Bankia vende 3.000 millones en activos inmobiliarios malos al fondo de inversión Lone Star
La entidad asumirá pérdidas de 85 millones para cerrar la operación y elevará el ratio de capital
Bankia ha vendido al fondo Lone Star una cartera inmobiliaria de 3.070 millones en activos malos. La operación tiene una parte negativa, ya que se asumen 85 millones de pérdidas porque el valor de la operación está por debajo de lo provisionado. Por el contrario, se incrementará el ratio de capital CET 1 fully loaded (el de máxima calidad) en 12 puntos básicos, según Bankia. Las agencias de calificación de riesgos Moody’s y S&P alabaron la operación. Cuando culmine, Bankia habrá reducido en 6.000 millones sus activos improductivos, como le pide el BCE.
Las presiones regulatorias, y el temor a que lleguen tiempos peores y se diluya el apetito por el ladrillo bancario, han acelerado la venta de las carteras inmobiliarias. La operación supone adelantar un año el calendario previsto en el Plan Estratégico 2018-2020 de Bankia, cuyo objetivo es llegar a los 8.800 millones en dos años más. La acción cayó un 0,54%, algo menos que el Ibex.
La venta se ha estructurado con la creación de dos sociedades conjuntas para administrar y desarrollar una cartera de activos inmobiliarios y créditos hipotecarios de dudoso cobro. Estas sociedades estarán participadas en un 20% por Bankia y en el 80% restante por una filial de Lone Star.
Bankia aportará a una sociedad conjunta activos inmobiliarios adjudicados por 1.480 millones e inmuebles en alquiler por valor de 170 millones. Adicionalmente, los créditos hipotecarios de dudoso cobro que Bankia ha vendido a un vehículo controlado al 100% por Lone Star suman un valor bruto contable de 1.420 millones.
Ahorro de costes de 200 millones
Según la entidad, está previsto que la operación se cierre en el segundo trimestre de 2019, momento en el cual se darán de baja los activos en el balance de la entidad. Se estima que la transacción generará a Bankia un ahorro de costes superior a los 200 millones antes de impuestos durante los tres años siguientes al cierre de la misma, además de la citada mejora en el capital.
La semana pasado, el consejero delegado de Bankia, José Sevilla, afirmó en un encuentro en el IESE de Madrid que los bancos españoles se desprenden de sus activos inmobiliarios a través de la venta a fondos extranjeros no porque haya diferencias en la capacidad de gestión, sino por el arbitraje regulatorio al que están sometidos.
La agencia de calificación de riesgos Standard & Poor’s (S&P), dijo que el acuerdo permite a Bankia acelerar sus objetivos de reducción de activos no productivos, aunque señaló que la magnitud sigue siendo inferior a la de otras transacciones realizadas recientemente por sus competidores. Moody’s, por su parte, también dijo que esta venta era positiva (al igual que la del Sabadell a Lindorff), si bien apuntó que el stock de activos problemáticos de la banca española continúa por encima del promedio en las grandes economías europeas, según la vicepresidenta sénior, María Cabanyes.
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