Trump sale en auxilio de los agricultores afectados por la guerra arancelaria
El presidente de EE UU asegura que su estrategia comercial empieza a dar resultado porque los países acceden a negociar
Donald Trump empieza a tropezar con las contradicciones de su propia estrategia. El presidente de Estados Unidos acudió de nuevo a su cuenta en las redes sociales para defender las acciones que está adoptando en materia comercial. “Los aranceles son lo mejor”, afirmó para decir que su táctica está forzando a los países a “venir a negociar”. Pero unas horas después la Casa Blanca confirmaba que iba a movilizar ayudas de emergencia a los agricultores que sufren los daños colaterales.
Trump viajó este martes a Kansas City, en el Estado de Misuri, y el jueves irá a Iowa. El magnate no habría llegado a la presidencia de EE UU sin el apoyo de los agricultores y ganaderos del medio oeste. El plan es movilizar 12.000 millones de dólares en asistencia a corto plazo para ayudarles a protegerse de los efectos del litigio. El precio de la soja, por ejemplo, se desplomó como consecuencia de las medidas de retorsión comercial de China, el mayor cliente.
El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, ya dijo hace dos semanas ante el Congreso que se estaban buscando vías para ayudar a los agricultores mientras se aplican los aranceles. La medida anunciada por el Departamento de Agricultura va a los productores de cerdo, cereal y lácteos. Para movilizar la ayuda se va a utilizar un programa creado durante la Gran Depresión, diseñado para proteger sus ingresos.
Es, por tanto, la muestra más palpable de cómo la tensión comercial obliga a la Administración que preside Trump a ajustar su estrategia, ante las críticas de las organizaciones que representan a los productores del sector agrícola porque la estrategia comercial pone en peligro sus ventas en el exterior. Si el enfrentamiento se prolonga, advierte el sector, será además muy difícil recuperar esos mercados. Pero Trump no está dispuesto a ceder.
Countries that have treated us unfairly on trade for years are all coming to Washington to negotiate. This should have taken place many years ago but,
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) July 24, 2018
as the saying goes, better late than never!
“Todo irá bien”, auguró el presidente, pidiendo de nuevo paciencia a sus bases. Trump insiste en que los países que se aprovecharon hasta ahora de los EE UU deben “negociar un acuerdo justo o sufrir los aranceles”. Lo que no calculó el presidente era la repuesta que iba a tener por parte de China, Canadá, México y la Unión Europea, que está atacando donde políticamente duele más a los republicanos.
El efecto de los aranceles empieza a reflejarse en los resultados de las grandes multinacionales. El fabricante de motocicletas Harley-Davidson advirtió al publicar sus cuentas que el litigio comercial pegará un bocado a su margen de beneficio. En su caso le golpea por dos lados, por el encarecimiento del acero y el aluminio que importa y por el alza de las tarifas hacia los países que exporta.
El daño en sus cuentas lo estima en hasta 100 millones. Para compensar, ya anunció hace un mes que tendrá que deslocalizar parte de la producción de motocicletas fuera de EE UU para poder proteger su negocio en Europa. “Estamos haciendo lo posible por absorber los costes y mitigar los efectos”, reiteraron sus ejecutivos en la presentación de los resultados, “nunca contemplamos esta situación”.
En una situación similar se encuentra la marca de electrodomésticos Whirlpool. Fue de las primeras compañías en aplaudir la política de nacionalismo económico de Donald Trump. Pero los aranceles a los metales están reduciendo sus beneficios y le va a forzar a elevar los precios para compensar el incremento del coste de la materia prima. Al coro de quejas se suma Tool Works o Stanley Black & Decker.
Maurice Obsfeld, principal consejero económico del Fondo Monetario Internacional, espera la Estados Unidos y sus socios den “un paso atrás” para evitar que una escalada mayor del enfrentamiento. Se refería al encuentro que este miércoles tendrá el presidente Donald Trump con el de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, para tratar de relanzar las negociaciones comerciales.
El FMI señala que hay margen para “reforzar” el sistema multilateral. “Las conversaciones entre Trump y Juncker pueden ayudar a mejorarlo”, afirma. Pero la combinación de la retórica y las medidas proteccionistas ya dejan marca y la situación puede agravarse si el republicano extiende los aranceles al sector del automóvil. Esta semana estarán también en Washington los negociadores de México.
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