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Los sabios proponen crear una tasa turística para los Ayuntamientos

El comité de expertos de la financiación local recomienda reformar el impuesto local de plusvalía para ajustarlo a la nueva doctrina del Constitucional

Jesús Sérvulo González

El comité de expertos para la reforma de la financiación de las entidades locales entregará este miércoles el informe al Ministerio de Hacienda. Los sabios consideran que hay que reforzar la financiación de los Ayuntamientos. Proponen crear un impuesto turístico que gravaría las pernoctaciones hoteleras. El tributo no sería obligatorio, los alcaldes podrían establecerlo de forma voluntaria. Aunque los expertos plantean una armonización de la normativa para que no haya discrepancias. El informe de los sabios también plantea cambios en el impuesto sobre plusvalías para adaptarlo a la nueva doctrina del Constitucional.

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en la reunión celebrada con representantes de la FEMP.
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en la reunión celebrada con representantes de la FEMP.

Los diez miembros que integran la comisión de expertos propuestos por el Gobierno y la Federación de municipios (Femp) para que elaboren un proyecto para reformar la financiación local recomiendan reforzar los ingresos municipales. Los sabios han estado cinco meses trabajando bajo el más estricto secretismo. Apenas se han filtrado las discusiones que han mantenido dentro del comité. Pero en el documento que remitirán este miércoles a Hacienda destaca la propuesta para crear un nuevo impuesto sobre pernoctaciones hoteleras. Se trata de un remedo de una tasa turística. El objetivo es doble: por una parte se dotará a los municipios de más instrumentos para reforzar su responsabilidad fiscal. Y por otra, se armoniza un tributo que empieza a ser aplicado por varias ciudades españolas.

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San Sebastián ya ha anunciado que ultima la aprobación de una tasa para controlar el “turismo descontrolado”. Barcelona ha anunciado la creación de otro impuesto para los turistas de paso. El objetivo del Consistorio catalán es cobrar a los cruceristas, o los grupos a través de los touroperadores. Otras ciudades españolas estudian medidas fiscales similares para frenar el turismo desbocado en sus calles. Sevilla, por ejemplo, también estudia una tasa turística y ya cuenta con el beneplácito de la Junta de Andalucía.

Los expertos creen que se debe armonizar la base imponible y los elementos generales del impuesto para no crear una maraña de normas locales que en algunos casos podrían ser contradictorias. El impuesto sería de aplicación voluntaria. Cada alcalde tendría que decidir si lo implanta para asumir la responsabilidad política de establecer un nuevo impuesto. No obstante, el coste político es menor porque grava a los visitantes y no a los residentes. Muchas capitales europeas ya tienen impuestos de estas características. Ámsterdam, Berlín, Bruselas, Lisboa, París, Praga, Roma o Viena cobran diferentes tributos por las pernoctaciones hoteleras.

Desde Hacienda no ven con buenos ojos la medida. Consideran que subir impuestos lastra el crecimiento y va contra las políticas económicas que impulsan para favorecer la actividad.

Armonizar el tributo

La reforma de la financiación local debe de ir de la mano de la autonómica para evitar que se solapen algunos impuestos. Baleares, por ejemplo, ya tiene una tasa turística regional que, según los expertos, debería pasar a manos de los Ayuntamientos. Cataluña también tiene otra tasa turística que grava las pernoctaciones hoteleras.

Los sabios también han incluido en el informe la revisión del impuesto sobre plusvalía para adaptarlo a la nueva doctrina del Tribunal Constitucional. El Alto tribunal prohibió el impuesto en los casos en que se vendiera inmuebles a un valor inferior al que se compró. Es decir, cuando se registrasen pérdidas en la operación. Los expertos han ido de la mano de la Femp para fijar la reforma de este impuesto. Plantean dos opciones. Por un lado, recomiendan adecuar el tributo a la evolución real del mercado. Para ello, el Catastro tendría que crear un índice anual que midiese las variaciones tanto al alza como a la baja. La otra opción consistiría en calcular la plusvalía o la pérdida como la diferencia entre el valor de compra y el de venta.

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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