El fabricante chino de teléfonos móviles Xiaomi confirma su salida a Bolsa

El grupo chino Xiaomi, cuarto fabricante de teléfonos móviles del mundo por cuota de mercado, ha dado este jueves de forma oficial el primer paso para salir a Bolsa en el parqué de Hong Kong. La empresa, creada hace solamente ocho años, espera con esta operación recaudar como mínimo 10.000 millones de dólares, algo que situaría a la compañía en una valoración estimada de 100.000 millones, según Bloomberg. De confirmarse estas cifras, la oferta pública de venta (OPV) de acciones sería la mayor de una firma tecnológica desde el año 2014, cuando la también china Alibaba hizo lo propio en Nueva York.

La empresa, que basó su estrategia desde sus inicios en ofrecer productos de calidad a un precio con apenas márgenes de beneficio, ha coqueteado con la posibilidad de salir a Bolsa desde hace tiempo. En 2014, tras un crecimiento exponencial y durante su última ronda de inversión, fue valorada en 46.000 millones. En 2016 sufrió un bache de ventas provocado por la dura competencia de otras marcas locales en China, pero los ingresos se recuperaron recientemente gracias al impulso de su mercado en el exterior, especialmente en India. También ha desembarcado en Europa mediante la apertura, el pasado noviembre, de sus primeras tiendas en España.

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“Hasta donde sabemos, aparte de Xiaomi, nunca ha habido otra empresa de teléfonos inteligentes que se haya recuperado con éxito después de una reducción de sus ventas”, asegura el fundador y consejero delegado de la compañía, Lei Jun, en una carta abierta a los futuros inversores. También promete que nunca venderá sus teléfonos móviles a un precio que dé a la empresa unos márgenes de beneficios superiores al 5%.

La documentación presentada por Xiaomi al regulador bursátil ofrece por primera vez detalles de sus cuentas. El grupo perdió el año pasado 43.900 millones de yuanes (unos 5.750 millones de euros), revirtiendo unas ganancias en 2016 de unos 65 millones de euros. Sus ingresos por ventas, sin embargo, se dispararon un 62% de un año a otro, alcanzando los 114.620 millones de yuanes (unos 15.000 millones de euros). El beneficio operativo –las ganancias por la propia actividad de la empresa, sin contar extraordinarios- fue de 12.220 millones de yuanes (1.600 millones de euros).

De lo que logre recaudar en su salida a Bolsa, Xiaomi asegura que dedicará un 30% a financiar actividades relacionadas con la investigación y el desarrollo (I+D) de nuevos productos, otro 30% en el desarrollo de la Inteligencia Artificial y el Internet de las cosas, otro 30% en su expansión internacional y el 10% restante en fines corporativos. Lei Jun será, a través de varias entidades, el accionista mayoritario.

La gran mayoría de los ingresos de Xiaomi, un 70%, proceden de su negocio de teléfonos móviles inteligentes, si bien la compañía diseña y vende numerosos dispositivos como televisores, purificadores de aire, pulseras, altavoces o bicicletas, todos ellos pudiéndose conectar con el móvil. También gana dinero a través de sus servicios a través de internet, que abarcan desde el entretenimiento (videojuegos) a las finanzas. Su sistema operativo MIUI, basado en Android, tiene 190 millones de usuarios activos mensuales. En los últimos años, la compañía ha reducido parte de su enorme dependencia del mercado chino: si en 2015 suponía un 93,9% del total, en 2017 fue del 72%.

La elección de Xiaomi de cotizar en Hong Kong devuelve a la excolonia británica parte de la atención perdida en los últimos años como gran centro financiero para las compañías chinas, que habían optado por Shanghái o directamente Nueva York ante lo que consideraban unas normas demasiado estrictas. La reciente reforma del parqué, que ha flexibilizado algunas de las regulaciones precisamente para atraer a las grandes tecnológicas, habría sido clave para atraer a Xiaomi.