¿Volverá a tener éxito la OPEP?
Tras la salida de Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán, los precios del petróleo repuntaron ante la expectativa de una oferta menor. Paradójicamente, la subida de precios generó preocupación entre la OPEP y sus socios. Pues si bien es cierto que mayores precios del crudo elevarían sus ingresos, también perjudicarían la demanda de sus compradores, entre ellos India, China y Estados Unidos. Por ello, el 22 de junio, los países de la OPEP —encabezados por Arabia Saudí— y sus socios —encabezados por Rusia— acordaron elevar la producción de crudo en un millón de barriles diarios para lo que resta del año, terminando de facto con el pacto para recortar la producción suscrito a finales de 2016. La noticia fue recibida con escepticismo por los mercados y, en contra de lo que se esperaba, los precios del petróleo han seguido subiendo. ¿Qué explica esta contradicción?
La respuesta está en la percepción de los mercados sobre la capacidad de la OPEP —y en particular de Arabia Saudí— para elevar su producción frente una reducción imprevista de la oferta global en un contexto de crecimiento económico sostenido.
La capacidad de producción ociosa de la OPEP se estima en alrededor de 3 millones de barriles diarios, de los cuales Arabia Saudí concentra entre 1,5 y 2 millones de barriles diarios. Por ahora, todo parece indicar que el país cuenta con una capacidad de producción adicional, suficientemente holgada como para compensar la caída en las exportaciones iraníes y la producción venezolana. El riesgo es que una vez elevada su producción, éste se quede con un margen muy reducido para hacer frente a otros acontecimientos. Es por ello que los mercados han reaccionado con nerviosismo frente a eventos como la huelga de trabajadores petroleros en Noruega o la interrupción del flujo de exportaciones procedentes de Libia. La situación se complica aún más ya que, frente al costo político que implica un aumento sostenido en el precio de las gasolinas, la Administración Trump no ha dudado en presionar a Arabia Saudí para elevar su producción por encima la cuota acordada, a la vez que ha ejercido presión sobre otros países para eliminar por completo sus compras de petróleo iraní.
No obstante, en un mercado tan dinámico como el petrolero, cabe la posibilidad de que la OPEP no tenga que aumentar más su producción. Lo anterior ocurriría si, por ejemplo, la guerra comercial entre Estados Unidos y China, o el restablecimiento de la producción en Libia generasen un cambio de expectativas hacia menores precios del crudo. En cualquier caso, el éxito de estrategia de la OPEP pende de un hilo, o quizá sea mejor decir, de un tuit.
Marcial Nava es analista de BBVA Research.
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