversión y en el modelo de gestión, compromiso radical con la transparencia, una manera diferente de entender la profesión y un marco regulatorio que refleje las externalidades.

Por su parte, el líder de la patronal bancaria remató que “el mercado será inmisericorde con cualquier práctica cosmética que se lleve a cabo, porque esto de las finanzas sostenibles no es una moda, sino que ha venido para quedarse y las entidades deben aproximarse a este mercado con una mentalidad de permanencia”. “La taxonomía, o clasificación de activos y actividades económicamente sostenibles, es necesaria para garantizar la consistencia y claridad del mercado, y si Europa quiere movilizar capital (se calcu­lan 180.000 millones anuales), precisa de un sistema técnicamente sólido para establecer lo que es verde de lo que no”, añadió.

Los corros

Relevos posveraniegos en los organismos. Dos relevos se preparan para el otoño. Tanto en la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), como en la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef). Los actuales presidentes en estos entes, José María Marín Quemada y José Luis Escrivá, respectivamente, acaban su mandato, que es por un plazo de seis años irrenovable. En el caso de Marín debe continuar hasta que se apruebe su sustituto en el Parlamento (incluso puede retrasarse si se decide cambiar el modelo actual del organismo, que vela por la competencia). No así en el de Escrivá, que tiene fecha fija de salida.

La vocación de Ibercaja pasa por la Bolsa. José Luis Aguirre, presidente de Ibercaja, lo dejó bien claro en su intervención en el seminario santanderino que se celebró esta semana: "Es perfectamente posible ser independiente y aguantar sin fusionarse", comentó. La clave está en encontrar las variables para el modelo de negocio y que este sea sólido financieramente y atractivo en retribución de capital sin dañar los márgenes. Bajo esas premisas está preparado para salir a Bolsa. "Somos interesantes para cualquier inversor que quiera obtener rentabilidad", sacó pecho.

El sector del automóvil reclama soluciones. Feo panorama dibujó Mario Armero, vicepresidente ejecutivo de la patronal de fabricantes de automóviles Anfac, sobre el sector de las cuatro ruedas. Ocho meses de caída consecutiva en las ventas que el directivo atribuye a la confusión originada por los objetivos medioambientales y la falta de una reglamentación clara. Esto hace que se vendan coches usados y que la edad media del parque sea de 13 años. Armero reclama que se facilite la compra de coches nuevos y se impulse el vehículo eléctrico.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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