La actividad de la zona euro se ralentiza con una subida del 0,3%
Los precios de la área monetaria común avanzan 2,1%
No solo la economía española parece estar enfriándose. También la de la zona euro está siguiendo esa senda. En el segundo trimestre de este año, el crecimiento habría sido del 0,3%, según los datos preliminares publicados este martes por Eurostat, la oficina europea de estadísticas. Esta cifra supone una décima más que la registrada el trimestre anterior y menos de la mitad que al final de año anterior, que había acabado con un avance trimestral del 0,7%.
Esta desaceleración ha tenido traslado, lógicamente, a los número anuales. En los últimos 12 meses, la economía de la Eurozona habría crecido un 2,1%, según la cifra limpia de altibajos estacionales que elabora Eurostat. Este dato supone cuatro décimas menos que a comienzos de este año.
Algo más de vigor está mostrando la economía del conjunto de la Unión Europea, que habría crecido un 0,4% en el último trimestre y un 2,2% a lo largo del año. En ambos casos, la mejora respecto de la Eurozona es de una décima.
El enfriamiento que apuntan estos datos está en línea con las previsiones que anunció hace semanas la Comisión Europea, que hace unas semanas recortó sus previsiones de crecimiento para este año. La rebajó de un avance anual del 2,3% que había adelantado en mayo a un 2,1%. El pronóstico del Ejecutivo comunitario menguó, según su argumentación, por las tensiones comerciales con Estados Unidos y por el aumento de los precios de petróleo.
En las cifras conocidas este martes, Eurostat no presentó un desglose por países, pero la Comisión Europea sí que lo hizo a mitad de este mes en la correción de sus previsiones. Entonces avanzó que la desaceleración afectaría a las principales economías comunitarias. No obstante, el departamento que dirige el comisario Pierre Moscovici señaló que sería Italia el país con la tasa de crecimiento más baja de la Unión Europea. Solo le igualaría el Reino Unido, un país cuya economía vive pendiente del desarrollo de las negociaciones del Brexit. También anticipó Moscovici que Alemania y Francia perderían fuerza.
Uno de los puntos por los que la Comisión espera que la economía afloje su ritmo de crecimiento es la evolución ál alza del petróleo y, por extensión, de los precios. Y esto también pudo comprobarse este martes cuando Eurostat publicó la evolución del IPC conjunto del área monetaria que estimó en un incremento anual del 2,1%, una décima más que en junio. Tal y como explica la oficina estadística, buena parte de la deriva de la inflación llega por el comportamiento de los precios de la energía, que en el último año habrían subido un 9,4%; bastante menos habrían crecido los de los alimentos, un 2,5%; y aún menos lo hicieron los de los servicios, un 1,3%.
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