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“No hay que dejarse presionar por los intereses económicos”

Las prioridades del titular de Energía son la eficiencia energética, las renovables y las conexiones con Francia

Miguel Ángel Noceda
Alvaro Nadal, Ministro de Industria, en su despacho del  Ministerio.
Alvaro Nadal, Ministro de Industria, en su despacho del Ministerio. Claudio Álvarez (EL PAÍS)

El flamante ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal Belda (Madrid, 1970) ha incorporado al despacho del departamento una pizarra que ya ha llenado de asíntotas, abscisas y ordenadas. “Es la reforma eléctrica”, ríe. Después se embala hablando de su nueva responsabilidad y, sobre todo, con lo que llama tercera revolución energética.

Pregunta. La energía siempre ha sido segundo o tercer plato de otro ministerio. Por primera vez es el primero. ¿Qué ha ocurrido para que sea así?

Respuesta. Nos encontramos en una segunda etapa del proceso de transición energética. Es un proceso largo, en el que se está produciendo la tercera revolución energética, y participamos en ella. A principios del siglo XIX fue el carbón y el vapor; en el XX, la electricidad y el motor de explosión, y ahora, en el XXI, tenemos la energía renovable y la posibilidad futura de mejorar los sistemas de almacenamiento, que dependen del desarrollo de las baterías de última generación. Es una revolución que, al menos a corto plazo, no a va mejorar tanto los niveles de vida como las anteriores, pero si la salud medioambiental del planeta. Y yo tengo la fortuna de estar en el ministerio de las dos grandes revoluciones del siglo XXI, la energética y la digital, que se ayudan una a la otra. Tienen muchas sinergias. La agenda digital está cambiando nuestras vidas.

“Tengo la fortuna de estar en el ministerio de las dos grandes revoluciones del siglo XXI, la energética y la digital"

P. ¿Cuáles son sus prioridades en energía?

R. La cartera está muy clara: eficiencia energética, despliegue de renovables e interconexiones. La mejor energía es la que no se consume y, por tanto, no se tiene que producir. Ésa seguro que no genera daños al medio ambiente, ni costes en importaciones, ni subidas del precio. Podemos tener los mismos o mejores niveles de bienestar con el uso más racional de la energía. El problema es que la inversión en eficiencia energética se contabiliza como gasto. Por eso, el presidente del Gobierno hizo una petición a la Comisión Europea [CE] para cambiar las reglas. Si se cambian, podríamos abordar un gran programa de eficiencia que incluiría los edificios públicos sin impacto en el déficit y con un gran retorno económico. He solicitado al Banco Europeo de Inversiones [BEI] financiación del plan Juncker. De saque, calculamos que supondría por lo menos 200.000 empleos en el sector de construcción. Además se crearían empresas especializadas. Junto a ello, tenemos los nuevos sistemas de producción, que hay que introducir con cabeza. Es muy importante que esta revolución la hagamos de forma acompasada con la mejora tecnológica.

P. ¿Sugiere que en la etapa anterior no se hizo así?

"En la etapa anterior se cometió el error de confundir el deseo con la realidad"

R. Cuando en España hay tantas discusiones sobre política energética es porque se cometió el error de confundir el deseo con la realidad. El gran problema que hubo en las políticas que llevaron al déficit tarifario fue que se tomaron decisiones como si la tecnología hubiera avanzado cuando no lo había hecho y el coste todavía era muy alto. En 2008, un megavatio/hora de fotovoltaica costaba 490 euros e instalamos más que prácticamente todo el resto de Europa junto. Hoy cuesta unos 60 euros. Teníamos que haber sido un poco más pacientes y no nos habría costado tan caro ni tendríamos esa hipoteca tan grande a 25 años por las primas de las renovables. Fue una precipitación clarísima por un deseo ideológico, aparte de que siempre hay intereses detrás de las cosas.

P. ¿A qué se refiere?

R. A que hay gente interesada en que se desarrolle una tecnología inmadura porque va a ganar dinero con ello. Por eso digo que hay que actuar con cabeza, estar suficientemente pendiente del desarrollo tecnológico, siempre en la punta del progreso; pero no dejarse impresionar ni presionar por intereses económicos.

P. ¿Intereses de quién?

R. Eso lo dijo Miguel Sebastián [ministro en el último Gobierno socialista], que declaró que solo sirvió para que grandes propietarios de terrenos y determinadas empresas ganasen mucho dinero perjudicando el poder adquisitivo de las familias y la competitividad de las pymes exportadoras. Él heredó la situación de sus antecesores, Montilla y Clos. Aquel Gobierno no tuvo la capacidad política de embridar el asunto y corregirlo, que fue lo que sí hizo la reforma del PP para que no siguiese aumentando la deuda. Yo creo que [Sebastián] tenía un buen análisis, pero encontró muchas dificultades de aplicarlo en su grupo y en su Gobierno.

P. ¿Ustedes van a embridar con una subasta de 3.000 MW.

R. Sí. Ahora podemos retomar la senda de la transición energética e iniciar proyectos de envergadura. Y lo haremos mediante subasta para garantizar la neutralidad. Es decir, no tomar decisiones arbitrarias sobre una energía determinada, la va a decidir el que presente el mejor proyecto, con el menor coste posible y con el objetivo medioambiental.

P. ¿Se van a cumplir  los objetivos 2020?

R. Sí. Tenemos un arsenal de medidas previsto que nos de capacidad de sobra, como los 3.000 MW. Será posible descarbonizar totalmente la economía en 2050, pero depende de hasta cuánto va a mejorar la eficiencia de los sistemas fotovoltaicos, de cómo van a evolucionar las baterías para almacenamiento y qué desarrollo va a tener el coche eléctrico, porque la mayor parte del problema es la mitad del consumo energético es en transporte terrestre y la mitad de las emisiones de CO2 se concentran ahí.

"Calculamos que un programa de eficiencia energética  podría crear al menos 200.000 empleos en la construcción"

P. ¿Qué ocurre con las interconexiones?

R. Hay que lograr que aumenten. La renovable no emite CO2; pero mientras no mejoren los sistemas de almacenaje solo la tendremos cuando haga sol o viento, lo que obliga a contar con plantas de respaldo, que en España lo hacemos con centrales de gas. Si tuviésemos más conexión con Europa, no sería necesario tener esas centrales y ahorraríamos.

P. ¿Pero Francia sigue remisa?

R. Francia es un país totalmente comprometido y sabe lo importante que son las interconexiones. Lo que ocurre es que nosotros tenemos cierta impaciencia y ellos no tienen tanta prisa.

P. El autoconsumo es una forma de energía renovable y eficiencia energética, ¿no cree que se restringe con el impuesto al sol?

R. Hay autoconsumo bueno y malo. El famoso impuesto al sol se produce porque el autoconsumidor puede ahorrar lo que cuesta producir la energía, pero también tiene que aportar como el resto la financiación de las renovables, la deuda generada y la solidaridad con Canarias y Melilla. Todos tenemos que pagar eso. La regulación del autoconsumo no puede poner a unos consumidores en ventajas frente a otros. Además sería para viviendas grandes y centros industriales o comerciales que estarían trasladando entre el 15% y el 20% de su recibo de la luz a consumidores normales. Pero estamos estudiando un sistema en el que si algún autoconsumidor aporta más de lo que gasta, se le retribuya.

P. ¿Va a subir los peajes?

R. Seguirán congelados, pero no depende solo del Gobierno. Si los grupos políticos toman decisiones que aumentan el coste del sistema, no se pueden mantener.

P. ¿Qué pasará con Garoña?

R. Tiene que emitir su valoración el CSN y, a partir de ahí, el Gobierno tendrá que hacer su evaluación, al igual que las empresas. Si pide unas inversiones muy grandes, no interesará a nadie.

P. ¿Qué piensa del bono social?

"En un contexto de subida del petróleo no me gusta el aumento de impuestos energéticos"

R. El bono social se tiene que hacer por descuento y tiene que seguir pagándolo el sector. Todos están de acuerdo en que hay gente que cobra y no debería, y gente que no cobra y debería. Pero el tema crucial, que no está abordado, es el de los miles de personas que están en situación tan precaria que se enfrentan a cortes de suministro. El planteamiento que tenemos es que tiene que haber un trabajo con los servicios sociales y que, junto a las comunidades autonómas y ayuntamientos, se llegue a un sistema para que no tengan corte de suministro.

P. ¿Qué le parece las acusaciones de que se va a instalar un almacén de gas en Donaña?

R. Es una exageración. Nadie quiere convertir Doñana en un centro energético. De hecho, lo único que existe es una instalación que no está dentro del parque, está relativamente lejos, que en su día fue una pequeña bolsa de gas que se explotó y, como se agotó, se pidió permiso para convertirla en almacén. Se pidió un informe de declaración de impacto medioambiental, que después de mucho tiempo y como no había ningún problema, la Junta de Andalucía ha dado la licencia unificada ambiental. Con los parabienes de las dos Administraciones que tienen competencia, se dio permiso.

P. ¿Cómo se defiende cuando le dicen que ha colocado a su cuñada como su sucesora en la Oficina Económica del presidente del Gobierno?

R. Esa decisión la toma el presidente. Es número tres de su promoción de Economista del Estado, tiene un currículo impresionante en el FMI y además ha estado haciendo una gran labor llevando los asuntos técnicos de la comisión delegada. Me parece muy injusto que por una relación familiar no pueda aspirar a puestos de responsabilidad política.

P. Por esa misma razón, ¿ve a los gemelos Nadal juntos en el Gobierno en algún momento?

R. Eso depende del presidente.

"Estaremos vigilantes con los precios de los carburantes"

M. Á. N.

P.  ¿Ve un Pacto de Estado en energía?

R. Sí lo veo. Pero el único pacto realmente importante que tenemos que hacer es comprometernos todos los grupos políticos a unos objetivos compartidos. La mitad de la política nos la jugamos en Europa y por eso es importante una posición común.

P. ¿Qué pasará con el carbón?

R. Me parece una postura extrema cerrar las centrales de carbón. Tenemos que trabajar en todo lo que sea rentable y lo rentable tiene que seguir.

P. El petróleo, por ejemplo.

R. En ocho años no había habido acuerdo de la OPEP. Ahora lo ha habido y tenemos un problema. Ha supuesto un incremento de casi el 20% del precio, lo que unido a que la apreciación del mete 10 puntos más, son casi 30 puntos de encarecimiento en apenas tres semanas. Poco podemos hacer, pero hay una cosa que sí: estar muy vigilantes en términos de competencia en el traslado de los costes a los precios de los carburantes. Este ministerio vigila a diario los márgenes de los precios.

P. ¿Subirán los impuestos energéticos?

R. Las decisiones sobre impuestos corresponden a Hacienda, pero soy favorable a que tengamos una fiscalidad razonable.

P. ¿Eso quiere decir baja?

R. Quiere decir que lo que tenemos ahora lo veo bien. Pero tenemos que ser comprensivos con las decisiones colectivas del Gobierno en las que se miran pros y contras. Pero, en un contexto de subida del petróleo, el aumento de impuestos energéticos no me gusta.

P. ¿Y en la agenda digital que programa presenta?

R. En agenda digital tenemos seis puntos que son cada uno un mundo en sí mismo: despliegue en red, en el que España es líder europeo por mérito de todos los Gobiernos; en infraestructura para 2020 tenemos que llegar al 100% de la población con cobertura de 30 megas como mínimo; en las plataformas, en las que Europa se quedó atrás, hay que recuperar el terreno perdido apoyando la creación de empresas; en derechos digitales del ciudadano, que no están recogidos en la Constitución, como el derecho a recibir información veraz y no engañosa, a la intimidad y protección del menor…; la definición de los derechos de propiedad y, por último, avanzar en fiscalidad y la relación entre las nuevas tecnologías y la industria. Los coches del futuro o los electrodomésticos no se van a vender si no incorporar todos los avances. La agenda es impresionante. Donde más queremos actuar es en la digitalización de los servicios públicos, estamos muy avanzados en Sanidad y se está exportando el modelo. Hay que hacer lo mismo con el resto de servicios públicos.

P. ¿Y su relación con el Turismo?

R. En la agenda digital tenemos la idea de utilizar el big data en turismo. Se podría adelantar unos cuantos meses la oferta de lo que los turistas van a comprar. Es otra de las revoluciones.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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