Cada vez menos mujeres en edad fértil abandonan el mercado laboral
La tasa de actividad femenina casi se ha equiparado a la de los hombres, pero con peores sueldos y puestos más precarios, según Funcas
Les ha costado entrar y no piensan salir. Cada vez más mujeres permanecen en el mercado laboral cuando tienen entre 25 y 45 años, el periodo en el que tradicionalmente se apartaban para ser madres. En apenas una década, su tasa de actividad casi se ha equiparado a la de los hombres, pero siguen con peores sueldos y los puestos más precarios, según un informe de Funcas presentado este lunes. Y ese cambio tiene otros efectos. Las expertas reclaman más servicios públicos y ayudas fiscales para evitar que la permanencia de las mujeres en el mercado de trabajo suponga un país cada vez más envejecido y una España de hijos únicos.
“La práctica de abandonar el mercado de trabajo por parte de algunas mujeres, coincidiendo con la edad de maternidad, es una práctica que ha tendido a desaparecer desde 2005”, señala el trabajo Desigualdades de género en el mercado laboral, que analiza más de una década de evolución de la Encuesta de Población Activa (EPA) entre 2005 y 2017 y subraya un “componente generacional” y un cambio de patrón de comportamiento.
Una de las principales conclusiones del trabajo es que las mujeres más jóvenes no abandonan porque les ha costado mucho esfuerzo llegar. Ha aumentado su nivel académico —en el periodo analizado las que tiene estudios superiores pasa del 35 al 49%—. Y, tras invertir en su formación, quedarse en casa “deja de ser una alternativa rentable”, señala el trabajo, elaborado por las investigadoras Inmaculada Cebrián y Gloria Moreno, del departamento de Economía de la Universidad de Alcalá.
El aumento del nivel de estudios es una de las variables que explica que haya cada vez menos brecha en la actividad, como señala este informe incluido en la última publicación de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas). Pese al esfuerzo en una mejor formación, ellas siguen ganando en puestos precarios, persiste la brecha de género en los salarios (11,5% de diferencia, según el informe) y tienen jornadas más largas, sumando el trabajo externo con el no remunerado que hacen en casa.
La investigadora Gloria Moreno define parte de lo ocurrido en la última década como un “cambio generacional” en el que las mujeres jóvenes quieren un papel más activo. Pero alerta de que, si ese salto no va acompañado de otros cambios, España se mantendrá entre los países con la tasa de maternidad más baja del mundo. Las trabajadoras más jóvenes “esperan a tener hijos una vez que su carrera profesional está consolidada”, explica la investigadora. Entre 2005 y 2017 la tasa bruta de natalidad cayó un 17% y el número medio de hijos por mujer (1,33) ha quedado por debajo del llamado umbral de reemplazo generacional, es decir, de los 2,1 hijos necesarios para garantizar la renovación de una población.
Según el informe, no obstante, ha subido de forma exponencial el porcentaje de madres con hijos menores de tres años que se incorporan al mercado de trabajo, casi un 13% más en el periodo analizado. Pero, pese al aumento, las mujeres con hijos pequeños son aún las que menos trabajan mientras que no se observan diferencias significativas en el caso de los hombres, tengan hijos o no.
“España tiene que plantearse si quiere suicidarse demográficamente o va a poner en marcha medidas de apoyo”, reclama la socióloga Ángeles Durán, investigadora del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Pide medidas “duraderas en el tiempo” más allá del debate que ya está en el Congreso de los permisos iguales e intransferibles para padres y madres cuando nace el hijo. Para Durán, esta es una propuesta con “un impacto más simbólico y pedagógico que real” porque se concentra en un tiempo corto y deja por delante otros 30 ó 40 años de vida laboral. La clave, insiste, es un incremento de los servicios público para garantizar la cobertura de escuelas infantiles públicas, bonos para el cuidado de los mayores y descuentos fiscales para quienes trabajan y tienen responsabilidades familiares.
El informe añade que las medidas no se dirijan exclusivamente a las mujeres ni fomenten que los cuidados se sigan considerando tareas femeninas. En caso contrario, las empresas seguirán considerando “más cara” la contratación de una mujer que la de un hombre.
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