“El panorama para los ‘millennials’ es desolador”
"No sabemos cómo entrenar a los jóvenes para el nuevo mercado de trabajo"
La voz de un economista joven para hablar de los jóvenes. Julián Messina (Buenos Aires, 1971) es una mente que llega con palabras nuevas. Una gramática que ha enseñado (Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia y Georgetown) pero que también ha puesto en práctica (Banco Mundial y Banco Central Europeo). Hoy es investigador del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y viaja con sus dos pasaportes —español y argentino— a través de las inciertas vidas de los millennials (quienes hoy tienen entre 19 y 35 años) y los centennials (de cero a 18 años) intentando que la semántica ayude a descifrar su presente y rescatar su futuro.
Pregunta. ¿Corren los millennials y los centennials el riesgo de vivir en la precariedad de por vida?
Respuesta. El empleo lleva cambiando de manera radical desde hace décadas. Hoy se demanda más movilidad y flexibilidad. Y ambas condiciones no tienen por qué ser sinónimo de precariedad. Evitar esta situación dependerá en gran medida del sector público y de la forma en la que se adapte a la nueva realidad. Porque necesitaremos novedosos instrumentos de protección de los trabajadores.
P. Los jóvenes llegan en una época de alto desempleo, bajo crecimiento económico, desigualdad. No parece el mejor de los mundos.
R. En España, los millennials que están entrando en el mercado laboral se encuentran con un panorama desolador. Y es muy difícil pensar que esto no tendrá consecuencias negativas para ellos y para el futuro del país. La ventaja que tienen frente a quienes, por ejemplo, lo hicieron en los años ochenta es que ahora España pertenece a la Unión Europea y hay más oportunidades de encontrar empleo en otros países, donde quizá las cosas no están tan mal.
P. ¿Y el Estado, los sabe proteger?
R. El sector público, en comparación con el privado, está innovando muy poco en la manera de proteger a los jóvenes que entran en el mercado de trabajo y no encuentran empleo. Hace falta experimentar mucho más desde el mundo público y hace falta evaluar más. España tiene un déficit espantoso de evaluación de políticas públicas. No sabemos cómo ayudar a los jóvenes. No sabemos cómo entrenarlos para el nuevo mercado de trabajo. Y no es por la falta de herramientas sino porque decidimos no usarlas. En España nunca se evalúa una política pública. Cuando un político asegura que esta política ha creado tantos miles de puestos de trabajo o ayuda a tantos miles de jóvenes el número es inventado.
P. Entonces, ¿los jóvenes deben resignarse a este espacio de paro, inequidad, salarios bajos?
R. En el mundo hay ciertas fuerzas que nos empujan hacia una sociedad más desigual. Donde hay algunos ganadores —a quienes les va muy bien— y muchos perdedores. Pero los jóvenes no deben resignarse. La inequidad en parte tiene que ver con lo que genera la economía de mercado y en parte con lo que hace el Estado, y cómo responde. Los jóvenes tienen que buscarse las castañas, al igual que todos, pero también tienen que exigir a los Gobiernos que den respuestas más equitativas para generar oportunidades.
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