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Elena Herraiz, ‘Linguriosa’: “Si no hubiera fenómenos que cambian la lengua, estaríamos hablando igual que hace 1.000 años. Pero no es así”

La divulgadora lingüística es copresentadora de ‘Cifras y Letras’ en La 2 y ‘youtuber’, donde su canal atrae la atención de una comunidad de más de 834.000 suscriptores

Elena Herraiz, "Linguriosa", una lingüista con un canal de éxito en YouTube, fotografiada en la entrada de la Biblioteca Nacional de Madrid.
Nacho Meneses

Nació en Guadalajara cuando España enfilaba la recta final de aquel 1992 de los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo de Sevilla, y con el tiempo crecería hasta convertirse una de las divulgadoras lingüísticas más populares de la actualidad. En 2015, Elena Herraiz se graduó en Traducción e Interpretación por la Universidad de Valladolid; hizo un máster en Enseñanza del Español como Lengua Extranjera en la Universidad de Alcalá y, finalmente, trabajó como profesora de español en Berlín (Alemania) durante todo un lustro. De aquella época surgió un canal de YouTube, Linguriosa, que con 835.000 seguidores rinde homenaje a su amor y curiosidad innata por la lengua española, y cada semana forma parte del equipo del popular concurso televisivo Cifras y Letras en La 2 de RTVE.

¿Y qué contenido comparte Herraiz en Linguriosa? Desde aspectos relacionados con la historia de la lengua a su etimología y curiosidades lingüísticas como, por ejemplo, de dónde viene la letra ñ, cuál es el origen del voseo o el siempre polémico debate en torno al lenguaje inclusivo, que como con cualquier otro tema ella aborda de forma extremadamente profesional y objetiva. El suyo ha sido el largo camino de una “expedante” (como se describió recientemente a sí misma en Cadena SER) porque, de joven, corregía sin parar a los demás. Una lección que ha superado hasta saber valorar, sin juzgar, las variedades lingüísticas de nuestro idioma, y hacer accesibles a los demás temas que de otra manera resultarían complejos de explicar.

Pregunta. ¿Por qué genera tanta controversia el hablar de lenguaje inclusivo?

Respuesta. No entiendo el porqué, pero lo cierto es que siempre que hablo de ello hay polémica. Yo creo que, simplemente, a la gente no le gusta que le cambien las cosas. Y por eso les molesta cuando viene alguien y dice que no se siente identificado con este género o con el otro. Es como si sintieran que les están obligando a usarlo, cuando lo cierto es que nadie te obliga a nada.

La posición de un lingüista tiene que ser una postura científica, así que no puedes juzgar si está bien o mal; simplemente se trata de un fenómeno que está ocurriendo en la lengua, como muchos otros antes. Si no hubiera fenómenos que cambiaran la lengua, estaríamos hablando como hace 1.000 años, pero no es así. Y, como persona, ¿a mí que más me da si alguien no se siente identificado con decir “estoy cansado” o “cansada”, sino “cansade”. ¿Qué más te da si alguien lo usa así?

P. La gente lo ve a menudo como una imposición política.

R. Pero es que siempre ha habido este tipo de imposiciones políticas y no ha pasado nada, porque al final la lengua la hablamos las personas; las personas viven en sociedad y en ella se producen cambios políticos.

P. No parece que este nuevo género se haya extendido demasiado hasta la fecha.

R. Es cierto que, hasta la fecha, tampoco está muy extendido; pero ¿quiénes somos nosotros para prohibir, jugar o evitar que algo pase? Esto ha sucedido siempre. Fíjate en las formas verbales: al pasar del latín al castellano, hubo formas que convivieron durante siglos, como por ejemplo, con el pasado de “andar”. La forma más lógica sería “andé”, ¿no? Pues “andé” convivió durante mucho tiempo con “anduve”, por analogía con “pude”. Luego es el tiempo el que decide la forma que va a triunfar por el uso común.

Otro vídeo con el que tuve mucha polémica fue uno en el que hablé de si se puede llamar matrimonio a la unión de dos personas gais: “No, es que si son dos hombres no es matrimonio, porque esta palabra viene de “madre”. Y como un homosexual no es madre ni puede quedarse embarazado...” Me parecen cosas completamente innecesarias en este mundo en el que vivimos ahora mismo.

P. Y, sin embargo, no hubo polémica en el vídeo donde habló de lo que hizo Francisco Franco con las lenguas de España.

R. Bueno, en general la gente lo ha valorado mucho, pero es que tampoco tienes mucho por donde pillarme; es un vídeo superobjetivo con un montón de bibliografía. Si hay algo que no te cuadra, ve, búscalo y lo contrastas. No tengo ningún problema; de hecho, siempre animo a la gente a que contraste toda la información.

P. ¿Cuál es el secreto del éxito en Linguriosa?

R. A ver, que yo no tengo la clave para hacer divulgación lingüística en redes. Puedo decir que lo hago como a mí me habría gustado escuchar la divulgación, o incluso inspirándome en gente a quien yo seguía. Eran cosas que me interesaban, que yo investigaba y que luego explico intentando que todo el mundo lo entienda.

P. ¿Qué papel juega el humor en tu divulgación?

R. No soy cómica, pero tampoco quiero que mis vídeos sean tan aburridos que alguien piense que le estoy soltando un rollo y se aburra. Si puedo, meto algo graciosillo, pero sin forzarlo, para que el conocimiento sea también entretenimiento.

P. Usted afirma que uno de los problemas de ese lenguaje inclusivo es que “va demasiado rápido” y que lo usa un grupo limitado de personas. Pero también que los préstamos de otras lenguas suceden con tanta o más velocidad. ¿Hay demasiados anglicismos?

R. A ver, yo creo que todo depende del contexto. Al final, para mí, hablar bien significa poder transmitir con palabras lo que estás pensando y que la otra persona te entienda. Si en tu ámbito, el del marketing, por ejemplo, la forma más eficaz de entenderte es decir “perdona, tengo una call”, a mí me parece maravilloso. La realidad es que el inglés ahora está por todas partes, y es normal que pase y que adoptemos palabras del inglés. Ahora bien, si eso mismo se lo dices a tu abuela y no te entiende, pues evidentemente tenemos un problema.

P. ¿Qué es lo que más les interesa de la lingüística a tus seguidores?

R. Una cosa que le gusta mucho a la gente es el futuro [el tiempo verbal]. Cuando yo estaba trabajando en mi doctorado, creo que fue en la gramática de Nebrija donde me encontré que al futuro lo llamaban un tiempo compuesto. Y yo pensé: “¿Cómo es posible? ¿”Comeré” es un tiempo compuesto?” Pues resulta que esto viene de una antigua perífrasis verbal de obligación. O sea, como cuando ahora decimos “he de comer”, que significa que tengo que comer. ¿Y, al final, si tú tienes la obligación de hacer algo, más o menos significa que en el futuro lo vas a hacer.

Otra curiosidad que merece la pena conocer es el origen de la Ñ. ¿De dónde viene? Si nos remontamos a la Edad Media, observamos que entonces era muy común que los escribas, para ahorrar espacio, escribieran unas letras sobre otras. Entonces, por ejemplo, podías encontrar la palabra “Terra” (Tierra) escrita como “Tera” con otra R encima. Así que, cuando en un texto medieval, veías una doble N, los escribas solían poner una encima de la otra. Y luego solo quedó la abreviatura de la Ñ, con esa virgulilla encima.

Elena Herraiz, fotografiada en la entrada de la Biblioteca Nacional de Madrid.

P. No puedo resistirme a preguntarle sobre el origen del voseo. ¿De dónde viene?

R. ¡Uff! La historia es un poco larga, pero digamos que viene de la época romana, cuando a partir del siglo IV hubo no un emperador, sino dos. Entonces, cuando uno de ellos decía algo, usaba “Nos”, para indicar que de alguna forma se hablaba en nombre de los dos emperadores. Y de ahí, la gente empezó a usar el “vos”, para dirigirte a esos emperadores.

Eso fue cambiando con el tiempo, pero básicamente, en la Edad Media, había tres formas distintas de dirigirte a una personas: tú (para familia y alguien cercano), vos (como forma de respeto) y vuestra merced (para indicar mucho respeto), que derivaría en usted. En España el uso de vos se perdió, pero en otras se mantuvo.

P. ¿Cómo llegó la Elena Herraiz profesora de español en Alemania a convertirse en Linguriosa desde 2019?

R. Empecé creando contenido para estudiantes de español como lengua extranjera, y de hecho mi primer vídeo fue sobre el uso de los verbos ser y estar. Luego vinieron el subjuntivo, el imperfecto, sobre las diferencias entre el imperfecto y el indefinido... Eran vídeos para gente que necesitaba aprender algo más de gramática, porque yo daba clase en una academia. Aunque la verdad es que luego me daba mucha vergüenza mandárselos ver a mis alumnos.

Así empecé hasta que, un día, hice un vídeo un poco malo, con poco rigor (todo lo contrario que ahora), pero que de repente se hizo viral, y lo empezaron a ver hispanohablantes. Así que tuve que decidir si seguía como hasta entonces, y perdía todas esas nuevas visualizaciones, o empezaba a dedicarme a divulgar sobre el español para gente que ya lo hablaba. Y hasta ahora.

P. ¿Y de dónde salen todos esos temas?

R. Bueno, al principio, cuando daba clase, los vídeos salían de todas las preguntas que me hacían, y que yo iba apuntando. Ahora no doy clase, pero sigo teniendo una lista gigante de temas que no se van a terminar nunca. Porque además, estamos en una conversación y digo: “Ostras, qué tema tan interesante. Me lo apunto. Y luego lo voy gestionando con un Trello, una plataforma gratuita que te permite crear tarjetas y organizar y planificar tareas, y compartirlas con otras personas.

La realización de cada vídeo lleva unos dos meses: hay que tener en cuenta que primero debemos preparar un guion, en el que invertimos unas dos semanas; luego, preparar la grabación; las indicaciones para el editor; corregirlo...Tenemos que planificar todo con muchísima antelación.

P. También has de cuidar mucho la dinámica de los vídeos, ¿no?

R. Sí, desde luego, Hay que contar una historia, y ahí el guion es muy importante. Al principio, te planto la semillita de la intriga, pero quizás no desvelártelo hasta el final. Siempre habrá algo que no te contaré hasta el final, para que sigas viéndolo.

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Sobre la firma

Nacho Meneses
Coordinador y redactor del canal de Formación de EL PAÍS, está especializado en educación y tendencias profesionales, además de colaborar en Mamas & Papas, donde escribe de educación, salud y crianza. Es licenciado en Filología Inglesa por la Universidad de Valladolid y Máster de Periodismo UAM / EL PAÍS
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