Bruselas baja el crecimiento de España en 2017 al 2,3% y pide un ajuste duro
La Comisión Europea presenta este miércoles unas cifras inferiores al optimismo del Gobierno
Nuevo aviso de Bruselas a España: la economía va viento en popa este año, pero 2017 será peor de lo esperado. Madrid no puede fiar el cumplimiento de las metas de déficit solo a la evolución del PIB: las previsiones de la Comisión Europea, que se presentan este miércoles, cifran en un robusto 3,2% el crecimiento de este año, seis décimas más que en primavera, pero rebajan dos décimas el alza de PIB a un magro 2,3% en 2017. El Gobierno esperaba más optimismo: más alegría para suavizar el ajuste fiscal que viene. A la espera del nuevo presupuesto, el déficit se irá al 3,8% en 2017, por lo que España debe incluir un recorte duro en las cuentas del año próximo: los 5.500 millones prometidos. Luis de Guindos aseguró este martes por carta a la Comisión que España cumplirá.
"Se espera que el crecimiento se desacelere pero se mantenga robusto", arranca el capítulo de España de las previsiones de otoño de la Comisión, a las que ha tenido acceso EL PAÍS. Esos pronósticos rebajan el optimismo del Gobierno en los últimos días. Y serán fundamentales en el arranque de la legislatura: marcan en rojo el camino del que no podrán apartarse los próximos presupuestos, que el Gobierno debe pactar a toda velocidad con la oposición para poder ofrecer a Bruselas un déficit del 3,1% del PIB en 2017, con un ajuste duro de 5.500 millones. La Comisión no sancionó a España y no habrá congelación de fondos estructurales. Pero Bruselas aún quiere hacer sufrir un poco a España con los presupuestos de 2017.
Moncloa ha sugerido en los últimos días que ese recorte podía suavizarse si el crecimiento era suficientemente robusto. Y lo es, pero solo en 2016. Bruselas mejora seis décimas el alza de PIB de este año, hasta el 3,2%, en línea con el FMI y el Banco de España. Pero a partir de ahí enfría el optimismo: pronostica que España crecerá el 2,3% en 2017 (dos décimas menos que en las anteriores previsiones, y por debajo de lo que espera el Ejecutivo) y del 2,1%, en 2018. "Se trata de cifras muy políticas, con un mensaje claro para que el Gobierno no se confíe", según fuentes españolas.
Reducción del déficit al 3,8%
El déficit bajaría al 4,6% este año, pero solo al 3,8% en 2017, muy lejos del objetivo (3,1%). El ajuste es obligado: no basta con el crecimiento para reducir el agujero fiscal al ritmo que quiere Bruselas tras una legislatura completa de incumplimientos. "La reducción del déficit en 2017 y 2018 depende en gran medida de las perspectivas macroeconómicas positivas", afirma Bruselas en un texto muy medido. Traducción libre: la Comisión quiere el recorte prometido. Guindos subrayó que el déficit bajará por debajo del 4,6% en 2016, pero que habrá que pactar el ajuste para que salgan las cuentas en 2017. Y admitió que la posición fiscal española sigue siendo frágil, con una deuda pública que asciende al 100% del PIB y deja a España "vulnerable" a cualquier sorpresa desagradable en los mercados y en la economía global.
El informe resume a la perfección las constantes vitales de España en el octavo año de la Gran Recesión: el PIB crece el doble que la media europea, pero los problemas —deuda y paro— siguen ahí. "El crecimiento supera de nuevo las expectativas en los últimos trimestres. Se espera que se reduzca pero se mantenga fuerte durante todo el horizonte de las previsiones [hasta 2018]", reza el texto. Bruselas subraya que la demanda interna continuará siendo el principal motor del crecimiento, y el sector exterior contribuirá a la mejoría. "El paro sigue cayendo", dice el texto, pero continuará en números estratosféricos durante años: en el 16,5% a finales de 2018, cifras sin parangón en el Atlántico Norte.
Con esos datos en la mano, Madrid debe hilar fino: Guindos insistió en el Parlamento Europeo en pactar unos presupuestos que "compatibilicen ajustes con crecimiento". "En 2017 el déficit bajará del 4,6% del PIB al 3,1%: el crecimiento aportará un punto de PIB [unos 10.000 millones], pero hay que pactar medidas para hacer un esfuerzo fiscal de unos 5.000 millones". "No habrá regates", subrayó. Guindos se destapó con una carga de profundidad contra las reglas fiscales. "Las reglas son excesivamente simplistas", afirmó. Las multas y congelaciones de fondos "son difícilmente aplicables" políticamente, añadió. "España cumple las reglas, incluso cumple las reglas que no cree", disparó acerca de un Pacto de Estabilidad cada vez menos creíble.
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