Los menguantes fondos de cohesión crearon en España 75.000 empleos
El gasto por habitante fue hasta cinco veces mayor en las comunidades menos desarrolladas
España recibió 26.600 millones de euros en fondos de cohesión en el periodo 2007-2013, una inversión que según un informe de la Comisión Europea ha servido entre otras cosas para crear 75.000 empleos, construir 763 kilómetros de vías de tren y 510 de carreteras o llevar la banda ancha e instalaciones de tratamiento de aguas residuales a más de dos millones de personas.
El maná europeo ya no es el que era para España, pero el escenario tampoco lo es. Cuando Bruselas asignó los fondos de cohesión correspondientes a dicho periodo, en la antesala de la Gran Recesión, la paulatina convergencia de la economía española respecto a la media europea y la incorporación a la UE de países del Este hizo que el dinero dejara de fluir de Bruselas a Madrid con la alegría de antaño para tomar un desvío a Varsovia, Budapest o Sofía. El PIB español per cápita pasó de representar el 96% de la media europea en 2000 al 103% en 2006 y España parecía haber dejado atrás el tiempo de extender la mano con el pantalón descosido para hacerlo vestida de frac. Y así, las monedas ya no eran tantas.
Con la crisis y la burbuja inmobiliaria, la convergencia pasó a ser un sueño pasajero del que España despertó con un brusco zarandeo que aún la mantiene en vela: la renta de los españoles no ha vuelto a los niveles precrisis y el pasado año era todavía el 92% de la comunitaria y el 86% de la zona euro. Pese al retroceso, el reparto no volverá ya a ser tan favorable como en épocas anteriores. Los fondos comunitarios viajaron al Este de Europa marcando en algunos casos la diferencia entre la existencia o no de proyectos fuera de la esfera privada: en Hungría, Lituania, Eslovaquia, Letonia o Polonia suponen más del 40% de la inversión pública —apenas el 7% en España, el 2,5% en Alemania y el 1% en Francia—. Varsovia es ahora el mayor receptor de fondos de la UE con 57.200 millones de euros, más del doble que España.
El mix de proyectos ha sufrido importantes retoques. Las infraestructuras de transporte siguen siendo una partida importante del dinero que llega a España —un 31% del total—, con una especial atención no solo a la construcción sino también a la mejora de las vías, con la modernización de 2.458 kilómetros de carreteras, pero tras el fuerte desarrollo de este tipo de equipamientos en las últimas décadas, la mayoría de recursos tiene ahora otro destino: uno de cada tres euros se dedica al apoyo a las empresas y la innovación, una partida que ha crecido pese al descenso de los fondos europeos destino a España.
La recepción del dinero ha sido desigual por comunidades. Tres de cada cuatro euros han ido a parar a Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y Galicia, las de menor renta, y el gasto por ciudadano en dichas regiones ha sido cinco veces superior al del resto. En el conjunto de la UE, los 346.500 millones de euros invertidos en fondos de cohesión en el periodo 2007-2013 han servido para crear un millón de empleos y cada euro desembolsado generará un retorno de 2,74 en 2023 según el informe de Bruselas.
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