El gobernador del Banco de Inglaterra, dipuesto a alargar su mandato para facilitar un Brexit más suave
Mark Carney tranquiliza al Gobierno y a los mercados con su voluntad de seguir al frente
Ha sido un alivio para el Gobierno del Reino Unido y para los mercados, y una patada en el estómago de los conservadores más euroescépticos, que le tenían en su punto de mira. El Gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, se ha pronunciado finalmente este martes con claridad ante la comisión de Economía del Parlamento británico: "Estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para promover un Brexit suave y una transición ordenada", ha dicho Carney, quien con sus palabras ha dejado clara la voluntad de permanecer en el cargo más allá de la fecha de vencimiento, el próximo junio.
No es oficial, pero sí oficioso. "El ministro de Economía, Philip Hammond, y yo ya lo hemos discutido, y espero que el anuncio se haga en su debido momento", ha dicho Carney a los diputados británicos. De este modo, es casi seguro que el irlandés-canadiense seguirá al timón de la máxima autoridad monetaria de Reino Unido en los meses posteriores a que se produzca la salida del país de la Unión Europea, anunciada ya para el 29 de marzo. Si se produce un Brexit no negociado y abrupto, vendrán aguas turbulentas para el sector financiero pero también la oportunidad de que Carney pueda dejar su impronta al establecer una nueva regulación que ponga orden al incierto escenario.
El sector euroescéptico del Partido Conservador ha hecho del Gobernador uno de sus principales rivales, porque Carney no ha tenido pelos en la lengua a la hora de criticar la estrategia de abandono de la UE de los políticos más radicales. Fue especialmente duro al advertir de las duras consecuencias que acarrearía una salida no negociada de la UE, y ampliamente alabado por sus mensajes tranquilizadores a los mercados financieros después de conocerse el resultado del referéndum de 2016.
Carney fue nombrado gobernador del Banco de Inglaterra en 2013. Le precedía una buena reputación y amplia experiencia como regulador financiero, después de haber presidido durante dos años el Consejo de Estabilidad Financiera del G-20. Aunque su mandato era de ocho años y debería haber concluido en 2021, Carney ya advirtió que la edad de sus hijos le impedía estar al frente más de cinco años. Poco después se comprometió a extender un año más su estancia en el puesto. El Brexit ha acabado por alterar completamente sus planes.
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