Guindos confía en que la inercia eleve el crecimiento más de lo que calcula Bruselas
El Gobierno espera que el avance del PIB reduzca los ajustes. Pero la Comisión Europea discrepa
El ministro Luis de Guindos explicó este miércoles en Madrid que no espera una ralentización del PIB español tan intensa como prevé la Comisión Europea. Y eso permitirá que los esfuerzos para reducir el déficit sean menores. En sus previsiones de otoño, Bruselas discrepa: pronostica un crecimiento de solo el 2,3% en 2017, lo que obligaría a acometer ajustes más duros. Y esa batalla se dilucidará en las próximas semanas, justo lo que tarde en pactarse el nuevo presupuesto. “España ha hecho promesas y espero que las cumpla”, avisó el comisario Pierre Moscovici.
Las previsiones de la Comisión, adelantadas este martes por EL PAÍS, apuntan que el déficit subirá el año próximo al 3,8% del PIB, casi 8.000 millones por encima del objetivo del 3,1%. Lo que supondría un ajuste fiscal incluso mayor que los 5.500 millones ya anunciados.
España debe presentar su proyecto de presupuestos en las próximas semanas, y Bruselas recela a ese respecto. “Es muy posible que haya discrepancias con las previsiones de PIB españolas, probablemente más optimistas que las de Bruselas, y que eso tenga consecuencias sobre el ajuste necesario para cumplir con las metas fiscales”, explicaron fuentes europeas. Buena parte de ese rifirrafe es puro teatro: nadie espera un revés para Madrid después de que la Comisión evitara multar a España en verano. Pero las cuentas de 2017 serán fundamentales para decidir sobre la congelación de unos 1.200 millones de fondos estructurales que también se descarta.
Guerra de cifras
Se avecina, en fin, un nuevo lío con los presupuestos. Guindos insiste en que la economía española cerrará el año en tasas de PIB superiores al 3%, con una fortaleza que no está teniendo en cuenta la Comisión. A juicio del ministro, el cuarto trimestre será muy bueno, y empujará el crecimiento de 2017 hasta el entorno del 2,5%, por encima del pronóstico de Bruselas. “La Comisión se muestra cauta para 2017. Plantea una desaceleración que no va a ser tan intensa, porque entramos en 2017 con una fuerte inercia en el crecimiento”, dijo. “El nuevo presupuesto”, añadió, “recogerá tanto la mejora de la economía como las medidas para cumplir con Europa”. “El déficit del 4,6% del PIB exigido para este año se puede cumplir de forma holgada, y esperemos acabar el ejercicio incluso por debajo, lo que nos permitiría entrar en 2017 con una mejor situación fiscal”, concluyó.
La guerra de cifras queda una vez más expuesta a la luz pública. El Gobierno español lleva varios años con mayores aciertos que la Comisión en los vaticinios sobre la evolución del PIB. Sin embargo, Bruselas ha acertado en el capítulo más importante: en las previsiones de déficit, que el Gobierno de Rajoy ha incumplido sistemáticamente. De ahí que sea tan importante la advertencia lanzada desde Bruselas.
El Gobierno se escuda en que el crecimiento volverá a ser algo mayor de lo esperado, lo cual aminorará los sacrificios que hay que acometer para bajar el déficit. Tan sólo tiene que dibujar una previsión de crecimiento algo más optimista que cuadre las cuentas de los Presupuestos para hacer menores recortes. Además, según Madrid, la inflación ayudará a cumplir, mejorando las previsiones de ingresos. Frente a ese optimismo —que tiene que traducirse en un presupuesto creíble—, el Ejecutivo comunitario cree que no bastará con el crecimiento. “España debe presentar un nuevo proyecto de presupuestos cuanto antes”, avisó Moscovici, “y respetar los compromisos adquiridos”, que suman unos 5.500 millones.
El tirón de orejas no acaba ahí. Los técnicos de la Comisión también señalan que el déficit estructural aumentará al 3,8% en 2016 y se mantendrá en esa cifra en 2017. Traducción bastarda: el Gobierno español no ha tomado medidas suficientes para corregir los desequilibrios, y debe hacerlo en las próximas semanas. Las rebajas de impuestos y el alza del gasto, según las previsiones, están engordando el agujero fiscal. De acuerdo con la Comisión, el Gabinete de Rajoy acumula ya dos años, 2015 y 2016, en los que no ha hecho nada para bajar el déficit: las cifras solo disminuyen por el fuerte crecimiento económico, según Bruselas.
Desaceleración en el mercado de trabajo
Las previsiones de la Comisión presentadas por el comisario Pierre Moscovici mantienen que el crecimiento del empleo en España se ralentizará durante 2017 y 2018. Si en la actualidad avanza a tasas cercanas al 3%, esta ratio de aumento del empleo descenderá al 2,1% en 2017 y el 1,8% en 2018, todavía unos incrementos robustos pero no tan fuertes como los de este año y el pasado. Así, el porcentaje de desempleados se colocará en el 16,5% en 2018. Bruselas también estima que los salarios y la productividad crecerán muy levemente.
Según los cálculos de Bruselas, esa desaceleración del mercado de trabajo se reflejará, a su vez, en el consumo privado. Y todo ello en un contexto en el que el declive de los precios del petróleo y la mejora de las condiciones financieras ya no propulsarán la economía con la fuerza exhibida hasta ahora. Además, el aumento de la inversión se moderará en 2017, aunque se recuperará algo en 2018. Y las exportaciones se ralentizarán ligeramente, si bien se espera que repunten más adelante conforme se recuperen los mercados receptores.
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