Plomo en las alas para las cuentas de los bancos
Los expertos calculan que si los tipos subiesen en medio punto el sector en España elevaría un 10% los ingresos, que han caído en 26.000 millones desde 2009
Según la previsión de los mercados de futuros, el tipo del euríbor no estará en el 1% hasta 2024. Este cálculo no es infalible pero pone de los nervios a los altos directivos de la banca. No es que anhelen que el precio del dinero llegue al 1%, pero suplican al Banco Central Europeo (BCE) que lo vuelva a poner en positivo. Desde que el 7 de marzo pasado, el BCE anunció un retraso adicional en la recuperación de los tipos, el sector financiero tiene un poco disimulado el enfrentamiento con su supervisor, aunque esta situación sea un motivo de celebración para todos los que tienen hipoteca a tipo variable.
Los números explican la tensión de los banqueros. Según Íñigo Vega, experto de la firma Nau-Securities, “una subida de un punto porcentual en los tipos, añadiría entre 3.500 y 4.000 millones al margen financiero de los bancos y, por lo tanto, impulsaría sus beneficios antes de impuestos”. María del Mar Martínez, socia senior de McKinsey del sector financiero para España y Portugal, añade más datos. “Una subida de medio punto porcentual en los márgenes de las entidades actuales podría mejorar los ingresos de la banca en más de un 10%, lo que contribuiría de forma significativa a mejorar el hecho de que la banca española no genera la rentabilidad suficiente a día de hoy para cubrir sus costes de capital”.
Según Martínez, “entre 2009 y 2017 el sistema bancario español perdió 26.000 millones de ingresos, aunque más del 40% de esta caída se debió a la reducción de márgenes y volúmenes en las carteras de valores y deuda pública que mantenían los bancos”.
Del resto de la bajada de ingresos, “dos tercios se perdieron por la caída de volúmenes de crédito y el resto por un efecto de precios o tipo de interés, es decir, unos 5.000 millones, lo que ha provocado la mayor competencia”, explica la socia de McKinsey.
Tanto esta analista como otros banqueros consultados, que piden el anonimato, comentan que durante la crisis, los precios se mantuvieron en niveles razonables, pero con la recuperación se resintieron por la necesidad de crecer que han tenido todos los bancos, que buscan los mejores clientes a costa de sacrificar precios. De nuevo, la prueba está en los números: “El mercado español tiene un margen sobre activos del 2%, comparado con el 2,7% de Italia o el 4,5% del Reino Unido o de Estados Unidos”, señalan desde McKinsey.
Y es que los bancos ya arrastran este problema desde hace mucho tiempo y parece que se les acaba la paciencia. Como recuerda un portavoz de la Asociación Española de Banca (AEB), “el euríbor a un año es inferior al 1% desde 2012, seis años consecutivos. No hay un cambio de escenario de tipos como tal…”.
Factor positivo
Alberto Postigo, vicepresidente senior credit officer de Moody’s, destaca un factor positivo que tienen los bajos tipos. “Hasta la fecha, han tenido un efecto positivo neto para los bancos. Han reducido la carga financiera de los deudores, lo cual ha beneficiado las tasas de morosidad, y los menores costes de financiación han permitido mantener los márgenes de intereses a pesar de las caídas en los tipos de interés de los préstamos. No obstante, a futuro los bajos tipos tendrán efectos más negativos en la rentabilidad de los bancos. El margen para caídas adicionales de los costes de financiación es cada vez más reducido, mientras que la elevada competencia y crecimiento discreto del crédito continuará limitando su capacidad para aplicar mayores tasas a los préstamos”.
El BCE coincide con Postigo en las bondades de los bajos tipos porque dicen que provocan una mejora de la economía y un descenso de las provisiones porque se reduce la morosidad. María del Mar Martínez cree que estas mejorías “no compensan el efecto de la caída de tasas. Es cierto que el coste del crédito se ha estabilizado pero si subieran los tipos, los bancos podrían gestionar el riesgo de los créditos y ganarían más dinero. La situación no es sostenible a largo plazo. Los bancos han perdido el negocio de grandes empresas, que se pueden financiar en el mercado. El crédito al consumo es más rentable pero tiene escaso volumen y no pueden vender las hipotecas a tipos altos porque no las colocarían”.
Llegados a esta encrucijada, ¿qué pueden hacer los bancos para recuperar la rentabilidad que les exige el BCE? “La estrategia de las entidades se centra en avanzar en su proceso de digitalización, en mejorar su eficiencia, y en mantener el crecimiento de sus ingresos y el ajuste de gastos, así como en generar nuevos productos de mayor valor añadido para el cliente”, indican desde la AEB.
Postigo, de Moody’s, coincide en parte con la patronal y considera que la recuperación de la rentabilidad “pasa por incrementar su presencia en segmentos con mayores márgenes, como los préstamos al consumo y a pymes, aumentar los ingresos vía comisiones y mejorar la eficiencia operativa”.
Los banqueros consultados creen que es muy difícil ser más eficientes “cuando nos tenemos que adaptar a la digitalización, que exige grandes inversiones tecnológicas, y a la ingente regulación que impone el BCE, otro coste añadido. En España, el abanico de productos es muy amplio, no creo que se pueda innovar mucho más”. Las hipotecas a tipo fijo han sido un refugio para los bancos, comenta Íñigo Vega, de Nau-Securities, “pero a largo plazo no interesan, pues con la subida de tipos ganan más con las variables”.
La solución está clara, el problema es cumplirla. De lo contrario, volverán los tambores de fusiones (como reclama el Banco de España), porque cuantos menos jugadores haya en el mercado, la competencia será menor y se podrá reducir gastos. Otra cosa es si el cliente ganará o no.
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