“España es un mercado ruinoso para el aceite”
La deuda financiera del líder mundial en aceite de oliva es de 533 millones, suficiente como para forzar a su disolución. Su presidenta habla de los planes de futuro
Factura 700 millones de euros al año, es el líder mundial en el sector del aceite de oliva y posee tres de las diez marcas más vendidas del planeta. Pero esto no ha sido suficiente para salvar a Deoleo de la mayor crisis de su historia: 179 millones de euros en pérdidas en 2016 (especialmente por deterioro de activos y otras medidas fiscales) y una deuda financiera de 533 millones, suficientes como para que la empresa incurra en causa de disolución.
Rosalía Portela, ex consejera delegada de Ono, con puestos de responsabilidad en empresas como Procter & Gamble y Kimberly-Clark, miembro del consejo de administración de Dia y experta en marketing, fue la elegida por el propietario mayoritario de Deoleo, el fondo de inversión CVC, para ponerse al frente de una empresa en crisis. A pesar de los datos, cree en el futuro de la compañía y en el porvenir del aceite en el mundo.
Pregunta. ¿Qué explicación tienen los elevados resultados negativos del grupo?
Respuesta. Aunque se trata de una cifra elevada, tiene una explicación y refleja la voluntad del consejo de adecuar el balance de la empresa a la situación actual. De esos 179 millones, 96,3 corresponden al ajuste de activos tras las ventas llevadas a cabo por el grupo. A ello se suman otros 53,3 millones por el impacto del cambio de fiscalidad y otros 33,6 millones por la gestión de la crisis en Italia, sin que todo ello afectara al consumo de caja.
P. ¿Cómo se sale de esta situación?
R. En la próxima junta se propondrá una reducción de capital social y se estudiará una pequeña ampliación abierta a todos los accionistas. Existe capital social suficiente para afrontar la situación con garantías de éxito. Creo en el futuro de la empresa y del aceite por ser un sector con gran capacidad de crecimiento.
“Apostamos por vender menos aceite, pero de mejor calidad, en países donde sea rentable”
P. Con una facturación de 700 millones y a la baja y una deuda neta de 533 millones, ¿hay razones para el optimismo?
R. El grupo ha mejorado resultados, como lo prueba el incremento del Ebitda (resultado bruto) en un 30% en 2016, pese a la reducción del volumen de ventas en un 22%, por la decisión de vender menos aceite, de más calidad y a mayor precio en mercados que ofrezcan rentabilidad. Ahora Norteamérica representa un 15% del volumen de ventas y un 39% del Ebitda; al contrario, España, donde se ha impuesto el aceite barato, representa un 29% de las ventas y un 9% del Ebitda.
P. La empresa lleva años aplicando planes de ajuste, pero parece que no ha sido suficiente.
R. Industrialmente, se ha puesto de manifiesto que el ajuste era insuficiente y que sobraba capacidad. Por ello la empresa se ha desprendido de una planta en Italia y otra en Antequera y se han hecho ajustes con nuevas inversiones en Alcolea (Córdoba) y Tavarnelle Val di Pesa (Italia). Se acaba de negociar un ERE para 65 empleados.
P. Desde los sindicatos se les acusa de querer ser solo comercializadores y dejar la actividad industrial.
R. Seguiremos desarrollando la actividad industrial tanto en España como en Italia, pero era indispensable un ajuste de la capacidad para lograr la máxima eficiencia.
P. Desde hace mucho tiempo el grupo ya optó por buscar mercados más rentables con sus marcas y renunciar a la fabricación de las marcas baratas de fabricante, aunque fuera vendiendo menos. ¿Van a seguir con la misma estrategia?
R. Mantenemos la filosofía de que el aceite de oliva es un producto de calidad que debe tener su valor. España es un mercado ruinoso porque se ha impuesto una política de precios bajos donde no salen las cuentas: la marca blanca representa casi un 70%. El grupo ha optado por potenciar sus ventas en países donde el aceite se valora más, como Italia, Estados Unidos y algunos nuevos mercados. Con todo, seguimos siendo el grupo con mayor cuota en España.
P. Desde las industrias y el sector agrario se acusa a la gran distribución de imponer precios bajos.
R. En este momento, con los precios en origen de un kilo de aceite refinado a 3,70 euros, el coste medio de un litro de aceite, IVA incluido, es de 4,26 euros. Uno virgen no puede bajar de 4,31 euros; y en el caso de un virgen extra, el precio de venta no debería ser de menos de 4,73 euros. No salen las cuentas. Y eso sucede porque alguien lo permite, cuando hay normas muy claras para evitar este tipo de actuaciones. Simplemente hace falta que se aplique la ley.
"Existe capital social suficiente para afrontar la situación con garantías de éxito"
P. ¿Qué diferencias ve usted entre vender aceite como presidenta de Deoleo y como consejera del grupo Dia?
R. Estuve en el consejo del grupo Dia, pero allí no se llegaba a hablar a ese nivel de los precios de un determinado producto.
P. ¿A qué problemas se enfrenta el sector en España?
R. Ahí está el de la banalización de un producto de calidad donde casi siempre es posible encontrar una oferta. No se ha reconocido al producto su valor como alimento, por lo que es fundamental ofrecer más información al consumidor, lograr una nueva cultura en el aceite de oliva.
P. ¿Qué política de compras de aceite tiene hoy el grupo?
R. El grueso de las adquisiciones se realizan en el mercado español, donde se trata de llevar a cabo una política de contratos con los productores a medio o largo plazo que dé estabilidad y rentabilidad tanto a los olivareros como a la empresa. Pero también se adquiere aceite en otros países comunitarios y extracomunitarios, si es de calidad.
P. Desde el sector y en la propia Administración se ve con recelo que una empresa radicada en España, con aceite mayoritariamente español, opere en el mundo básicamente con marcas italianas y se relegue a un segundo plano las españolas como Carbonell. ¿Cómo explica que su empresa haya confeccionado un estuche-regalo solamente con las marcas italianas Bertolli y Carapelli?
R. La marca Bertolli tenía su liderazgo en el mundo cuando entró en el grupo y se ha mantenido para determinados mercados. Estamos potenciando la marca Carbonell básicamente en las zonas de habla hispana en Estados Unidos y en los mercados del centro y del sur de América, especialmente en México. Estamos diseñando también un nuevo diseño para la marca Carbonell. Cada una tiene su hueco.
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