¿Tienes que renovar el alquiler? Trucos sencillos para que no te suban el precio
Informarse cuidadosamente sobre la oferta y la demanda y conocer las expectativas del casero son unas de las principales bazas para no fallar en la negociación
Ante la escalada del alquiler registrada en los últimos meses, con precios que en Madrid y Barcelona ya han alcanzado los máximos de la época de la burbuja inmobiliaria, el temor de muchos inquilinos es recibir un mazazo en forma de un ajuste al alza de la renta, a la hora de renovar su contrato. Y con razón, ya que el alquiler cerró 2017 con una subida cercana al 9% con respecto al año anterior, y repuntó en el primer trimestre de 2018 un 3,5% interanual y un 0,7% en comparación con el trimestre anterior. En Madrid, el ascenso interanual fue muy superior a la media, al alcanzar el 7,9% y el trimestral, un 4%. El incremento fue más débil en la Ciudad Condal, donde alcanzó de todas formas un 4,2% interanual y un 1,3% trimestral, según el portal inmobiliario Fotocasa.
“La subida del alquiler para los inquilinos con contratos firmados a partir del 6 de junio de 2013, fecha de la última reforma del alquiler, puede establecerse o bien a partir del libre pacto entre arrendador e inquilino o bien, en el caso de que el contrato no incluya ese acuerdo, actualizando la renta a partir del IPC general”, señala Mercedes Blanco, socia directora de la agencia barcelonesa Fincas Blanco. “En los contratos firmados a partir de abril de 2015, arrendador y arrendatario pueden pactar libremente cómo hacer la actualización de la renta solo si el contrato incluye ese acuerdo”, añade.
Si tener estabilidad laboral y unos ingresos fijos es siempre un factor básico para negociar una renta, ¿en qué otros elementos poner el foco, entonces, para que la renovación no salga más cara de la cuenta?
Infórmate sobre la oferta
Conocer con exactitud el precio de los alquileres en la zona donde se vive es “un aspecto fundamental”, subraya la directora de estudios de Fotocasa, Beatriz Toribio, quien agrega: “Ver precios de pisos similares permite compararlos con el precio que pide el propietario”. De esta forma, si este parece algo exagerado, será más fácil comentarlo al casero.
Sepas cuánto tardan los pisos en alquilarse
Los portales inmobiliarios pueden ser muy valiosos a la hora de proporcionar este tipo de informaciones y también para saber cuántas viviendas y cuánta demanda hay en cada momento, además de ofrecer la posibilidad de comprobar si los pisos tardan mucho en alquilarse. “Si hay poca demanda, el inquilino se beneficiará, ya que el casero tendrá más dificultad para sustituirlo y es posible que acceda a una petición de rebaja”, dice Toribio.
Fotocasa ha detectado que la demanda de alquiler ha bajado un 36% con respecto al año pasado, arrastrada por el fuerte aumento de las rentas que, en algunos distritos de Madrid y Barcelona, parecen acercarse a su techo. Si en 2017 la proporción de españoles que se fue a vivir de alquiler o intentó hacerlo era del 14%, este año este porcentaje solo llega al 9%.
Prestaciones que pueden compensar
Ser flexible a la hora de negociar la renovación del contrato es también muy importante. “Si te interesa mucho una vivienda, pero el casero no quiere bajar la renta, o quiere subirla, no está de más probar a negociar algunas prestaciones que te puedan compensar, como por ejemplo que pague parte del recibo de algunos suministros o impuestos como el IBI, o que ofrezca electrodomésticos más eficientes”, aconseja Toribio.
Preocúpate por las expectativas del dueño
Está claro que el interés del casero es asegurarse el cobro del alquiler y no tener problemas, pero es importante también que el inquilino conozca lo más posible cuáles son las expectativas del propietario. “Saber si es una inversión en la que tiene una hipoteca y tiene este gasto todos los meses o si, por ejemplo, es una herencia, ayudará al inquilino en su proceso de negociación”, asegura Toribio.
De la misma manera, si sabemos que el casero prefiere contratos largos para evitar el hecho de tener que buscar inquilinos con frecuencia, esta puede ser una buena baza para trocar una renovación con una renta baja o estable, según Toribio. Para tener más argumentos (y un plan B en caso de que la negociación fracase), es siempre mejor buscarse antes una alternativa.
La renovación tácita
Los contratos de alquiler que se firmaron antes del 6 de junio de 2013, fecha de la entrada en vigor de la Ley de fomento del alquiler, se renuevan anualmente sin ninguna formalidad hasta un máximo de cinco años. De la misma forma, se prorrogan cada año también los que se hayan firmado a partir de esa fecha, pero solo hasta un máximo de tres años.
Si ni el casero ni el inquilino se pronuncian con 30 días de antelación con respecto al vencimiento de la renovación, se entiende que la prórroga se reconduce tácitamente por otro año más (tres, en el caso de los contratos firmados antes de la reforma). Pero hay excepciones. “El contrato de arrendamiento puede contemplar expresamente que no existe tácita reconducción, siempre que estemos dentro de los tres años”, subraya Amor Pelegrí, socia fundadora del despacho de abogados Pelegrí.
En palabras de la letrada, “los conflictos surgen cuando se entiende que, una vez transcurridos tres años, existe un contrato nuevo, lo que puede repercutir en el incremento de la renta”. En estos casos, habrá que atenerse a lo que recoja el contrato.
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