Bitcoin, del aura de Sci-fi a los pagos cotidianos
Quizás la cryptomoneda no triunfe como “dinero” pero su tecnología tiene altas posibilidades
Hace unos años bitcoin parecía un “tema de geeks” o un relato de ciencia ficción, pero en enero el Fondo Monetario Internacional emitió su primer reporte sobre la criptomoneda, es la base de muchas de las innovaciones de los emprendimientos de tecnología en servicios financieros (mejor conocido como Fintech), y algunas empresas como Nasdaq, Goldman Sachs o Barclays invierten en compañías y abren áreas de investigación para entenderla mejor.
Nadie puede asegurar si como moneda bitcoin llegó para quedarse o si se convertirá en un activo de inversión masificado, pero está claro que la tecnología detrás de bitcoin podría cambiar la manera en la que usamos muchos servicios financieros y hasta el dinero, según los especialistas.
Empecemos por ver qué es: bitcoin es una criptodivisa, es decir una moneda digital que funciona por medio de cadenas de información encriptada, que se almacenan en una cartera electrónica o la computadora del dueño, y que se pueden intercambiar usando una red de información colectiva –que es su innovación más interesante-, donde se verifica la autenticidad de las transacciones.
Esa red colectiva se llama “Blockchain” y la mantiene activa un grupo de usuarios llamados “mineros”, quienes deben resolver problemas de números primos en sus computadoras a cambio de bitcoins, Las máquinas, al estar prendidas y trabajando, forman la infraestructura por la que pasan todas las transacciones.
Son un sistema peer-to-peer, es decir, que contrario a las monedas de los países, se manejan de persona a persona sin intermediarios ni un banco central. El hecho de que no esté regulado ni controlado por bancos centrales es para algunos el gran contra de Bitcoin, pero es justamente el “pro” de esta moneda para los que apoyan.
La criptodivisa fue creadas en 2009 –en parte como respuesta a la crisis global y la desconfianza a las instituciones financieras y bancos centrales – por un supuesto investigador o un grupo que publicó un paper bajo el seudónimo de Satoshi Nakamoto
¿Cómo se consigue? Digamos que hay 3 formas principales: ser un minero que resuelve problemas matemáticos con los que mantiene la red en funcionamiento y como “pago” recibe bitcoins, vender bienes o servicios en bitcoin o comprar bitcoins en una casa de cambio o Exchange de bitcoins.
Bitcoin no es una moneda de uso masiva y quizás no llegue a serlo. El Fondo Monetario Internacional estima que el valor total de mercado de las monedas virtuales en general –hay otras aparte de bitcoin- son 7 mil millones de dólares, mientras que las monedas y billetes estadounidenses en circulación son 1.4 billones de dólares y la masa monetaria en general –que incluyen monedas, billetes, dinero en cuentas corrientes y otros instrumentos a plazos máximos de un año- llega a 12 billones de dólares.
En México bitcoin se acepta en comercios como TAR Aerolineas, Mercado Libre, Famsa, la Tienda de Comics Fantástico y la sucursal del Café Punta del Cielo de la UDLA Puebla, de acuerdo con José Rodríguez fundador del Exchange de bitcoins de Bitso, y un médico de Zapopan comentó en mi blog que él ofrece la opción a sus pacientes de pagarle con la ciptodivisa.
Lo interesante es que Blockchain, la red mundial descentralizada por la que pasan todas las operaciones en bitcoin, está teniendo usos para la población de la base de la pirámide: En Filipinas y Kenia ya operan servicios de remesas y transferencia de dinero vía bitcoin, que luego se convierten a las monedas locales y se pueden retirar vía celular o en cuentas bancarias, de acuerdo con el informe de los especialistas del Fondo Monetario Internacional.
Y es que el costo es abismal respecto a otros intermediarios financieros tradicionales: en 2015 la comisión por envío de cantidades pequeñas de dinero (remesas de 200 dólares, por ejemplo) era 7.7%, mientras que el costo estimado de hacerlo con la tecnología de bitcoin era alrededor de 1% según un informe de Goldman Sachs, institución financiera a que por cierto invirtió en una startup de bitcoin.
La capacidad de transferir y validar información rápidamente de Blockchain abre la puerta a usos como registros de crédito o territoriales, medios de pagos, manejo de datos sobre inversiones…De hecho En 2015 NASDAQ lanzó Linq con una startup de blockchain para transacciones de acciones con compañías privadas.
Para Joel Cano, fundador de la casa de cambios de bitcoin MexBt la mayoría de los usos y aplicaciones de comunicación han sido evolucionados y sustituidos por sus parientes tecnológicos como el correo o las redes sociales. El dinero entró en este proceso evolutivo hace unas décadas con las tarjetas de crédito, las transferencias electrónicas y ahora la versión digital del dinero: Bitcoin y Blockchain.
Obviamente no todo es color de rosa. Al ser una tecnología nueva hay riesgos para los usuarios: alta volatilidad en las cotizaciones, que la casa de cambios donde compraste la moneda cometa un fraude como el de Mt. Gox Exchange en 2014 (se llevó el equivalente a 450 millones de dólares de sus clientes), hasta que caiga en desuso o que las innovaciones en los sistemas afecten la funcionalidad de la red. Del lado de los gobiernos las mayores preocupaciones son la evasión fiscal y usos para financiar al crimen organizado y al terrorismo, porque aunque las transacciones son rastreables no se tienen los datos reales de los usuarios.
Es difícil predecir si algún día una mayoría usará bitcoin pero es altamente probable, que sin siquiera darte cuenta, algún día hagas un pago o un depósito con su sistema.
* Sofía Macías es especialista en educación financiera, autora de la serie de best-sellers Pequeño Cerdo Capitalista. Puedes encontrarla en Twitter como @PeqCerdoCap y en www.pequenocerdocapitalista.com
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