BBVA despide a 1.500 trabajadores en México en plena transición digital
La mayor filial del banco español, Bancomer, prescinde del 4% de su plantilla en el país norteamericano
El primer banco de México, BBVA-Bancomer, ha puesto en marcha en las últimas semanas un proceso de ajuste de su plantilla que supone el despido de alrededor de 1.500 trabajadores en plena transformación digital de la entidad. La información, adelantada por la publicación mexicana El Economista y confirmada a EL PAÍS por fuentes de la entidad financiera, supone la salida de alrededor del 4% de la plantilla. En la primera mitad de 2018, BBVA obtuvo un beneficio neto de 23.051 millones de pesos (1.210 millones de dólares al cambio actual) en México, un 16% más que en el mismo periodo del año anterior.
Los despidos empezaron a comunicarse hace dos semanas, justo después de que muchos trabajadores se reincorporasen tras unos días de vacaciones de verano, y se concentran, según ha confirmado a este diario un portavoz del banco que preside Francisco González, en las sucursales, el eslabón más débil ante la digitalización de buena parte de la operativa. Aunque los despidos afectan a diferentes labores dentro de la entidad, el perfil más afectado es el del gerente administrativo -antiguamente conocidos en México como apoderados, según explican fuentes del sector-: personas encargadas de la operativa diaria, pero que no están de cara al público. La cifra inicial de despidos iba a ser mayor, pero en algunos casos el banco pactó con los trabajadores su reubicación en otras funciones dentro de BBVA-Bancomer.
Más de cuatro de cada 10 dólares del beneficio global de la segunda mayor entidad financiera española tienen origen en México, donde trabaja la cuarta parte de los empleados del grupo BBVA de todo el mundo. Casi un tercio de sus operaciones en el país norteamericano se llevan a cabo ya por canales digitales. Aunque con una tendencia claramente creciente, esta cifra es sustancialmente menor a la que registra en mercados más maduros, como España, donde BBVA -en línea con el resto de grandes entidades- aprovechó la salida de la crisis económica para adelgazar su plantilla y meter la tijera sobre el número de sucursales.
El control de costes ha sido una de las banderas de BBVA-Bancomer en sus últimas presentaciones de resultados. En los seis primeros meses del año en curso, los ingresos de la entidad crecieron a un ritmo del 12%, mientras que los gastos lo hicieron a una tasa sustancialmente más baja: 6,5%. Buena parte de esa reducción tiene que ver con la reducción de las operaciones que se realizan presencialmente en favor de los canales digitales. Este mismo miércoles, uno de sus competidores en México, el banco canadiense Scotiabank, ha anunciado que en menos de tres años el 90% de sus operaciones serán a través de medios digitales y solo el 10% serán presenciales.
Aunque el principal argumento esgrimido por la entidad es la acelerada transformación digital de BBVA -no solo en México, sino en todos sus mercados-, las crecientes dudas sobre el desempeño futuro de las economías emergentes son un incentivo adicional para profundizar en ese proceso de recortes. El caso de Turquía -su segundo mercado en el exterior, tras México- es especialmente sintomático: pese a que el beneficio de su división en el país otomano, Garanti, está protegido en un 50% y las ganancias siguen picando al alza, la severa depreciación de la lira en lo que va de año y la incertidumbre han penalizado la cotización de BBVA en Bolsa.
La ronda de despidos en la entidad hispanomexicana se suma a la iniciada en julio por otro gigante financiero en el país latinoamericano, Banorte, que prescindió de 500 empleados de Interacciones tras su fusión por absorción. Fuentes cercanas al caso consultadas entonces por la agencia Reuters abrieron la puerta a una segunda fase de despidos que podría afectar a otros 300 trabajadores en los próximos meses.
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