Japón amplía la vigilancia sobre las criptomonedas tras un robo masivo
Los hackers sustrajeron divisas virtuales de la plataforma de intercambio Coincheck por valor de 430 millones de euros
Las autoridades japonesas han dado este lunes un severo toque de atención a las casas de intercambio de criptomonedas del país. El regulador de servicios financieros nipón ha anunciado que inspeccionará estos negocios para garantizar que cuentan con las medidas de seguridad necesarias, después de que piratas informáticos robaran el viernes divisas digitales de la empresa Coincheck por valor de 430 millones de euros, en el que se considera como uno de los mayores atracos cibernéticos hasta la fecha.
Los hackers se hicieron con 523 millones de unidades de la criptomoneda NEM, la décima mayor por valor de mercado, que estaban almacenadas en las carteras virtuales de unos 260.000 usuarios de Coincheck, según informó la propia empresa. La cifra robada es incluso mayor a la del robo de bitcoins que en 2014 causó la bancarrota de la casa Mt.Gox, un ciberataque que puso en cuestión el entonces incipiente mercado de las divisas virtuales y expuso los peligros de un sector con apenas regulación.
La Agencia de Servicios Financieros de Japón ha dado a Coincheck un plazo de 15 días para entregar un informe sobre el hurto y las medidas que tomará para evitar que se vuelva a producir. La casa de intercambio afectada admitió tras el ataque que no guardaba las criptomonedas de sus clientes en una "cartera fría" (un método de almacenamiento más seguro al ser inaccesible desde internet), y tampoco solicitaba una doble contraseña para autorizar transacciones, en contra de lo recomendado por las autoridades, informa Efe.
A pesar de los momentos de confusión producidos inicialmente por este último robo masivo, los valores de las grandes criptomonedas (e incluso el de NEM, la divisa afectada), apenas sufrieron bajadas. El hecho de que Coincheck haya prometido que reembolsará el valor en yenes a aquellos que han perdido parte del metal de sus monederos virtuales ha tranquilizado a los inversores, a pesar de que el regulador nipón aún no ha confirmado si la empresa tiene suficientes fondos para hacerlo. El Gobierno, que ha interrogado a los directivos de Coincheck, no ha descartado registrar físicamente las oficinas de la empresa si sigue habiendo dudas sobre la fiabilidad de sus sistemas de seguridad.
Japón, que reconoce al bitcoin y otras monedas cibernéticas como medios de pago legales, ha apostado de forma inédita por regular el sector. Las autoridades niponas han prometido licencias a cambio de más transparencia, solidez financiera y nuevas medidas de seguridad a estas empresas. El regulador ha permitido que varias plataformas, entre ellas Coincheck, sigan operando mientras su solicitud está en proceso de aprobación.
Se trata de un enfoque completamente opuesto al de China o Corea del sur, países cuyos inversores también acogieron con fervor a las criptomonedas, pero donde las autoridades han restringido o directamente prohibido su intercambio por su volatilidad y riesgo.
La policía japonesa ha abierto una investigación para determinar quién o quiénes fueron los responsables del hurto. Desde la fundación NEM, compañía con base en Singapur que promueve la utilización de la criptodivisa y su tecnología asociada, aseguran que siguen el rastro de las monedas sustraídas y que, por el momento, los piratas informáticos no han tratado de intercambiarlas ni las han depositado a alguna cuenta personal. La organización está desarrollando un sistema automatizado de identificación para que los hackers "lo tengan muy difícil" para vender estas divisas virtuales sin ser descubiertos.
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